El señor Gustavo Moncayo, el Caminante por la Paz, es profesor de ciencias sociales y ahora sus alumnos están en las calles, en los caminos del mundo: nos lo encontramos en Caracas, en ruta hacia no sabe dónde. ¿Qué hará por Venezuela el profesor Moncayo?, nos preguntamos, y nos le acercamos. Cargaba en sus brazos y en su cuello las cadenas que representan el dolor por la retención de su hijo Pablo Emilio. En la franela una foto de Pablo Emilio. Las preguntas se nos agolpaban: ¿Por qué su muchacho se hizo militar en un país con un ejército vendido a los oligarcas?, ¿fue la FARC engañada o cobró por ese rescate?, ¿cómo queda ahora la situación de su hijo después de tan espantoso engaño?, ¿ya no valdrán de nada facilitadores de ningún país?, ¿quién puede negociar con un gobierno tan farsante?
Nos llamó la atención su presencia, tomando en cuenta que hace unos meses atrás, Caracas era el centro de honorables personalidades de Bogotá, como doña Yolanda Pulecio, la madre de Ingrid Betancourt. Todos pendientes de los acuerdos humanitarios. Ahora doña Pulecio se olvidó de Venezuela. No le hace falta. Pareciera que no cayera en la cuenta de que si no hubiese sido por Chávez su hija no habría sido liberada. Entre el grupo que entrevistó a Moncayo se encontraba el filósofo Germán Pinto Saavedra, la licenciada María Eugenia Parilli, el politólogo Rafael Méndez, el creador popular llanero Fernando Zapata y Sant Roz. La entrega de este material se hará por partes. Sin irnos mucho por las ramas, fuimos al grano:
- A usted, don Gustavo, lo han entrevistado pero ahora díganos si en esta reciente liberación de este grupo de colombianos y tres norteamericanos hubo o no pagó de por medio.
-Mira, yo pienso que había un compromiso ya de liberaciones unilaterales dentro de ese proceso con compromisos con organismos internacionales como Francia y Suiza que llegan con dos representantes facilitadotes para lograr en primer lugar la liberación de Ingrid Betancourt. No se había hablado de los norteamericanos; yo pienso que había una negociación con compromisos como, por ejemplo, con Francia para la liberación tanto de Ingrid como de los norteamericanos. Considero que en ese momento ya se habían reunido tres grupos de secuestrados, el de Ingrid Betancourt, el de los norteamericanos y el de los militares; los reúnen y están a la expectativa para que se les liberara. Por esa razón, ahí no hubo resistencia; ellos cuando se suben al helicóptero no hay esa violencia, no hay nada y es porque ya había una negociación, porque de lo contrario pues, sabiendo que son los dos elementos fundamentales para la guerrilla, y tan fácil así como fueron entregando, qué explicación puede tener.
- ¿Cree que realmente engañaron a la guerrilla?
- Es decir, para mí, es un engaño, un mal ejemplo al pueblo colombiano y al mundo por parte del gobierno de Uribe. Porque se utilizan insignias como la de la Cruz Roja, se suplantan a los dos facilitadotes del proceso; yo pienso que aquí no le estamos dando una enseñanza al pueblo porque estamos enseñando, tal vez, a utilizar artimañas para lograr fines y objetivos tergiversando y dañando un proceso; porque de todas maneras quienes sufren son los que quedan secuestrados y para mí es tal vez de los más lesivo si nosotros lo analizamos desde ese punto vista. El gobierno utiliza un trapo de la cruz roja que a mí me parece extraño. ¿Que tal si nosotros utilizáramos un uniforme del ejército?; entonces, digamos, que nos dé por usarlo y punto. Yo pienso que cada institución es sagrada. ¿Ahora en que situación quedan los facilitadotes de negociación?, ¿la cruz roja?, cuando se necesite por ejemplo un evento en donde tengan que actuar en procesos difíciles como el caso cuando hay guerrillas, conflictos: Bueno, no habrá más confianza si suplantan a la gente, si tranquilamente se pueden colocar emblemas; para mí ha sido un error grande y craso las mentiras que han utilizado, y que dañan un proceso que debe llevarse de manera delicada. El pueblo colombiano no se merece eso.
Interviene el filósofo Germán Pinto, quien pregunta: Además de la utilización de los símbolos de la Cruz Roja, un delito internacional, usaron los de Telesur; eso ya involucraría como parte del tinglado de engaños a la imagen del gobierno venezolano y de la política de la revolución bolivariana, ¿que sabe de eso?
- Mire yo pienso, insisto, en que es un mal ejemplo porque esas personas que fueron liberadas con ese recurso de engaños, cómo podría ahora el gobierno ser creído por la guerrilla. Eso es lo que me preocupa. Yo soy de las personas que siempre ha estado proponiendo que debe haber una acuerdo humanitario; que debe haber un franco compromiso de las partes para evitar más violencia, más derramamiento de sangre y esto no se logra de esta manera: con farsas. Si nosotros estamos interesados en cambiar la historia de Colombia, yo pienso que en esa forma es muy difícil porque siempre estará en la mente de cada uno de ellos, bueno mire si el gobierno engaña de tal manera, si disfraza, si intercepta llamadas,… si el gobierno hace todo un show para dañar un proceso que es conocido a nivel mundial, entonces en quién se puede confiar.
- ¿Ahora usted ve más grave todavía la situación de su hijo?
-Pues digamos, que esto ya arrancó, y esto una vez que empieza a ponerse sobre la mesa la temática ya nadie puede detenerla; anteriormente nadie hablaba del acuerdo humanitario, habían pasado ya cuatro años del gobierno del presidente Uribe en el gobierno nadie hacía nada,….
- Nos referimos al hecho de que una vez que se ha cometido este acto digamos de engaño por parte del gobierno, cómo podría hacerse ahora continuar con las con las negociaciones con las FARC.
- Bueno, por eso les digo, esto ya es un proceso que lo mantiene la dinámica, independientemente de que haya o no tropiezos en la vía; esto va a continuar y llegará un momento en que se logre la liberación de todos; ojalá que las FARC utilicen toda su inteligencia y sabiduría para evitar derramamiento de sangre de las personas que están privadas de su libertad y que el gobierno de igual manera acepte de una u otra manera una facilitación, una mediación, porque internamente es muy difícil. Las FARC, con todo esto, no creo que esté tan confiadas. El gobierno dice que desecha toda participación, toda mediación internacional; ¿cómo van hacer eso ahora? Cuando tenían a Ingrid Betancourt, cuando tenían a los tres ciudadanos norteamericanos, aceptaron facilitación de Francia España, Suiza, Venezuela, ¿entonces por que ahora, que ya no están ellos, por qué, el gobierno tiene que decir que eso lo arreglamos internamente? Es que acaso nuestros hijos tiene otra categoría social, son cosas que van quedando ahí a la expectativa, a la deriva, ¿quién levanta la voz de protesta por esto?
[1] Este es un trabajo para el semanario alternativo de la Universidad Socialista del Pueblo, UNIVER-SO, “El Paso de Los Andes”.
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