Impresionan las cicatrices que le quedan a quien sufre quemaduras de gravedad. La entrevistadora de un canal de TV en Caracas le preguntó a Héctor Rodríguez del PSUV, ¿usted apoya que 10 guardias golpeen a un joven como pasó en Lechería, Anzoátegui?, el dirigente revolucionario le aclaró “por supuesto que no, están detenidos”, y exigió a los medios que también se preocupen por ciudadanos quemados vivos, víctimas de vándalos asesinos que los persiguen por “chavistas”.
Esta ausencia de compasión no es noticia destacada, si el quemado tiene “pinta chavista”, pertenece a la GNB o a la PNB. Es común la alarmante banalidad de comunicadores, que hacen diferencia entre víctimas de oposición involucrados en disturbios…, (palabra que usan para evitar decirles terroristas), y si los involucrados son “oficialistas”, o parecen serlo. No les duele el sufrimiento, quemaduras y cicatrices de por vida de algunos, pues solo reclaman y claman “democracia y libertad” si el agraviado es adversario a la revolución bolivariana.
En Globoterror, Venenovisión y Televengaños, veo noticias “maquilladas”. Aplican tono suave a errores y torpezas de organizaciones políticas opositoras, que apoyan salvajadas terroristas, pero magnifican casos en donde hay presunta violación de derechos humanos por funcionarios de orden público. Práctica perversa de hipocritocracia comunicacional, que le hace tremendo daño a la credibilidad informativa, desde que la izquierda es poder socialista siglo XXI, y la espada de Bolívar referencia mundial.
