Suponer que EE.UU. dejará de hacer todo cuando pueda para derrocar al gobierno bolivariano es una ingenuidad conmovedora. Ese es un objetivo ansiosamente perseguido desde los albores de 2001. Desde entonces, prácticamente lo han ensayado todo: golpe de estado, guerra mediática, sabotaje petrolero, guarimbas, magnicidio, desconocimiento de resultados electorales, etc., etc. ¿Se han cansado de recibir derrotas? ¡En modo alguno! Ponerle la mano a Venezuela significa mucho, no sólo por su petróleo sino especialmente por su ejemplo de dignidad. El proceso bolivariano representa un alboroto inaceptable en el "patio trasero" del imperio, mucho más difícil de bloquear que la isla de Cuba.
Para los días del referendo revolcatorio pusieron en marcha el Plan "Shadows". Se activó luego de que hubo una reunión en Santiago de Chile entre los responsables regionales de inteligencia celebrada con el entonces embajador allá, William Brownfield -ese mismo que hoy conspira en Venezuela-, en la que se articuló una serie de acciones para deslegitimar el gobierno de encabeza Hugo Chávez. Como su nombre lo indica, se trataba de arrojar sombras sobre la legitimidad del triunfo en el referendo revolcatorio. El Plan fue suficientemente documentado y denunciado en su momento por quien esto escribe a través de una serie de artículos.
La misma madrugada del 16 de agosto de 2004, Henry Ramos Allup, Secretario General de AD y al frente entonces de la tristemente célebre Coordinadora Democrática luego del patatús sufrido por Enrique Mendoza, puso en marcha este plan. ¡Fraude! – gritó. Trataron de sacar la gente a las calles con cartelones, caravanas y el respaldo del aparato mediático, comenzando por CNN y sus alabarderos criollos, Globoterror, RCTV & CIA. Aparecieron expertos y teorías como arroz para demostrar el fraude. Desde la teoría de los topes, la bidireccionalidad de las máquinas, la teoría del cisne negro, Pompeyo y su exigencia de que le mostraran el chorizo oculto… hasta la de un satélite cubano-ruso que habría modificado la transmisión de datos. ¡Se estrellaron! No pudieron demostrar nada –no obstante las ganas que tenían de encontrar alguna falla- al punto de que tanto el secretario general de la OEA, César Gaviria, como el Centro Carter, entre otros, debieron certificar que no había fraude. Aún así insistieron –todavía lo hacen- en el fraude, pero les falló lo esencial: no lograron convencer a sus disociados de salir a la calle en masa. La revolución "naranja" se les quedó sin jugo. Su propia gente no respaldó la locura.
¿Se habrán dejado de "eso" por ventura? ¡Never! Todo cuanto está ocurriendo, incluido el "desconcierto" opositor tiene un solo fin: ¡Lograr el 4 de diciembre lo que no pudieron el 16 de agosto! Sólo que ahora, nuevos condimentos en el guiso le añaden mayor peligrosidad. Vamos a ver. Hemos de comenzar por hacernos algunas preguntas. ¿Alguno de los candidatos opositores es independiente del libreto ordenado por los EE.UU.?, ¿Por qué Julio Borges de Primero Justicia acepta de inmediato respaldar la candidatura de Rosales?, ¿Por qué no exige contarse en las primarias?, ¿Por qué la agencia de la CIA llamada SÚMATE acepta de buena gana suspender el proceso de primarias? Todas las respuestas deben partir de una verdad única y contundente: LA OPOSICIÓN EN VENEZUELA ES EE.UU.
No estoy adivinando. No tengo vocación de profeta. Hay material suficiente como para afirmar que están trabajando en el Plan "Shadows". Recuerden que Brownfield es su inspirador y por eso lo trajeron a Venezuela en sustitución del payaso Shapiro. El punto culminante será la madrugada del 4-D, sólo que esta vez apoyados en la votación –real- que obtendrá en el Zulia el candidato Rosales. Esto por cierto es una vergüenza para la dirección política de los partidos que respaldan el proceso, porque Rosales ha construido esa base de respaldo sobre las inconsecuencias, olvidos y personalismos del sector revolucionario.
Esa madrugada repetirán la conducta del 16 de agosto de 2004. Será el momento en el cual activarán el ambiente de violencia apoyados con más de 5.000 paramilitares con cédulas venezolanas que les fueron expedidas en inconfesables condiciones y quienes se encuentran viviendo y listos para ser trasladados en los estados occidentales fronterizos. Generarán tal estado de violencia que obligará a la acción del estado venezolano, eso justificaría la invocación de una intervención de la OEA. Será el momento en el cual el Plan Patriota de la "hermana república" justificaría su razón de ser. En ese marco, todos los escarceos de autonomía e independencia del Zulia que han venido ensayando tomarán cuerpo. Rosales se proclamará presidente electo del Estado Autónomo del Zulia. Los ensayos de separatismo que hoy pocos recuerdan fueron globos de ensayos. La oportunidad para hacerlo real será esta. Un "triunfador" en su Estado que se niega a aceptar el "fraude" en el resto de Venezuela.
En ello han venido trabajando todo este tiempo. Esa es la razón por la cual toda la oposición, sumisa y obediente, aceptará el candidato impuesto y no peleará –como sería la natural en ese saco de gatos- por primarias o alguna otra fórmula. Aquí la fórmula se llama The US Departament of State (Departamento de Estado de los EE.UU.) ¡Faltaría más! ¡No podrán lograrlo! No lo lograrán porque están descubiertos. Pueblo y gobierno están preparados para dar esta batalla y nuevamente triunfará. ¡Apátridas y asesinos no pasarán!