El pueblo se alegra escuchando al Presidente Chávez cuando se indigna contra las injusticias, pero a veces no sabe si esa indignación tendrá un efecto inmediato contra los bandidos, contra los delincuentes. La guerra contra el gobierno en este 2007, ya muestra visos de ser tan terrible como lo que sufrimos el 2002. Otra vez la derecha le está imponiendo la agenda política al gobierno, y los ataques son demenciales y sin pausa. La ultraderecha junto con la cúpula de la Iglesia, los medios poderosos, los empresarios y la embajada norteamericana sacan a sus mamelucos para enfilarlos bestialmente a favor de la especulación y de la espantosa juyidera de presos, y contra los motores de la revolución. El gran error del Presidente Chávez no fue darle un parado frontal a los poderosos medios poco después del 13 de abril del 2002, y puso la otra mejilla, y seguimos en esta horrible paranoia donde los jueces no hacen un carajo, los fiscales menos, los 24 gobernadores como si vaina no fuera con ellos, los miles de alcaldes dormidos en los laureles, sin partido de la revolución, sin un verdadero de programa de lucha y con una ultraderecha cada vez más envalentonada, más fuerte y más decidida a hacer lo que le venga en gana contra las leyes, contra el país.
Nadie está en estos momentos más feliz en este país que un ultraderechista. Recuerdo a un conocido empresario, de medio de pelo, de Mérida, que se había “ganado” solamente en el 2002 la leve pelusa de 1.500 millones de bolívares. Su negocio es vender carro, y me lo confesó, “esta vaina es para volverse loco, chavista del coño; jamás con adecos y copeyanos soñamos los empresarios con meternos tal bola de billetes. Por eso es necesario, mantener la presión desde los medios para que se afloje aún más la bolsa, y nosotros los empresarios vayamos cogiendo de lo bueno y de lo más caro. Ni por el carajo queremos que este gobierno deje de funcionar como lo viene haciendo, pero eso sí, que continúe prensadito, muy bien prensadito, y vigilado por todos lados, para que cuando exijamos se afloje y entonces llegamos nosotros y le damos duro para que no pueda decir ni pío… Esa es una técnica que funciona también de maravilla con las mujeres, chavista del coño… ”
Porque el Presidente para poder hacerle llegar tres lochas más a los pobres al mismo tiempo ha tenido que rociar con miles de millones de bolívares a los ricos. Una proporción que es para desquiciarse, y se ve en todos los aspectos de la vida diaria. Si el pobre consigue con que comprarse un ranchito, al rico en proporción le entra como para montarse dos señoriales mansiones. Si el pobre se compra un carrito lada de tercera mano, al rico le entra para una humer y un yate super equipados. Si el pobre hace de tripas corazón para visitar en diciembre a sus parientes en el Táchira, digamos, el rico se echa un tour por la China y Europa, y de regreso se recorre media Norteamérica, y su cerro de maletas ocupan medio pasillo en la aduana. Así van las cosas. Esta revolución le ha resultado del carajo a la oligarquía. Los de abajo cogiendo algo medio cagados porque esto vive en un tusero de alarmas, entre gobernadores abúlicos y complacientes con la derecha, y los de arriba chupando hasta con cuatro carrillos y cagándose en cuanto le da la gana. Qué buena es esta revolución, y algunos que se llaman chavistas, que tienen las espuelas ultra-afinadas, no saben dónde “invertir” lo que se están cogiendo, porque hay que decir que realmente el despelote administrativo es espantoso.
¡Cómo botan plata nuestros gobiernos regionales, y quién les puede estar metiendo la lupa, el ojo, PUES NADIE!
Si aquí realmente se hiciera una razzia contra los ladrones enchufados en el gobierno las manadas que tendrían que arrearse para las cárceles serían de padre y señor nuestro, PERO PARA NADA porque sobran quienes los fuguen y después los metan en una embajada.
¡Qué bella Semana Santa estamos pasando!
jrodri@ula.ve