En estos días, pasado ya diciembre, visitando de nuevo la finca, me ocupo de hablar con el socio sobre la producción de Durazno, conversación compartida con otro productor de la zona de estos altos del Zumbador. Me sorprendo cuando mi amigo, le refiere al otro productor, que la culpa de este descalabro de la producción de durazno es el Ministro Soteldo y yo.
Respondo que porqué yo, en todo caso el Ministro Castro Soteldo, vigilante de los precios y costos de la producción agrícola. El compañero que compartía la discusión pidió aclaratoria que quien era ese Soteldo y sin preámbulos se le aclaró que era Wilmar Alfredo Castro Soteldo, militar, piloto, político venezolano y actualmente el Ministro de Producción Agrícola y Tierras de Venezuela.
Mi compañero interpuso que habíamos estado detrás de financiamiento para el durazno, sin embargo se nos había negado ya que solo había para productos hortícolas como la papa, zanahoria, cebolla; lo que hacia de la cartera agrícola un mirar no contextual.
Hasta junio y julio del 2017, no habíamos tenido necesidad de este financiamiento ya que los productos químicos y el fertilizante tenían precios amigables, por ejemplo los triazoles se conseguían en Colombia a 90 mil pesos, con un peso a 1.40. Sin embargo ya para diciembre el peso había bajado a 0.17 y los triazoles a 180 mil pesos. Estos triazoles desaparecieron de Venezuela, ya que Syngenta, empresa trasnacional que los proveía, se retiró del país, por lo cual Agropatria no lo provee.
Agropatria, no provee el total de los insumos solicitados para un ciclo del cultivo del durazno, los cuales requieren una aplicación cada 10 días. Ejemplo, siete cultivares de cuarenta plantas cada uno requiere medio kilo de curazin, pero se nos vende máximo 4 medios kilos y cada 15 días; ellos aducen a que Soteldo regula la venta, porque por aquí hay mucho bachaquero.
Barajaba mi compañero: Soteldo como sabe de ganado y no de frutales nos liquida, bajo la presunción de que yo soy bachaquero, y añadió, los fertilizantes desaparecieron de Agropatria de El Cobre y San Cristóbal, pero se consigue a través de terceros, los glifosato y paraquat, de vez en cuando luego de largo ex trasnocho; el municipio es el primer productor de hortalizas y para completar las penas se robaron los cables de la telefonía y nadie de este país se ha dado cuenta, que, en bombardeo de tercera generación inhabilitaron una de las zonas que provee el alimento de este país, por lo que no tenemos bancos, comunicación y demás agregados. Para Soteldo, la agricultura está sorprendentemente normal.
Mi amigo, entiende bien lo que ocurre en el sector primario de distribución, pero lo que no entiende es, que yo teniendo carro, subo en autobús. Y, ahí entra el carro, el transporte como medio fundamental para el proceso de distribución final de este y todos los productos agrícolas.
Ahora en octubre, llegamos hasta el proceso de cosecha en varios plantares, cuando fuimos a su fertilización, fertilizantes se conseguían a 250 mil bolívares, lo ganado apenas alcanzaba para la compra de 8 pacas. Obviamos la fertilización y nos arriesgamos a la defoliación de arboles, proceso básico para dar inicio a la producción de durazno. Agropatria nos proveyó de un fungicidas e iniciamos su aplicación cada 10 días, pero requeríamos de fungicidas de alta tecnología y como no existen en agropatria nos fuimos a comprarlos a Cúcuta, este había subido a 180 mil pesos el litro, lo que equivalía a casi 10 millones de bolívares, nos vinimos con las manos vacías y los duraznos se quedaron preñados, pero el compañero no sólo le echó la culpa al Ministro, por su falta de vigilancia respecto al comportamientos de precios, por falta de abastecimiento seguro de productos de alta tecnología, por los reglamentos y normas cuya aplicación sirve de estimulo a la corrupción administrativa en gran escala y que se sobre estimula en una frontera que les llama a pagarles el triple, mi amigo es capaz de percibir eso, pero nos echa la culpa al Ministro y a mí, el cree que como yo era profesor universitarios, yo tengo capacidad de financiamiento.
Yo le comento a mi señora todo aquello para la producción de durazno, pero también le destaco que aunque mi deseo es seguir trabajando en el campo, las circunstancias me obligan a concentrarme en otros esfuerzos, como es la lucha la compra de alimento para mi familia.
