A través de la historia los revolucionarios se han caracterizado por ser fieles a sus palabras. Pienso que el Presidente Nicolás Maduro, no será la excepción. Así que a cumplir, señor Presidente. En efecto, hace muy poco tiempo nuestro Presidente se dirigió a su colega Barack Obama, donde lo exhortó a liberar al luchador nacionalista Oscar López Rivera, quien tenía, para el momento del pronunciamiento, 35 años en la cárcel y, él en cambio liberaría a Leopoldo López. Para beneplácito del mundo, hace pocas horas el presidente saliente de los Estados Unidos, conmuto la pena al preso con más años en la cárcel en la era moderna, para decir algo. Cabe señalar, que desde la era de Hugo Chávez, Venezuela ha alzado su voz por la libertad de Oscar Rivera. Tanto Chávez como Maduro fueron consecuentes con solicitar la libertad del puertorriqueño al gobierno de Obama.
En efecto, cuando ya el presidente estadounidense tiene un pie fuera de la Casa Blanca, libera a Oscar López Rivera. Cosa que celebramos todos los revolucionarios del mundo. Pero como la lengua es el castigo del cuerpo, nuestro Presidente debería dejar libre al otro López. Esto dijo Nicolás Maduro, hace poco: “La única forma que yo usara las facultades presidenciales, que las tengo, para liberar al monstruo de Ramo Verde… es que el señor Obama libere a Oscar López Rivera… Pelo a pelo, hombre a hombre”.
Obama lo hizo. Firmó la conmutación de la pena al líder de la resistencia nacionalista de Puerto Rico. Ya es un hecho su libertad. Toda su familia lo celebra, como todos los revolucionarios del mundo. No puede rehuir su compromiso, hecho notorio y comunicacionalmente, gracias a sus palabras, y a los medios que las registraron, quien sabe mal pensadas, o mal evaluadas, en un momento de euforia. Pero las palabras cuando salen de la boca, se convierten en compromisos, sobre todo si vienen de un Jefe de Estado. Usted se llenaría de gloria, señor Presidente, si cumple ese compromiso. Usted ganaría mucho prestigio, y su estatura de estadista se elevaría por encima de lo predecible. Yo soy partidario, como revolucionario, de su gestión, de la política económica y social que adelanta, y de su posición ante la arremetida de la derecha.
Por eso, y, por mucho, más lo insto a que cumpla su palabra, liberando a Leopoldo López, independientemente que sea culpable o no de los delitos que se le han imputado, pero usted empeñó su palabra a nivel mundial, al conminar al Presidente Obama a liberar a Oscar López Rivera, para usted proceder a liberar a Leopoldo López… No hay pero que valga…