Hay muchas expectativas sobre la puesta en marcha del Petro como dinero (digital) en la economía venezolana. El 13 de agosto de 2018, el Presidente anunció que a partir del 20 de agosto el Petro sería la segunda unidad de cuenta o de medida en Venezuela, junto al Bolívar Soberano. Valga decir, ahora la otra forma de computar la contabilidad oficial y privada es en Petro.
No obstante, los pagos en efectivo seguirán realizándose como lo manda la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (Artículo 318): por medio de la "unidad monetaria" el Bolívar (soberano). Por tanto, anclar el Bolívar Soberano al Petro significa que la referencia cambiaria entre ambas "unidades de cuentas" será fija, se mantendrá estable en el tiempo, con base al valor que determine el Banco Central de Venezuela.
Queda por dilucidar, si efectivamente, el Ejecutivo Nacional permitirá que esta nueva paridad cambiaria nacional (Bolívar – Petro) coexista con la otra paridad existente en la actualidad: paridad Bolívar-Dólar.
De acuerdo con la derogación de la Ley Régimen Cambiario y sus ilícitos por la Asamblea Nacional Constituyente el pasado 2 de agosto de 2018, el mercado de divisas (fiduciarias) fluctuará sin la intervención de las autoridades monetarias, otorgándole "a los particulares, tanto personas naturales como jurídicas, nacionales o extranjeras, las más amplias garantías para el desempeño de su mejor participación en el modelo de desarrollo socioeconómico productivo del país" (Artículo 1 del Decreto de Derogación).
Entonces, a partir del 20 de agosto de 2018, cualquier actividad de negociación y comercio de divisas en el país se hará libremente y de manera legal, por medio de la casas de cambio que se dispongan para tal fin. Según el Vicepresidente para el Área Económica, Tareck El Aissami, esta medida fundamentalmente busca "superar y derrotar los marcadores ilegales que tanto daño le han hecho al país" (02/08/2018).
Recordemos, que históricamente el 97,5% de las divisas las genera el Estado venezolano por medio de la industria petrolera y otras empresas básicas, el resto las generan pocos exportadores privados (2,5%). El comportamiento histórico de los empresarios privados venezolanos es demandar los petrodólares que genera el Estado para importar bienes de capital para el pequeño parque industrial que tenemos, no competitivo a nivel internacional; así como, para importar bienes de consumo final que sostenga la cultura de consumir marcar de empresas transnacionales, muchas de ellas con presencia monopólica y oligopólica en el mercado de bienes y servicios de primera necesidad y de consumo masivo.
Como vemos, el Estado los acostumbró a eso, a venderles los dólares que no generan para importar de todo. Un comportamiento instituido como modelo económico desde la firma del Tratado de Reciprocidad Comercial entre Venezuela y Estados Unidos en 1939. Aún está vigente ese modelo. Pero ahora, a partir del 20 de agosto el juego cambiará. Hay que ver si los empresarios privados se adaptan o se resisten al cambio.
Para los agentes económicos nacionales apegados a la legalidad, les será fácil calcular el valor referencial de los costos y precios finales de los bienes y servicios tanto en dólares como en Petro, tomando en cuenta la existencia legal de la paridad de ambos con respecto al Bolívar Soberano. Pero, hay que alertar, que también le será fácil para los agentes económicos basados en la ilegalidad fijar sus costos y precios finales con base en el dólar que publica Dolartoday.
Es por lo anterior, que caben las siguientes preguntas: ¿La existencia de una dualidad cambiaria en la economía venezolana ayudará a crear la estabilidad económica necesaria? ¿Se evitará el desplome que ha venido sufriendo el Bolívar con respecto al Dólar oficial y al paralelo? ¿Esto eliminará la influencia de Dolartoday en la economía, siendo el instrumento de conspiración económica más eficaz desde Estados Unidos que han usado los enemigos de la revolución nacional e internacional?