Sin embargo, insisto y persisto en continuar dándole forma al esfuerzo que se ha hecho desde hace años, y cuando yo le planteo la compra de algún guarapo fúngico, me dice ¿tienes capacidad de compra para todas las aplicaciones?, pues este se aplica cada 10 días. Ella me recalca que me sale mejor comprar un lavaplatos hoy en 700 mil bolos, y en tres meses ese activo puede costar 4.500.000 y cambiarlo por comida. Cuando empezó este drama del durazno lo huevos costaban 60.000 bolos el cartón, hoy 400.000; por otra parte me dice que sale más barato tener la camioneta parada, ya que no gasto ni aceite ni cauchos. Me recalca que la inversión que yo haga hoy en el durazno, no refleja el comportamiento ganancioso del lavaplatos.
Mi sindéresis se encuentra atacada en este momento por los planteamientos de mi mujer, los razonamientos de mi amigo, la falta de mecanismos reales por parte de Castro Soteldo, por el actual proceso especulativo y unas teorías económicas que se resquebrajan en dos días o en horas y, si no véanlo en opositores y chavistas, hoy dicen una vaina y otra mañana.
Tras la subida de costo de insumos agrícolas y desaparición de los prioritarios, entonces parió la abuela. Él me acusa que yo no hice mayores arrestos para arreglar la camioneta a tiempo. Independientemente que tuve que vender un terrenito y otros activos para arreglar el motor, hoy la camioneta no tiene cauchos, el aceite y la falta de gasolina nos ahoga y la producción pasada no aportó ni el 10 % del costo de lo que ahora requiero.
La camioneta era la herramienta para lograr la distribución final del producto y movilidad de los pocos insumos acá encontrados. Entre la no posibilidad real de usar tecnologías de punta, la falta de movilidad, los duraznos se llenan cada día de hongos y ácaros.
Mi amigo agrega "En este país sorprendentemente normal para mi amigo Soteldo, hemos buscado cambiar de estrategias de financiamiento a través terceros, en donde ellos serian los financiadores y nosotros la mano de obra y nadie nos para bolas, a pesar del buen precio que agarró el durazno y con 300 árboles parados, con una producción mínima de 15.000 kilos al año y éste no busca plata,
Yo por mi parte, lejos de las posibilidades pintadas por el ministro, espero vender mi Gps, un fregadero, la guaraña, el monocultor, a ver si logro completar 100 millones necesarios par la compra de insumos, e iniciar la producción con el peligro de quedarme varado en la mitad, si los insumos se escapan de esta realidad sorprendentemente normal, en donde la especulación hace que los productos suban 10 % diario o hasta más.
Esta especulación que rompe cualquier explicación teórica, es una especulación de cuarta generación, sólo explicable por una ambición política o factores políticos externos e internos, que venden y compran el alma al diablo.
Cualquier esfuerzo de subir salarios, cualquier medida que apliquen los sesudos del gobierno u oposición, indica que los aumentos nominales de la remuneración de los trabajadores han sido inferiores al incremento de los precios, pero el común establece que los salarios son los culpables de la subida de los precios de la carne, leche, huevos, frutas, hortalizas y no una perversa maniobra económica difusa salida de los más bajos fondos de la política nacional e internacional, mientras el salario sube el 40 %, estos bienes superiores en manos de los comerciantes aumenta el 300 % o hasta el 10.000 % como lo señaló en su alocución el Vicepresidente de la República.
El gobierno parece entrampado, juega a la retórica, mientras los hongos atacan el durazno; por otro lado la oposición externos y internos plantean aranceles bajos, libertad de importación con un dólar a 40 bolos o una sobre evaluación deliberada con total convertibilidad del signo monetario, una formula que luego ellos en el poder, mas tarde que temprano colocará una nueva superinflación, ya que estarían repitiendo la historia del año 90.
Pero los tiros, ante lo difuso de la situación, hacen coincidir a oposición y chavistas, ya que la banca presiona para subir los intereses, lo que quebrará a una clase media, ya quebrada y endeudada. Ante esta perspectiva y si Castro Soteldo no nos da una perspectiva, ni siquiera la venta de mis tres checheres salvaran la producción de Duraznos, ya que estos recursos los utilizaré para compra bienes superiores.
