El reelecto Presidente Nicolás Maduro ha solicitado asistencia popular de parte del pueblo, de profesionales, cultores en general, de “economistas”, etc. para que les presenten planes y otras propuestas tendentes a la solución de la presente guerra económica.
Sobre esos planes y esas propuestas, él tomaría las decisiones que a su juicio deberá tomar.
Esta guerra de hecho usa la mercancía como arma eficiente y eficaz para que la burguesía alta o los capitalistas y terratenientes (generales y comandantes económicos) reconduzcan el mercado que es lo único que importa el empresariado privado de aquí y de allá.
Las posibles medidas gubernamentales también irían dirigidas al arreglo o reestructuración y estabilización de ese mercado. He ahí la principal imprecisión que seguiría cometiendo el presente gobierno, salvo que adopte la socialización del mercado mayor que incluye por supuesto, la socialización de los latifundios ganaderos.
Es que una cosa es reconducir el Presupuesto Nacional, que ha sido plausible en la parte de asistencia social como jamás administración alguna lo ha hecho ni hará ningún gobierno capitalista, salvo el grande y continuado entreguismo de ayudas al sector capitalista como lo hizo el Planificador Giordani que no sólo entregaba a cada ciudadano-lo necesitara o no-dólares casi regalados con lo cual hubo una fuga de divisas como jamás habíamos conocido, y, además y lo más grave, les entregó dólares baratos a manera de subsidio a los principales empresarios, y ya conocemos lo que hicieron con esas toneladas de dólares.
Es que el mercado capitalista es inviolable, no admite ningún tipo de injerencia, salvo su posible nacionalización global.
Ningún gobierno puede pretender que el mercado se conduzca según disposiciones políticas, morales o románticas. Y desconocer esta realidad dice mucho del conocimiento gubernamental del capital, de la estructura capitalista, del mercado capitalista.
Desde aquí, como profesional de la Economía Política, le ofrezco mi ayuda profesional, única que toda persona con criterios socialistas y marxistas podría ofrecerle.
Los aportes que ofrece la Economía, no son administrativos, sino sociales, socioeconómicos. Este aporte ya lo hizo Carlos Marx de manera exhaustiva en su obra El Capital, cual es el señalamiento de la conducta del capital, de los intereses privados del capital, la necesidad de un mercado libre.
El día que a un Presidente de los EE. UU. se le ocurra regular el mercado, se autodestruiría. Esto explica por qué la tendencia generalizada de los gobiernos comandados por Presidentes de la “derecha” han sido y deben ser empresarios privados.
Con injerencia económicas sufriríamos dolores de parto mucho más intensos que los que pasaríamos al dejar al libre mercado que arregle las cosas con la competencia que caracteriza al personal empresarial fabril e intermediario.
El mercado debe ser liberado para que este autorregule sus asuntos que, si a ver vamos, nos está perjudicando a todos y lejos de arreglar agravaría la situación.