Las cárceles deben ser hospitales más que recinto de muertos en vida

Leí un artículo en aporrea titulado "Las causas verdaderas de la crisis carcelaria" del distinguido colega Dr. Francisco Sierra, el cual se encuentra en la dirección electrónica http://www.aporrea.org/actualidad/a52997.html

Sus recomendaciones me parecen acertadas a la luz de lo que viene sucediendo en nuestras cárceles y ello me permite hacer algunas consideraciones.

Lo cierto es que de igual manera, me he pronunciado en varias ocasiones sobre este asunto de singular importancia y a ello me referiré a los fines de que las autoridades nacionales tomen en cuenta las sugerencias del Dr. Francisco Sierra y por supuesto estas que daré a continuación.

Creo que la pena determinada,  es un verdadero error,  que hace que el penado,  pase por vicisitudes diversas que lo llevan hasta la muerte, sin contar lo que pasa en su familia.


Esto no lo hago por el hecho de defender a los delincuentes, que por ejemplo me han tocado en varias ocasiones llenvadose mi vehículo 2 veces en menos de un mes. Ello producto de un franco deterioro producto de falta de políticas que toquen evidentemente a la Familia como tal.

No se puede concebir, con los mecanismos actuales, cuando un individuo, que ha cometido, CIERTAMENTE un delito, (Hay presos sin que hayan cometido delito alguno) puede ser recuperado con técnicas criminológicas, psicológicas, psiquiatritas, sociales etc., para que sea devuelto de nuevo a la sociedad, ay que ese concepto no impera en la mente de quienes dirigen este importante campo penal. Ello me parece un verdadero caos que debe ser corregido a la brevedad. Este gobierno puede hacerlo y tiene el interés de corregir, pues bien estas sugerencias las damos de manera que sean aceptadas.

Planteo que una persona que haya sido condenada a 20 o más años, puede si  opera la ciencia carcelaria como debe, ser liberado de esa pena, mucho antes, y ese antes lo determinará el comportamiento social, psicológico de este individuo con expertos en la materia..

Para que ello suceda, se debe reconstruir todo el sistema penitenciario nacional, ya que, quien ingresa en las cárceles en un MUERTO VIVIENTE, es un zombi carcelario.


Me parece que la pena entonces debe ser indeterminada a los fines de que la cárcel sea como un hospital, que determine en la definitiva, cuanto tiempo debe permanecer en ella.

Debe ser ese HOSPITAL-RECINTO como debe ser llamado, el que en definitiva, una vez pasado culpable por un Tribunal competente, él que determine, cuando debe salir de allí, ello por el tratamiento que se le debe aplicar, que no es más que tratamiento médico, psiquiátrico, psicológico, social educativo entre otros, no como sucede en la actualidad, el reo ingresa a un recinto penitenciario y de él se olvidan hasta los Fiscales Ejecutores y Jueces y ello es notorio sin que pueda permitirse probar lo contario.

Cuando un enfermo ingresa en un hospital lo hace en búsqueda de su salud de su recuperación, ahora bien cuando un delincuente ingresa en la cárcel lo hace en contra de su voluntad bajo el imperio de la ley que es, quien en definitiva, en los actuales momentos,  la que le determina, cuanto tiempo debe permanecer en esa condición , sin importale para nada, si se recuperó o no.

Vamos hacer un pequeño ejercicio, supongamos que un individuo es condenado a 10 años por cualquier delito, y este lapso de tiempo transcurre, evidentemente que el juez debe liberarlo de inmediato, por cumplimiento de la pena, pero me pregunto ¿Existen estudios sociales, siquiátricas etc., que determinen que ese individuo está sano, que es de aquellos que pueden ingresar en la sociedad? Creo que no.


Por otra parte se han preguntado ustedes ¿Qué pasa con aquellos que, aun existiendo el desastre de las cárceles, por algún error, cayeron en esa desgracia y estudiaron, se portaron bien, fueron estrictos en el cumplimiento de sus labores y deberes ; cosa muy por lo demás extraña, se le podría dar la libertad, aun estando cumpliendo, una pena de 20 años? Pues debería en todo caso darle la libertad a quienes, con un sistema carcelario serio, pulcro y del tipo hospitalario, demostrasen ser personas aptas para devolverlos a la Sociedad, aún no haber cumplido la pena impuesta.

Pues les diré que en esos recintos debe imperar el orden, la decencia en extremo, el trabajo, el estudio, las recomendaciones médicas, un ambiente sano lleno de armonía, exento de malos olores y de contaminación visual, ya que las paredes y olores son la muestra de quienes habitan allí y de quienes la dirigen.

Por ello recomiendo que se tomen en cuenta estos aspectos para humanizar las cárceles un poco más a favor de la Sociedad, que en definitiva, es la que recibe a estos en un grado de deterioro que afecta indudablemente su seguridad. Trabajemos en eso.


reveron.jose@gmail.com



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José Agustín Reveron Orta


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