Se encuentra en YouTube
Me lo enviaron ayer. Es contra nuestra artista Reina Lucero, aragüeña, pero más llanera que un cafecito cerrero, de madrugada, en las sabanas de Calabozo o en los esteros del Arauca. Nuestra Reina que estuvo en las deliberaciones de la Constituyente, de donde salió nuestra Constitución Bolivariana. Su principal preocupación en los trabajos de la Constituyente fue “La Defensa de la Cultura popular Venezolana”. Ella fue pieza fundamental en el estudio de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, en la que se procuraba hacérsele justicia a todos los artistas venezolanos en sus diferentes manifestaciones. Todavía hoy esa justicia está relegada cuando vemos que casi no se escucha ni en la televisión ni en la radio nuestra música llanera.
Nuestra Reina Lucero, cantante de bellas composiciones como “Desilusión”, “Guayanesa”, “Mi Gavancito”, “El sombrero pelo e´ Guama”, “Llanero siente y lamenta” y “Rosa Angelina”. Nuestra embajadora musical en Washington Colombia, Puerto Rico, México, las Islas Canarias de España, Cuba y Ecuador, donde ha llevado nuestro canto y que con tanto arte y gracia nos ha representado.
Qué pena que este señor Marcos Díaz Orellana sea nuestro gobernador, viendo en este video la manera denigrante como se burla y como trata a nuestra celebrada cantante llanera. Además, que estas ofensas fueron transmitidas a toda la población de Mérida, cuando se realizaba la conocida Cabalgata de Tovar. Téngase en cuenta que con esta calidad moral no se puede impulsar un proyecto socialista en nuestra región. Si este es el concepto que tiene de las mujeres, si habla de ellas en un programa que se está transmitiendo a todo mundo, cómo funcionará esa Gobernación por dentro. Con toda seguridad al señor gobernador Marcos Díaz Orellana le va a caer encima la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres, cuando habla de que se establece prisión de 10 a 22 meses a quien incurra en ofensas hacia la mujer. Ojalá el Buró de la Dirección Nacional del PSUV le exija a Marcos Díaz Orellana al menos una disculpa pública. Sería lo menos que se pudiera exigir, aunque entendemos que el mal ha sido horrible, y quien ha sido capaz de hacer eso, quizá ya no tenga compón.
jsantroz@gmail.com