Si yo, chavista, Jefe de un Circulo de Lucha, metido hasta los tuétanos, no logro este autofinanciamiento, para comprar cauchos e insumos, doy razón a mi amigo de culparme de estas penas que sufrimos todos aquellos que nos arriesgamos a poner los cobres, el conocimiento y el lomo en la producción agrícola.
Sin embargo, apreciaría un milagro, para que mi amigo no se sostenga en apreciaciones comunes y asuma apreciaciones superiores de la sindéresis; lo más fácil es culpar a Castro Soteldo y a mí.
Hoy me sostiene, la diversificación que se hizo de la finca, ya que poseo tomate de árbol e higo, los cuales se mantienen con cualquier guarapo fúngico que este por ahí revendido.
Entro en pesar ya que un doctorado, 35 años de vida universitaria se fueron a la picota. Conocíamos que teníamos que enfrentarnos a la operación de monopolios y oligopolios en muchas ramas de la producción, lo que ha llevado a un grave proceso de cartelización, que ahora negocian con el estado para poner precios acordados, pero nunca calculamos, como enemigos: el dólar today, y a un musculo del estado ineficiente, lo que impide el uso, a un asalariado como yo, de una tecnología que requiere de alta inversión, dándole paso y oportunidades a nuevos grupos sociales y extranjeros estableciéndose nuevas relaciones de producción. Esto lo avala y galopa hacia ello: la incertidumbre política y poca certidumbre en mecanismos versátiles, que ayuden a las tesis propuestas por el Presidente Maduro.
Aún, ante este escenario caótico, nos resistimos a buscar los caminos verdes para escapar y ser del grupo de los huidos.
Mientras se establece la nueva arquitectura financiera, mientras se logra recuperar la descalabrada PDVSA, ruego por vender algunas cosas para autofinanciarme, con el riesgo de que la especulación me pueda ganar la batalla en esta guerra, donde pareciera que los opuestos no son los únicos culpables y adversarios a que nos enfrentamos, todos aquellos que queremos llevar comida a la boca a los venezolanos.
Mi socio, cuando yo le dije con optimismo y sonrisa, que íbamos a superar este drama, me dijo con arrechera "No se si fue Friedrich Nietzsche que lo dijo, pero seguro que fue Juan Vicente Gómez que lo deletreo bien, cuando expresó "los tachirenses parecemos pendejos y pendejos somos" y arrimando la taza de café a un lado, le dijo a su mujer, "no le de mas café a éste".
Sin embargo yo me afinqué en mi discurso chavista y creyendo en Castro Soteldo "Mientras se vuelve a los precios acordados en diciembre, cuando se concrete el pronto pago, cuando se le de vía al financiamiento a pequeños productores como yo, como proceso de financiamiento al sector alimentos; mientras se concretiza la nueva arquitectura financiera como herramienta o soporte real para la ruptura de patrón monetario dominante, mientras que el Presidente Maduro logre establecer mecanismos de confianza, mientras eso pase y llegue la señal de CANTV, yo venderé lo que pueda, para producir Durazno, para demostrarle a todos aquellos que impulsan la guerra desde Cúcuta, que manejan escenarios caóticos, aquellos que cultivan el pesimismo de la guerra y no el voto, la tesis de que el país se acabó y que el país se esta cayendo a pedazos, yo haré que las cosas sean posibles.
Aún con todos esos argumentos, no me dieron café, y mirándome con picardía mis dos compañeros me dijeron al unísono "usted tiene cara de pendejo y es pendejo".
Cuando le conté eso a mi mujer, ésta me dijo "eso le pasa a usted por creer lo que dice Castro Soteldo y Maduro, ellos creen en usted; pero en la realidad también creen, que usted es un bachaquero y, no solo bachaquero sino también pendejo".
Mis sueños y las flores del Durazno están en medio de la incertidumbre de Soteldo, mi mujer, mis amigos, amigos de la desesperanza. Pero sin llenarme de neurosis, confirmo todos los días que voy a la bodega, que el Dólar Today y un musculo del estado ineficiente, le ha ganado a 35 años de pericia universitaria, por lo que hoy dulces duraznos se pierden entre las neblinas de El Zumbador, en espera de unos triazoles necesarios.