La lógica económica actual dicta, que para estabilizar la economía y disminuir la inflación se requiere que los tomadores de decisiones estén bien informados, sean cónsonos con el objetivo de mejorar las condiciones sociales y apliquen las medidas apropiadas con base al contexto específico.

Pareciera, que la lógica económica que haría crecer la producción nacional (oferta), aumentar los niveles de abastecimiento y disminuir las importaciones en una economía como la nuestra, sería planificar las compras gubernamentales estratégicas de bienes esenciales para la industria, fijar los impuestos a los niveles apropiados, junto a políticas de estímulo a la inversión productiva (pública y privada) y el empleo, por medio de sectores intensivos en mano de obra como la construcción, sector textil, calzado y agroalimentario.

Pero, esa misma lógica dicta, que dichas medidas deben venir acompañadas de una política monetaria coherente, donde los niveles de liquidez monetaria sean cónsona con las reservas internacionales, y que la política cambiaria refleje esa relación, ubicándose el tipo de cambio de manera "implícita", valga decir, por medio del cálculo del cociente de la liquidez monetaria sobre las reservas internacionales.

En la Venezuela del 2018, la política activa en función de la estabilización macroeconómica seguirá condicionada por los factores externos que inciden permanentemente en el comportamiento de los actores de la sociedad económica legal e ilegal. Entre esos factores externos se encuentran, en primer lugar, Dolartoday, una organización que desde 2013, se ha transformado en un arma efectiva para destruir el poder de compra del bolívar; y, en segundo lugar, las recientes sanciones y boqueo financiero internacional del gobierno de Donald Trump.

LOS FACTORES EXTERNOS QUE INDUCEN LA INFLACIÓN

Son factores geopolíticos no cooperativos, catalogados como estrategias de guerra no convencional, dirigidos por el gobierno del histórico y principal socio comercial de Venezuela, como lo es Estados Unidos, declarado enemigo abierto de la revolución bolivariana, que han insistido en generar una implosión política y económica con consecuencias sociales. Los efectos directos (sistémico) de esas acciones desestabilizadoras se han venido manifestando en el valor final de los precios de los bienes y servicios, que evidentemente, afectan el poder adquisitivo de los consumidores, empresarios y gobierno por igual (contracción de la oferta y demanda agregada interna).

Estamos hablando, que esos elementos de perturbación externa no son manejables ni controlables por el Ejecutivo Nacional aplicando políticas macroeconómicas tradicionales. La experiencia con Dolartoday indica, que hasta finales de 2017, el gobierno revolucionario no ha podido disminuir sus efectos negativos y colaterales sobre la economía venezolana. Porque se ha demostrado, que sus efectos sobre la contracción del Producto Interno Bruto son fuertes y sus consecuencias se sienten en la inflación, reconocida por el mismo gobierno desde 2015 como inducida en un 70% por ese factor externo, ocasionando el mayor de todos los problemas, al menos temporalmente, que son los choques en la oferta agregada, valga decir, la caída de la producción nacional.

No obstante, muchos tomadores de decisiones gubernamentales aún siguen creyendo, que el problema de agentes externos como Dolartoday y sus aliados internos, que evidentemente, también incide en la contracción de la demanda agregada, debe ser resuelta estimulando un mayor consumo (nominal) a través de mayor inyección de dinero a la economía (aumento de salario y gasto público) respaldado con devaluaciones de la moneda oficial (Dicom), para cubrir el déficit fiscal auto-ocasionado. Algo que suena contradictorio, cuando la realidad nos muestra que importamos casi el 70% de lo que consumimos en general, y que esa devaluación encarecen las importaciones (sólo una parte es financiada con dólares del DIPRO a 10 bolívares/US$), que estimula a la vez que la producción interna sigua cayendo.

Entonces de manera resumida concluimos, que los niveles de inflación alcanzada en el año 2017, es el reflejo de la aplicación de un cóctel de elementos perturbadores para la economía como lo son:

1) Devaluaciones de la moneda oficial (396%) y paralela (inducido desde el exterior con variación de más de 3.300%);

2) Mayor inyección de dinero orgánico e inorgánico (aumentó 770%);

3) Continuos aumentos del gasto público ejecutados a través de incrementos salariales y cesta-tickets necesarios para recuperar el poder adquisitivo de la población (337%), y entrega de subvenciones a familias más afectas por la crisis (pensionados, jubilados, hogares de la patria y otros con base al "Carnet de la Patria"); y, finalmente,

4) Debido a la recesión productiva (caída PIB estimada del 7%) por incapacidad empresarial y por contrabando de extracción. (VER CUADRO Nº 1).

He allí que para el 2018, la necesidad histórica de una nueva jugada macroeconómica abordada con otras estrategias dirigidas a reactivar de manera determinante la producción nacional con inclusión social.

CUADRO Nº 1: INDICADORES ECONÓMICOS BÁSICOS

Variación enero a diciembre 2017

Cálculos propios con base a información del BCV, Dolartoday.com, MMPPP, entre otros.