En estos días, una persona me comenta en la calle: "profesor que desastres están haciendo los guarimberos"…"andan desahogando tanta rabia acumulada"…"tenían año y medio en una calma tensa"…"alrededor del 23 de enero, se desataron los demonios"…y más adelante en mi diario caminar, me consigo a un amigo y me comenta tipo pregunta: "¿que te parece lo que está pasando?..."la oposición otra vez con sus locuras y actos vandálicos"…
Cuando llego al metro, están conversando tres señores, y por encontrarme cerca de ellos en el vagón, no me quedaba más remedio que escucharlos y se decían cosas como éstas: "compadre anoche la cosa estuvo fea, cerca de la casa hubo un tiroteo"…"me dijeron que hubo saqueos"…"eso no ayuda a resolver los problemas"…y otro le responde: "así es compadre, eso lo que hace es empeorar las cosas"…"y siguen jugando con candela, o invasión o una guerra civil"…
Al salir del metro, sigo caminando y comienzo a reflexionar y sistematizar todas las cosas que me dijeron y comencé a preguntarme: ¿Qué es lo que pasa por la mente de un guarimbero cuando está en plena acción destructiva? ¿Por qué disfrutan tanto quemar, saquear, destruir bienes públicos? ¿Por qué no les importa para nada los daños que causan? ¿Será que les encanta que la prensa publique: van tantos 22 muertos, cientos de heridos, incalculables las perdidas materiales...
Hay que tener claro y precisar un importantísimo detalle: la oposición jamás ha repudiado las acciones terroristas y vandálicas de los guarimberos, al contrario, con el silencio que hacen, hay una enorme satisfacción porque las guarimbas contribuyen de manera significativa a crear caos social y miedo en la población…y que las personas exclamen: ¡aquí va a pasar algo!...
Considero que un guarimbero actúa con un muchísimo odio y amargura, con inmensos deseos de disfrutar los destrozos que realiza…le fascina lo anómalo y todo lo que esté en contra del orden y la tranquilidad ciudadana…no les importa el bienestar colectivo y desprecian la paz…
