Teniente Nicolas Hurtado Barrios
La idea de la montaña
"Camarada que va hacer usted cuando está a punto de que lo liberen", me dijo una vez, cuando el gobierno de Raúl Leoni había tomado la decisión de aplicar medidas de libertad para los presos que nos encontrábamos en la isla del Burro. "Camínenos un poco", me soltó calladamente. Él era llanero, como yo. Y tal vez quería saber qué haría cuando me encontrará en la calle. Caminamos dando vueltas en el amplio salón. Al final, percibí que él estaba dispuesto a seguir la lucha, pero esta vez en la montaña. Y así fue.
Nicolás Hurtado había nacido en Calabozo, estado Guárico un 6 de noviembre de 1931, lo que significaba que yo era seis años mayor que él. Había tomado parte de la rebelión del General Jesús María Castro León, en 1958. Hecho preso, con el correr de los meses fue a parar a la isla del Burro. Se unió a quienes estábamos allí con meses de antelación. La lectura, el contacto con el grupo nuestro, cambió su modo de pensar. Se hizo revolucionario por los cuatro costados. Por eso anidaba en su mente, lo de marcharse a la montaña, una vez en la calle, y combatir desde esa nueva trinchera a las fuerzas represivas del régimen de Raúl Leoni. Por cierto, estando preso en la isla del Burro, escribió un libro, conjuntamente con el Capitán Pedro Medina Silva, titulado ¿Por qué luchamos?.
Luego de salir en libertad, años después, se incorporaba al Frente Guerrillero "José Leonardo Chirino". Diría: "Ésta es mi nueva trinchera de lucha, y a ella entregaré todas mis fuerzas, mi fuerza de voluntad y, si es necesario m vida, por luchar y ver libre a mi país, mis energías y mi pasión, estarán al servicio, de mi patria, desde esta montaña que anhelaba conocer". Eran palabras de un hombre casado con la lucha revolucionaria, un convencido, profundamente, convencido de que no había otro camino, sino la lucha armada. Pero también era un hombre amoroso con su familia. Amaba a su esposa e hijos.
"¿Por qué luchamos?"
Conservo en mí poder, un ejemplar de libro ¿Por qué luchamos?, no sé cómo llegó a mis manos luego que salí del penal de la isla del Burro, en agosto de 1967. Fue difícil conseguirlo, debido a su carácter clandestino y a los pocos ejemplares que se imprimieron, pero un camarada me hizo la segunda, y me consiguió el libro con el compromiso de devolverlo. Él se olvidó de libro y yo también. Transcribo unos párrafos que nos ilustra sobre la enorme responsabilidad elegida por este hombre, de figura menuda, de gesticular con la manas, como que quisiera ponerlas a hablar; de habla pausado, pero de convicciones por encima del tope. "Ustedes compañeros, no pueden continuar indiferentes (era un mensaje directo a los compañeros de armas) ante la tragedia que vive Venezuela… De lo que sí estamos seguros es de que nunca nuestro país había estado tan intervenido como ahora por el capital extranjero, que sin lugar a dudas donde mayores dividendos obtiene es en Venezuela, por la forma ruin y descarada en que se entrega este gobierno títere…". Más adelante, señala:
"La sociedad venezolana, con sus clases tan diferenciadas, soporta todo el peso de la presión monopolista que desde afuera nos arrebata la materia prima y el mercado; esta presión ejercida por el imperialismo yanqui se refleja inicialmente en la Alta Burguesía Nacional, la que para subsistir oprime, a su vez, a la pequeña burguesía compuesta por los empresarios medios y hacendados, los que a su vez rematan el ciclo opresor en los obreros y campesinos…".
Pero el que busca encuentra. Mi amigo y camarada Fernando Zago, me mandó, desde Caracas, un libro de Néstor Francia, "Con las botas puestas", que trata, en su conjunto, de la vida del Teniente y amigo, Nicolás Hurtado Barrios. (El otro libro que recibí fue "Escritos de una combatiente de la guerrilla urbana en Caracas" de Nancy Zambrano)… El libro de Néstor Francia llegó a mis manos, como caído del cielo. Así que me he aprovechado de él para enfatizar más sobre la vida de quien conocí en la isla del Burro, y a quien respeté por su condición de revolucionario a carta cabal.
Mensaje a sus compañeros de armas
En ese libro "Con las botas puestas" nos encontramos con varios pasajes de la vida de Nicolás Hurtado Barrios. Extraemos de un mensaje que envió a sus compañeros de las Fuerzas Armadas, lo siguiente:
"Nuestro país atraviesa una crisis estructural caracterizada por el dominio del imperialismo norteamericano en convivencia con sus agentes títeres, bajo formas de gobiernos dóciles a sus intereses. Esta crisis política, militar y económica que le ha tocado vivir a nuestro pueblo en los últimos años, me llevo primero a la cárcel por espacio de siete años y luego de una posición de primera línea en la guerrilla venezolana, en el glorioso frente guerrillero "José Leonardo Chirino", este es mi nuevo puesto de lucha y en el vengo a poner todo mi entusiasmo, energía, mis conocimientos que tengo del Arte de la Guerra que aprendí en mi vida militar…".
