Avenida Andrés Bello cruce con calle Buenos Aires de Los Caobos, Caracas. Allí tiene Venevisión, corrompiendo funcionarios (no se sabe si de la Alcaldía Libertador o la Mayor, de la Policía de Caracas o la Metropolitana) un estacionamiento ilegal para los autobuses alquilados que le traen diariamente a las decenas de adolescentes que explota en su programación
Durante todo el día entorpecen el tráfico, hacen peligrar a los peatones y automovilistas, obstruyen una parada de Metrobús. Se retiran en la noche y dejan el lugar lleno de aceite y basura, listo y adornado para la llegada de las prostitutas a quienes alguna mano peluda les “asignó” esta misma “zona de tolerancia”. Las prostitutas no molestan a nadie, pero son insultadas y agredidas escandalosamente por quienes las utilizan o explotan. Desde hace meses sostienen una competencia del proverbial botellazo…Todo esto ocurre en la acera de la sede Colegio Nacional de Palangristas, el de la CIA, pero ahí nunca hay nadie ni de noche ni de día.
¿A quien corrompe Venevisión?
Que esto ocurra por meses en una avenida principalísima de la ciudad, ocupada simultánea e impunemente por varias formas de ilegalidad sin autoridad se entere o se de por enterada, da una medida de la corrupción municipal y policial (o de su ineficiencia que es lo mismo) y una alerta temprana sobre el peligro electoral de perder la Alcaldía Libertador.
Un grito a tiempo es mucho cuento
Un alcalde tiene que ocuparse de problemas mucho más graves que del “voto castigo” de los vecinos de la clase media, como los que hoy se quejan de los autobuses de Venevisión en la Andrés Bello. Ese mismo voto castigo que nos arrebató el Estado Miranda, el Municipio Sucre y la Alcaldía Mayor.
Como trabajo con el Estado los vecinos del sector me creen con influencia y me piden que hable con “alguien” capaz de reestablecer la legalidad violada por Venevisión. Considero que aquí he informado “a quien por derecho corresponde”. Ahora lo más urgente es esperar.
