En el último párrafo de la anterior crítica ácida, escribí que el colectivo nacional "se da cuenta cada vez más del ataque feroz, bestial, inhumano, miserable y criminal de lesa humanidad contra el colectivo nuestro, irrespetando niños, jóvenes, abuelos, y gente de cualquier edad, raza, religión, clase social o preferencia ideológica, mientras a prisa aprendemos de lo que es capaz el voraz y rapaz capitalismo salvaje homicida, contra quienes no obedezcan sus designios. Ejemplo, calificar a Venezuela por tener un gobierno socialista electo, "peligro inusual y extraordinario a la gran potencia mundial USA".
En la irritante desesperación que acompaña a gobernantes estadounidenses y sus lacayos europeos, perritos falderos presidentes en América, o subordinados jefes de estado del resto del mundo, en la Fiscalía de la CPI -Corte Penal Internacional-, intentan por decisión de Diciembre 14, establecer un fallo (aun no oficial), para que al gobierno de Nicolás Maduro por responder al terrorismo organizado para derrocarlo, sea declarado responsable de crímenes de lesa humanidad, basándose en informaciones por supuestas detenciones, torturas, y maltratos, sin tomar en cuenta que hay funcionarios detenidos y despedidos, por algunos abusos de poder, lo que no ocurre en otros gobiernos del orbe.
Los gringos en su conducta habitual de doble rasero infame, han amenazado a la Corte Penal con no pagar la cuota que le corresponde, Trump ha despotricado de algunas decisiones en La Haya, sede de la CPI, y mantiene amenazas abiertas exigiendo condiciones y condenas a los gobiernos que no le sean afectos. De ese comportamiento perverso nada democrático, viene toda la matriz de opinión creada por factores de la derecha mundial, contra la democracia venezolana que hace elecciones a cada rato.
Es tan comprometedor el miedo de la CPI a Washington, que no condenan la represión en Chile, Colombia, los propios EE UU, etc., y se hacen los desentendidos donde los represores son gobernantes genuflexos a las órdenes de mal llamados "norteamericanos", pues son del norte continental también, mexicanos y canadienses.
Los varios cientos de chilenos que atacados por los carabineros pinochetistas todavía, perdieron la vista por perdigonazos, o quedaron con un solo ojo sano, no le preocupan a la muy disimulócrata ex presidenta austral Michelle Bachelet, menos investiga la CPI a los responsables de matanzas a líderes y lideresas sociales en Colombia, con estadística 2020 cercana a un asesinado diario en el territorio mayor productor de cocaína del mundo, donde fueron contra la paz, que se había firmado entre otros con el concurso inicial del venezolano Hugo Chávez.
Venezuela en paz, con consultas electorales teniendo testigos del mundo entero como veedores, auditorías múltiples y plena libertad de expresión, resulta inmoralmente sancionada por los capitostes del mercantilismo politiquero mundial, y sorprendentemente hacernos "estado de democracia fallida", porque nuestra soberanía socialista le estorba a los clasistas y racistas del mundo siglo XXI despertando hacia una democracia auténtica, que deja atrás la barbarie imperialista comercial.