Del libro ¿Por qué Luchamos?, extraemos el siguiente párrafo: "Es esto lo que pretendemos señalar a nuestro pueblo; decirle de manera clara y explícita, que mientras el hambre, la miseria y el desempleo sean entronizados y crecidos de manera más absurda y alarmante, este gobierno traidor, incapaz y entreguista ha dilapidado cuantiosos presupuestos cuyos monto en cualquiera de los cuatro años asciende a la suma jamás dispuesta por gobierno alguno… ".
"Soy la esposa del Tte. Hurtado Barrios
El cinco de abril de 1964, Yolanda Birriel de Hurtado, esposa del Teniente Gustavo Barrios, publicó un remitido dirigido a la justicia venezolana, que dice, entre otras cosas, lo siguiente "Soy la esposa del Teniente Nicolás Hurtado Barrios, tengo interés en que su caso sea suficientemente conocido por la opinión pública. Desde hace más de cinco años está detenido. Se le acusa por su presunta participación en los sucesos del 7 de septiembre de 1958. Por órdenes expresas del presidente Betancourt, todos los demás oficiales de participar en ese movimiento están ahora en libertad… La defensa de mi esposo sostiene que lo único que cursa en su contra en los tribunales es "un aperturado auto de detención dictado en 1958 producto de la manifiesta enemistad de tres sargentos y de necesidades de carácter político". Y añade el comunicado "si embargo, continúa detenido. Ha estado en el castillo de Puerto Cabello, la cárcel de Ciudad Bolívar, la cárcel modelo, Cuartel San Carlos, Isla de la Orchila, y ahora lo tienen en preso en la isla del Burro".
"El recuerdo que no cesa"
Con respecto al teniente Nicolás Hurtado Barrios, el doctor José Vicente Rangel, escribió un artículo titulado "El recuerdo que no cesa", del cual extraemos algunos párrafos. Comienza diciendo, el doctor Rangel, que "no es fácil alejarse el recuerdo cuando este taladra lo más sensible del ser humano. Cuando se vive con una vaga noción del destino final que corriera un ser querido. Cuando hay miles de preguntas sin respuestas. Cuando el tiempo permea imágenes, palabras; cuando alguien se aferra a la búsqueda imposible y recurre a fugaces leyendas y veraces informaciones… ¿Qué ocurrió en verdad? ¿Por qué el silencio? ¿Qué tupida red de intereses impidió el acceso a la verdad? El tiempo apaga recuerdos y también los revive. Sólo se necesita voluntad para remover la capa del olvido, y la única manera de lograrlo es asumiendo el encuentro con la verdad". Más adelante el doctor Rangel enfatiza en que cuando es algo que afecta directamente a mujeres, la huella es más profunda. "Tengo la impresión de que la memoria es, en esencia, femenina. En el medio familiar el género es determinante. Así Yolanda Birriel de Hurtado y Yolanda Hurtado Birriel, viuda e hija del Teniente Nicolás Hurtado Barrios, no permitieron que la memoria les hiciera una mala jugada. Impidieron con fiereza que el olvido sepultara la figura de su esposo y del padre. De quien siendo un profesional de la milicia optó por irse a la guerrilla y morir en el montaña…".
La muerte de un valiente
Relata un oficial del ejército, en el libro de Néstor Francia, que perseguía a los guerrilleros, sobre la emboscada en el sector de Aguas Dormidas, en las montañas del estado Portuguesa, donde murió Hurtado Barrios. " El jueves de1967, en las montañas de Santa Rosa de Guache y la Fila de Garabote, sector Aguas Dormidas, municipio Opino del estado Portuguesa, tuve un encuentro con una columna guerrillera de aproximadamente diecisiete hombres cuando se oyó un grito con fuerza y firmeza: "Soy el teniente Nicolás Hurtado Barrios de la promoción Juan Bautista Arismendi, necesito hablarle…" Después de un breve análisis tome la decisión a donde él estaba. El teniente Hurtado estaba muy mal herido y no sé de dónde sacaba fuerzas para hablar, el siguiente día falleció a las 01:00 del Viernes Santo, hablando del país y de los suyos. De veras no lo conocía, en esa suprema instancia fue un hombre de valor, de valores. En un momento sacó de su cartera la foto de sus hijos y mantuvo entre sus manos en el pecho. Hasta el último momento estuvo lúcido y no se quejó de nada. Con aplomo y carácter afrontó su realidad…." (Este relato tuvo lugar en mayo de 1964).
(La próxima entrega: La fuga que estremeció al gobierno adeco-copeyano).
Puerto Ordaz, 24 de mayo de 2017.