Sigo sin entender la posición del Defensor del Pueblo, Tarek William Saab: "Rechazamos lanzamiento desde el aire de objetos contundentes para dispersar manifestaciones: pues pudieran ocasionar víctimas fatales," dijo a través de su cuenta en la red social Twitter. "En tal sentido hago un llamado a la ciudadanía para que las manifestaciones se realicen de forma pacífica dentro del marco de la ley," agregó.
El país está sufriendo por enésima vez una arremetida de terroristas y sicarios que quieren acabar con el gobierno que este pueblo se dio libremente, atentando contra la tranquilidad ciudadana, destruyendo los bienes e infraestructura pública, quemando edificaciones, apedreando e insultando a las fuerzas del orden y al Defensor del Pueblo no se le ocurre otra cosa que exigir que a estos terroristas no se les toque ni con el pétalo de una rosa.
Lo más cruel de todo esto es, que si algún funcionario de las fuerzas de orden público, se les ocurre defenderse, cuando los encapuchados le empujan, les agreden o le insultan; entonces aparecen prestos los fiscales emitiendo ordenes inmediata de aprensión o destitución contra estos funcionarios. Según la óptica de estos fiscales, los policías, guardia nacionales y soldados no son "pueblo", sólo lo son los encapuchados, quienes tienen el derecho a acabar con el país sin que nadie pueda detenerlos.
Aquí en Mérida tenemos células terroristas que en media hora paralizan toda la ciudad, destruyen y queman bienes públicos y privados y la policía lo que hace es protegerlos de los ciudadanos para y que evitar enfrentamientos. En Mérida hay más de 80 policías que han sido heridos por balas en las manifestaciones y hay algunos que han quedado paralíticos andando en sillas de rueda o con muletas. Soy testigo ocular que en Mérida nunca la policía se ha metido a dispersar ninguna manifestación pacífica. Más bien lo que ha hecho siempre es protegerla.
Lo que siempre pasa es que después de la marcha pacífica quedan grupos de unos 15 o 20 encapuchados que se encargan de hacer las fogatas con cauchos y comienzan a lanzar piedras y agredir a la población que intenta hacer uso del derecho al libre tránsito. A la policía no le queda más remedio que intervenir y entonces comienza el jaleo. Esto aquí es ya una tradición y es tal que, cuando pasa una semana sin suceder esto, la gente comienza a preocuparse.
Si para el Defensor del Pueblo, los encapuchados terroristas, que están destruyendo las instalaciones públicas, disparando y agrediendo a las fuerzas públicas, atacando a los periodistas de los medios que no les son afines, con el fin de tumbar al gobierno que libremente escogió la población; Si esos son los que gozan de la "ciudadanía" que no pueden ser tocados ni con el pétalo de una rosa, entonces como quedamos los ciudadanos afectados?. ¿Quién nos va a defender, si quien debe hacerlo, se les amarran las manos?
Ciudadano Defensor del Pueblo: "No me defiendas compadre". Durante las guarimbas pasadas 43 venezolan@s murieron a causa de la acción de estos terroristas encapuchados y todavía tu pides que sean tratados con guantes de seda. Lo que me provoca decirte es, no me jodas. Tratar de imitar a Chávez, con el Cristo en la mano pidiendo perdón, después de haber sido tumbado del gobierno, aquella madrugada del 13 de Abril es un gesto no imitable. Recuerda que Chávez fue único y es irrepetible.