El 9 de marzo de 2015, el imperialismo estadounidense, aumento las acciones criminales en contra del pueblo venezolano, para esa fecha el entonces presidente de Estados Unidos (EE. UU.), el pigmentario Barack Obama, firmó un infame “decreto” contra la soberanía y los derechos humanos de los venezolanos, al declarar que “Venezuela es una amenaza inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional de la nación norteamericana, abriendo las puertas a una insólita agresión, abierta y criminal, con las pretendidas y mal llamadas “sanciones” que han provocado pérdidas milmillonarias a la República Bolivariana. Joe Biden, tal como lo hizo Donald Trump en su oportunidad, volvió a extender el ilegal documento, que fue rechazado también, una vez más, por el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.
Venezuela el país que ha tenido que enfrentar una multiplicidad de “amenazas, chantajes, agresiones y ataques que vulneran los derechos humanos de todo el pueblo venezolano”. Esta conducta inmoral de EE.UU., hizo que el Gobierno venezolano ratificara que cada nueve de marzo, el país celebra el Día del Antiimperialismo Bolivariano en Venezuela, tal como como fue declarado en el año 2016. A raíz de esta demostración de dignidad. Obama pareció recular y llegó a afirmar que, en realidad, Venezuela, no es amenaza para EE. UU. La aventura antidemocrática de un “cambio de régimen” inició en Venezuela en diciembre de 2015, paradójicamente tras la victoria electoral parlamentaria de la oposición venezolana terrorista de los apellidos, además fascistas que obtuvo mayoría en la Asamblea Nacional (AN), y que pasó cinco años como un caballo de Troya para los intentos golpistas y desestabilizadores.
El 15 de marzo, Donald Trump y Nayib Bukele convirtieron 238, dignos trabajadores venezolanos, en despiadado delincuentes, vinculados a los amigos de María Sin Patria Machado, el inexistente Tren de Aragua. La retórica de la Casa Blanca, los tatuajes son para las autoridades estadounidenses uno de los indicios para identificar presuntos miembros del Tren de Aragua, se confirmó a finales de marzo, cuando la American Civil Libertéis Unión (ACLU) publicó como prueba judicial en una demanda una guía del Departamento de Seguridad Nacional que establece un sistema de puntos para determinar si un sospechoso pertenece a una pandilla criminal. Los hechos son claro desde la Casa Blanca, con los últimos tres presidentes de EE.UU. han demostrado tener aprensión en contra de los gobiernos Chavistas, ahora le pasan la factura a los inmigrantes venezolanos.
Recordemos a los venezolanos aliados de la Casa Blanca: El 5 de enero de 2016, cuando asumió la presidencia del Poder Legislativo, el diputado adeco Henry Ramos Allup dejó ver lo que vendría más adelante, en su pretensión de establecer un plazo máximo de seis meses para concretar un cambio forzado de gobierno. Con estas declaraciones, el dirigente hizo patente que la derecha venezolana, se alineó a las directrices estratégicas ilegales del Gobierno de los Estados Unidos, y convirtió a la AN en una instancia en desacato constitucional contumaz, arrodillado al imperio, que se dedicó a entregar al país y sus recursos en el exterior.
Ser venezolano es un delito para la Casa Blanca. “Trump viola los derechos humanos de los venezolanos, y de todas partes. No hay una organización en el planeta que se abogue por la gente inocente”, hasta ahora la ONU, la OEA Y la cúpula de la iglesia católica venezolana, no han dicho nada relacionado con la agresión de los inmigrantes venezolano. La Casa Blanca, usa el tatuaje para agredir al pueblo venezolano.