La dama de los ojos vendados con papel transparente

Son muchos quienes, en el país, se han dado cuenta de las irregularidades en las que ha incurrido el Ministerio Publico, a través de la fiscal general. Ha dejado una brecha enorme por la cual el pueblo observa y lo pone a dudar respecto a las reacciones de una fiscal titubeante, insegura, que le ha costado mostrar las cualidades que, se presume, debe tener: autonomía, eficiencia, imparcialidad, legalidad, objetividad, profesionalismo, responsabilidad y respeto a los derechos humanos.

Al alejarse de estas cualidades, ha tratado de convertirse en defensa, por acción u omisión, de quienes en realidad están tratando con su violencia de derrocar un gobierno democrático. Esto lo corrobora, por ejemplo, la madre de Orlando Figueras, cuando señala a través de los medios de comunicación, que a estas alturas, todavía no ha sido citada por la fiscalía, para las averiguaciones de rigor, respecto a la muerte horrenda de su hijo. Sin duda, quien observe esto, puede pensar que existe un conflicto de intereses que ha desviado la atención de la fiscalía hacia otros intereses con los cuales pueda estar comprometida.

En este caso, queda en duda la autonomía de la fiscal, ya que a través de su proceder, parece que fuera ficha de la oposición; además de querer sumarse como instrumento de la venganza para atacar, no a Maduro, sino a la propia revolución bolivariana. Del mismo modo, su eficiencia no parece estar al lado de las madres y familiares en general que claman por justicia. Sinceramente, la prepotencia de la fiscal general y la ineficacia de los servidores públicos que la acompañan, con su intención política de querer derrocar al presidente de la república, colaboran para que la impunidad reine en estos tiempos de guarimbas, en la cual solo privan los derechos humanos de los que aplican la violencia, pero no los de muchos seres humanos que tratan de contrarrestar esa ofensiva, como los guardias y policías nacionales, que parecen destinados, no por la providencia, sino por órdenes de Borges, a aguantar todas las maldades que se les ocurra aplicar a los "captagonados".

En relación a la imparcialidad, no hay que ir muy lejos. Mientras sigan las guarimbas y el terror en los distintos focos perturbadores en el país, no hay que preocuparse. Con tal de tumbar a Maduro, hay que dejar que los violentos sigan, no importa el precio a pagar. En cuanto a la legalidad, ha dejado salir demasiada información a través de los medios de comunicación en los que ha insinuado amenazas a quienes no les siguen la trama. Incluso, de manera subliminal ha dejado sobreentendido la amenaza al presidente, tratando de interpretar la Constitución a su manera, desestimando las decisiones del TSJ.

Tampoco se le debe considerar como objetiva en sus funciones, porque parece seguir órdenes superiores que la conminan a enfrentar desde su guarimba personal, las actuaciones del presidente de la república. Aunque esto no me consta, los medios de comunicación audiovisual e impresos destacan y han destacado el papel que ha cumplido la fiscalía ante los hechos que vienen ocurriendo desde hace varios meses, y el pueblo se da cuenta.

En cuanto al profesionalismo de la fiscal, solo hay que recordar que la descalificación no es la mejor opción, si en este caso el TSJ, no ha estado de su parte en la interpretación de las leyes. No hay que molestarse si el TSJ, no se ha rendido a sus demandas. Se cree que cuando vuelva la calma, en algún momento, por efectos de la Constituyente o porque los políticos de oposición han tomado conciencia sobre la importancia del dialogo, para encarrilar al país por los mejores senderos hacia la prosperidad, posiblemente, todo lo que ha omitido la fiscal respecto a las violaciones a la ley, será considerado una irresponsabilidad de su parte, hacia el país.

Finalmente, en relación a los derechos humanos, se puede considerar que la cantidad de víctimas que ha producido la guarimba y la actitud negligente con la que ha actuado la fiscalía respecto a sucesos crueles y dolorosos, hace pensar que no ha estado apegada a los principios de respeto a los derechos humanos. Al hablar de derechos humanos, no son solos los de los que actúan violentamente, también debe incluir a quienes tienen que soportar los embates de alucinados jóvenes que creen que con "Sus notas" van a tumbar un gobierno.

Considero que lo referido constituye un reflejo de la fiscalía en los actuales momentos. Si alguien espera justica, que se siente a esperarla, para que no se canse.



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Jesús Rafael Barreto


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