Crímenes muy extraños están ocurriendo en la ciudad de Mérida: asesinatos a mansalva de estudiantes a los que les disparan desde motos o desde carros y se ha hecho frecuente encontrar cadáveres descompuestos en la zona de El Valle. No les roban nada, y además los jóvenes asesinados no están ligados a movimiento político alguno. El pasado viernes mataron de un balazo al profesor de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, César Augusto Mendoza Briceño, una persona que tampoco tenía nada que ver con la lucha política en nuestro Estado.
Son grupos de sicarios que saben que estos crímenes son fuertemente utilizados por la oposición para crear espantosos caos, saqueos, paralización toda de la ciudad y que consiguen tener eco en sus pares golpistas de Caracas, Carabobo, Maracaibo y Barquisimeto.
Desde hace años, se ha venido denunciando por distintos medios, la cantidad de paramilitares colombianos que viven enconchados en varias haciendas cercanas a la ciudad de Mérida. Se dice que el gobierno los tiene ubicados, pero la verdad es que no se ha hecho una verdadera razzia para acabarlos, para eliminarlos como se debe. Son asesinos que mientras esperan órdenes de Caracas para alterar a la ciudad con sus crímenes, se dedican a matar por encargo, hasta por 40 mil bolívares.
Apenas asesinaron al profesor César Augusto Mendoza Briceño las hordas golpistas de la oposición marcharon al Hospital Universitario, HULA, a exigir que se les entregara el cadáver, y fue tal el escándalo que formaron y el terror con que amenazaron al personal de este centro de salud, que se lo llevaron sin que se le pudiera hacer la autopsia de ley. Causaron en el HULA, el mismo caos que provocaron con el caso del joven Rojas asesinado de un metrazo hace dos meses, que de manera macabra exigieron estar presente en el momento en que le abrieran la cabeza al muchacho.
Y esto sucede apenas comienzan las clases en la ULA. Con el mismo formato criminal de atentados para calentar las calles y crear toda una conmoción a nivel nacional en vísperas de las elecciones del 23 de noviembre. Ya están haciendo llamados para incendiar la ciudad, y pronto veremos por aquí a Rickeza Sánchez, a Yon Goicochea y a los otros fascistas pagados por el Departamento de Estado. Alerta, señores.
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