No son pocos los que critican la forma como abordo algunos temas en estas notas; sin embargo, eso jamás ha impedido que llame las cosas por su nombre. Cuando ya nadie lea mis artículos, tendré que dejar de escribir, pero nunca lo haré para expresar algo diferente a lo que mi conciencia me dicta.
Hago estos comentarios a manera de introducción, porque abordaré un tema, a continuación, que seguramente hará que algunos de mis lectores piensen que me he pasado de la raya.

Voy a intentar en unas pocas líneas exponer porque considero que los medios de comunicación de la oposición están promoviendo la violencia y los asesinatos, como una forma de generar desconfianza en el gobierno que dirige Hugo Chávez.
Que nadie me venga con el cuento de que eso es un exabrupto, pues allí esta la forma como manipularon un video aquel 11 de abril, para culpar a unos inocentes de asesinato y proteger a los verdaderos asesinos, a quienes bien identificados tenían.
También está allí para demostrar que en esos medios cohabitan un grupo de degenerados que no tiene ningún respeto por la vida de los demás, aquellas filmaciones donde un grupo de militares anunciaron que el gobierno estaba asesinado ciudadanos con francotiradores, cuando aún no se había producido la primera muerte. Han asumido la defensa de terroristas como Posada Carriles y de quienes pusieron bombas en las embajadas de Colombia y España; han defendido con pasión a los militares de Plaza Altamira que asesinaron a varios jóvenes; y han lanzado excremento sobre la memoria de Danilo, para intentar exculpar a sus asesinos.
Son en definitiva basura que no sienten ningún respeto por la vida humana y son capaces de involucrarse en cualquier aventura criminal si con ello logran hacerle algún daño Chávez.

Ciertamente, podría decirse que eso es historia, pero ella nos dibuja bastante bien la conducta de quienes, desde mi punto de vista, han pasado a una etapa de promoción de violencia criminal como herramienta de lucha política. Veamos como se explica esto:
No hay ninguna duda que dentro del común de los venezolanos se cuentan por decenas de miles los que odian a muerte al presidente Chávez. El trabajo que en ese sentido han realizado los medios de comunicación no ha dado el resultado que ellos esperaban, pero algo han logrado. Creo que todos hemos escuchado como algunos expresan con odio sus deseos de asesinar al comandante.

Ahora, si ese odio está presente en obispos, empresarios, profesionales e incluso jóvenes, qué nos impide suponer que entre los delincuentes también hay un sector antichavista que no perdería oportunidad alguna para hacerle daño al gobierno, si ésta se le presentara.
Allí, precisamente, es hacia donde están lanzando sus dardos venenosos los medios de comunicación. Cada muerte, cada hecho criminal no es presentado como la consecuencia de una sociedad que se corrompió y se hizo violenta por la exclusión y el hambre, sino por culpa de Chávez. Con un mensaje que no ataca al delincuente y mucho menos intenta crear conciencia, se trata de sacar ventaja política, al mismo tiempo que se envía un mensaje a los criminales: asesinen, asesinen, asesinen que nosotros nos encargamos de culpar a Chávez.
Si a esto le sumamos que en esos medios le conceden mayor credibilidad a criminales como los hermanos Guevara, que al Fiscal General de la República; y a delincuentes como Jorge 40, Nixon Moreno y el cuervo los entrevistan “en la clandestinidad” como si se tratara de héroes que al más puro estilo de superman luchan por la justicia; no hay (por lo menos para mi) la menor duda de que desde los medios de comunicación de la oposición se está promoviendo el crimen callejero como forma de lucha política.