…juicios nefastos, fallos infelices y veredictos desdichados

¡La fe de vida de Javier Antonio Vivas Santana…!

La página web APORREA nos muestra lo factible de establecer conexiones entre personajes y circunstancias más allá de los hechos recogidos por ella. No pretendo darle valor probado a estos lazos observados, como tampoco presentarla como una secuencia neutra y objetiva, simplemente, trato de establecer el hilo que las unió, con una razonable posibilidad de certeza.

Déjenme contarles, por si le ocurriera lo mismo, que desde el mismo instante en que el gobierno omite la ineludible fe de vida de Javier Antonio Vivas Santana y desprecia las explicaciones que sustentan su detención e incomunicación arbitraria, no cumplió con ninguna de las exigencias del debido proceso que señala el buen saber y entender legal-judicial. Pese a esta irregularidad, se erigió un jurado que ha servido de jueces para un fallo infeliz o un veredicto desdichado para desacreditar, denigrar, infamar, ofender, vilipendiar a Javier Antonio Vivas Santana, por supuesto, las posturas moralistas son siempre desconcertantes.

He estado preguntándome lo que debería hacer Javier Antonio Vivas Santana con esas personas que, de manera tan desconsiderada, machucaron su trabajo personal, familiar, profesional y académico. Por mi cabeza a pasado, debo confesarlo, la posibilidad de dar algunas sopapos, no precisamente epistolares, cosa que seguramente sería muy mal vista en algunos colaboradores de APORREA. También se me ocurrió la idea, más civilista, de iniciar una demanda ante los tribunales por conspiración para desprestigiar. Pero en definitiva, creo que debe desistir del primer y estimulante impulso y también del litigante segundo camino, porque cualquiera de ellos prolongaría en el tiempo tan enojoso asunto que ya bastante molestia le ha producido.

Sin embargo, esta inhibición prudente del instinto, dijo, no tiene porque impedir que alerte a las próximas victimas del síndrome de la impunidad, sobre el peligro que corren si llegaran a caer en manos de esta gente del gobierno o de cualquier otra que se suponga destinada a establecer quién sirve y quién deberá ser convertido en abono para las plantas de la sede del DGCIM en Boleíta Norte en la ciudad de Caracas. Y les pudieran parecer exageradas mis aprensiones, pero, la verdad es que si, en definitiva, Javier Antonio Vivas Santana saliera airoso de esta emboscada político-militar, fue porque estos jueces, en su apresurado proceder, se apropiaron, secuestraron e incumplieron con todas las consideraciones democráticas esenciales contra la batalla contra la impunidad, vicios de forma lo llaman, lo cual la quieren hacer opaca, callada, enmudecida y resquebrajada de su duro fallo infeliz o veredicto desdichado.

Quienes hayan reivindicado el trabajo de Javier Antonio Vivas Santana, fijando inclusive posición frente a su actuación, los honra y enaltece, pero no borra la desventura ni acaba con la pretensión de ciertos personajes de decidir a su arbitrio, una vez que se le otorga el poder de enjuiciar, quien está o no preparado para vencer las sombras y alcanzar ese luminoso lugar donde ellos se encuentran.

No piensen que no entiendo que, tras todo juicio, hay un pequeño o gran drama, y que la acción de juzgar sea irremediablemente la consecuencia de la libre potestad. Pero, ahí no está el problema, sino en la oscuridad que se proyecta a partir de la certeza de verdad poseída que algunos de estos jueces tienen y que les obnubila todo razonamiento. Y es que, desde que surgieron las montañas hay muchas y variadas vertientes por donde se deslizan las pretensiones justicieras.

Puede ser que me equivoque, solo los jueces no lo hacen, pero dejando de lado a aquellos que no pasamos de ser sedicentes evaluadores y dejando también algunos bochornos que siempre existen, he creído encontrar como común en el juicio de estos comentaristas, razones que pertenecen a circunstancias ajenas a las que son enjuiciadas pero que pasaron a formar parte de la certidumbre existencial, su singular piel, que es también ropaje ceremonial. Y, común es, además, la ofendida actitud cuando se les señala que la objetividad no es una sustancia inmanente a su fisiología. Pero hay otras coincidencias: sus inagotables capacidades para enjuiciar igual que el gobierno.

Debo reconocerles, para terminar, que algunos involucrados en esas juicios nefastos, fallos infelices y veredictos desdichados, pueden sentirse maltratados por mi queja de clasificarlos de esta manera, pues no los mueve ninguna derecho exterminador y seguramente eso es cierto, pero, hay que decirles que a pesar de la ecuanimidad con que puedan, como jueces, tratar de actuar, no tengo dudas de que la simple pretensión de enjuiciar a un colega de este portal web con ese fin, es absolutamente equivocado. Esa no es la manera de evaluar una trayectoria personal, familiar, profesional y académica de Javier Antonio Vivas Santana, aunque si la manera de saldar viejas cuentas y satisfacer rencores ocultos. Se los digo porque si en un futuro cercano tienen que pasar por esas horcas caudinas, deberían revisar con más cuidado la presencia de estos personajes.

La fe de vida de Javier Antonio Vivas Santana es ineludible!... ¡Libertad para Javier Antonio Vivas Santana!..

¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento¡



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Servando Marín Lista

Arquitecto - Autor de los libros: 1.- La Geometría de los Afectos (2007). 2.- Desde la Comunidad (2010). 3.- La Ciudad Comunal (2013). 4.- El Caserío de Altagracia de Cumaná (2016). 5.- El Caserío de Santa Inés de Cumaná (2017). 6.- Cumaná: La Otra Ciudad (2019). 7.- Más allá de Tierra Firme (2022). 8.- Más allá de La Mar (2023).

 tetralectica77@gmail.com      @chevan2

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