Pa´ que te seceustren de lado y lado, y más...

PA’ QUE TE SECUESTREN DE LADO Y LADO, Y MÁS...


Está por aprobarse una nueva ley que, suponen sus inteligentes creadores, acabará con el terrible y cuestionable delito del secuestro de personas. Pero resulta que su artículo más orondamente promocionado, el más divulgado por los h. diputados implicados en su adopción, es aquel que le permitirá a no-sé-cuáles autoridades, a congelarles propiedades, bienes y dineros tanto a las víctimas directas del secuestro, como a sus familiares.

Eso, a pesar de las bondades que le quieren poner los legisladores, a mi modo de ver y entender, resultará en un grave absurdo por las siguientes razones: En principio, porque no han determinado la extensión de tal arbitrariedad. Es decir, ¿ Hasta cuál grado de consanguinidad y de afinidad familiar, secuestrarán propiedades, bienes y cuentas bancarias ? Y...¿ Por cuánto tiempo ?

Por una parte, esta llamada Ley Anti-Secuestro, se va a convertir en Ley del Doble-Secuestro al permitir que, a la angustia que a los familiares de un secuestrado les producirá la zozobra de no contar con la presencia del familiar raptado, “las autoridades competentes” puedan secuestrarle -a la vez- sus bienes y dineros, a esa persona y a sus familiares, dizque para que no puedan “negociar” con los secuestradores, pero a la vez dejándolos inoperativos para afrontar los gastos “normales” que les permitan seguir comiendo, movilizándose, pagar colegios, pagar sus servicios de luz, agua, teléfonos, etc. y además buscar al familiar secuestrado.

Lo peor de todo es que esta nueva normativa propuesta atraerá una novedosa modalidad de venganza y de “competencia” entre algunos empresarios, como lo que se dejó entrever en los últimos casos Sindoni y de Fadoul, cuando las investigaciones policiales arrojaron indicios de que otros pagaron para amenazar, para chantajear o simplemente para sacar del juego al empresario que estaba “atravesado” estorbando. ¿Cómo podrá producirse esto? Pues sencillamente le secuestran un familiar cercano (por ejemplo un hermano que no cuente con mayores bienes de fortuna y, en consecuencia, sin dispositivos de seguridad o protección) a un empresario al que quieran arruinar, y lo sacarán del juego cuando, de acuerdo con la nueva Ley, las autoridades le congelen bienes y cuentas bancarias...

Con el agravante, además, de que la vida del ciudadano secuestrado no tendrá valor alguno de cambio. Podrán matarlo en las primeras de cambio, y desaparecerlo, porque solamente el hecho del secuestro va a dejar al empresario a embromar, sin operatividad financiera.

Y hablando de “valor de cambio”, ¿Cuánto pasarán a valer las vidas de los que aún estén secuestrados cuando se ponga en vigencia la nueva ley? También por eso pregunto de nuevo: ¿Por cuánto tiempo les van a congelar bienes y cuentas a los familiares de los secuestrados? Porque por ejemplo en el Estado Táchira, que es uno de los estados de Venezuela donde se presenta con mayor asiduidad este delito, tenemos dos (2) personas secuestradas desde el año 2002; Doce (12) personas secuestradas desde el año 2003; otras dos (2) desde el 2004; Tres (3) desde el 2005, y cinco (5) en lo que va de año. ¿Por cuánto tiempo, señores diputados, y con esta Ley, van a “detener” este tipo de negocio, como lo llaman ustedes? Cómo se ve que ninguno de ustedes ha estado ni remotamente cerca de una situación como la que implica el secuestro de un familiar o una persona amiga.

Por último, si las “autoridades competentes” lo fuesen de verdad, de pronto la gente aceptaría un exabrupto como ese de congelar propiedades, bienes y cuentas bancarias de los que tienen que afrontar a unos delincuentes que con relativa facilidad cometen secuestros y se mueven con bastante tranquilidad por todo el país. Pero lo que se observa a simple vista, por el aumento del número de secuestros, es todo lo contrario. Y llegando a este punto, creo que valdría la pena revisar estadísticamente este delito, porque el informe va a arrojar que en la mayoría de los casos, estuvieron involucrados componentes activos o ex-componentes de cuerpos de seguridad (llámense policías, guardias, petejotas, etc.), cuyo trabajo y por el cual se les paga, es velar por la seguridad de los ciudadanos. Y no por la guerrilla colombiana, como se les hizo cómodo y fácil, decir, para que igualmente se hiciese cómodo y fácil, no investigar. Esas bandas de secuestradores, con ese tipo de componentes y en gran número, no han sido desmanteladas. Siguen funcionando.

¡NO A LA LEGALIZACIÓN DEL DOBLE SECUESTRO !



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Manuel Rugeles A.


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