"La fortuna no sólo es ciega
sino que ofusca y ciega
también a los favorecidos"
Cicerón
El último out, abanicando el tercer strike, en el encuentro entre los Mets de New York y los Reales de Kansas city, el pasado domingo, fecha de la inauguración del béisbol de la grandes ligas, fue Yoenis Céspedes, jugador de origen cubano, asilado en una de las tantas salidas de la poderosa selección antillana a competir al exterior. Este jugador se formó en las canteras deportivas de Cuba Socialista; poseé grandes condiciones para practicar, uno de los deportes más apasionantes en el caribe; convirtiéndose en los últimos días en una bandera política para el capitalismo.
La cadena deportiva estadounidense: ESPN, ha promocionado con bombos y platillos una entrevista relámpago, realizada por una atractiva rubia, a este versátil pelotero, quien deja ver su poca capacidad mental para apreciar las bondades de la revolución socialista, porque fue atrapado y embelesado por el confort, el lujo y la vanidad de una sociedad en descomposición, pero con grandes recursos para seguir pescando talentos en distintas actividades y disciplinas deportivas, colocando como carnada en los anzuelos: los dólares. Este es el principal recurso presentado por la sociedad de consumo, proyectado desde los Estados Unidos al mundo; así viene sucediendo, desde hace muchos años, para sacar de países pobres, grandes talentos, quienes esgrimen algún pretexto para emigrar a la tierra, donde sencillamente el dinero, está por sobre todas las cosas.
La corta conversación entre la entrevistadora, y el ahora millonario jugador, permite evaluar la diferencia entre un atleta con grandes condiciones para la práctica del béisbol, pero carente de patriotismo para valorar el gran esfuerzo del pueblo cubano, al enfrentar durante un tiempo bastante largo, un bloque criminal sin precedente en la historia de la humanidad (57 años). En un pasaje del encuentro, parece un niño, manipulando un juguete nuevo, al manejar una lujosa camioneta, de los varios vehículos de su propiedad, exhibidos a través de los grandes laboratorios mediáticos del país más poderoso de la tierra, para seguir atrayendo a los buscadores de dólares. La periodista, sabiendo a quien tenía a su lado, sin mucho rodeo le preguntó ¿En qué andabas en Cuba? y él eufórico jugador, respondió con la inocentada reflejada en el rostro ¡En una bicicleta vieja! Esta expresión provoco la risa de la mujer, al escuchar las mismas palabras, que los enemigos de Cuba, siempre repiten, como diciéndole al mundo ¡Estados Unidos es un paraíso! cuando todos sabemos las grandes desigualdades de la sociedad norteamericana, con un alto índice de drogadicción, llevando a la tumba a millares de jóvenes; muchos atletas, se convierten en verdaderas "maquinarias" humanas, sobresaliente en distintos deportes, gracias a los estimulantes, para después echarlos al olvido, cuando son aprendidos in fraganti. Todos sabemos el lamentable caso del ciclista Lance Armstrong; dejando al descubierto, como la ambición y ansia de billetes, viene socavando las bases del deporte en general, viciando una actividad, algo totalmente contrario al gran deseo del creador de los juegos olímpicos: Pierre de Coubertin.
Todo esto nos demuestra una gran verdad: nada es eterno en este mundo, como lo dice la visionaria canción del compositor Julio Numhauser, magistralmente interpretada por la fallecida cantante Mercedes Sosa, "Todo cambia" menos la ambición del ser humano por hacer dinero. Esa necesidad por buscar los dólares, a como dé lugar , mantiene al mundo, en un verdadero círculo vicioso; los habitantes del noble pueblo cubano, no escapan a la tentaciones, con el propósito de acabar con la Revolución; pudiendo más la dignidad, que una montaña de dinero; por algo el Comandante Fidel Castro, en un brillante artículo, publicado recientemente, lo digo muy claro: "Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura".