En esta oportunidad, escribo sobre una persona que no conocí. Supe de él, a través de un mensaje que me hizo llegar un amigo virtual (Jesús Quijada), en el cual me decía, que este amigo que no conocí, había muerto recientemente a consecuencia de un arrollamiento.
Rosill Silano, era el nombre de este amigo de Jesús. Supe, que Rosill militó en organizaciones de izquierda y corrió muchos riesgo durante la IV por su militancia. En una oportunidad, Rosill compitió con William Fariñas para ser candidato a gobernador por el PSUV. En ese proceso de "escoger" su manera de morir, Silano estuvo vendiendo libros por la cercanías del Palacio de Justicia en Margarita y luego en esa camino, construyó un Kiosko en la Avenida Santiago Mariño, en donde supongo, quiso encontrar una manera de ganarse la vida honradamente y vendiendo algunas cosas.
Según entendí, la alcaldía de Mariño le tumbo su kiosko y Rosill se iba acercando peligrosamente a esa manera que "escogió" para irse. Me cuenta Jesús, que la última vez que pudo verlo, fue en una acera muy cerca de la alcaldía de Mariño y pienso (sin haberlo conocido y sin conocer más detalles) que este amigo reclamaba este Kiosko y se aferraba fuertemente a él, como su único medio para vivir.
En ese corto mensaje que me envió Jesús, leí, que cuando lo vio por última vez, Rosill tenía una maleta a su lado y estaba en estado de indigencia. Justo ahí, supe que Rosill Silano no murió por un arrollamiento. Este accidente, fue la manera en que Rosill compró un pasaje barato para irse más rápido y salir de la situación que estaba confrontando, porque seguramente, no soportaba la condición de indigente que tenía. Una curiosa ironía de la vida, un hombre que luchó para sacar a otros hombres del olvido y la miseria, murió en ella.
Nadie debe morir en un estado de indigencia. Rosill Silano tampoco y sabrán las razones para cuestionar esta muerte inducida. No creo, que Rosill voluntariamente decidió tomar el camino de la indigencia. Fue llevado a ese mundo. Sin haberlo conocido, soy de la idea, que lo llevaron a ese mundo y no tuvo la oportunidad de tener una mano solidaria. No hubo una misión que pudiera sacarlo de ese trance y por eso creo, que lo mataron. La indiferencia y la falta de solidaridad (cosa que duele reconocer) lo mató. El arrollamiento fue un pasaje barato para dejarnos.
Uno piensa en la vida de príncipe sauditas que tienen nuestros líderes y le cuesta creer, que Rosill Silano no pudo contar con una mano amiga y solidaria, que le permitiera sacarlo de ese mundo donde llegó porque lo empujaron con la indiferencia y el olvido o porque lo tiraron y lo dejaron en ese mundo.