Bonos de protección, Clap y mercados solidarios son la paz

En conversación informal con uno de los profesores del Instituto Pedagógico de Barquisimeto, exigente y humano, a quien además siempre saludamos con respeto y admiración por contar con una amplia experiencia en el campo de la investigación social y la formación de recursos humanos de alto nivel tanto en Venezuela como en el exterior, sostuvo la tesis según la cual “al pueblo no se debe dar nada”. En verdad nos extrañó la expresión, pero entendimos eso es parte de algunas opciones teórica-políticas no tan recientes que circulan en la actualidad y asumidas por gobiernos como el actual de Argentina, Colombia y Chile con el apoyo de sectores sociales internos vinculados a grandes centros universitarios estadounidenses y europeos que piensan lo social desde la perspectiva de las empresas de clase mundial, suponemos que teorías sociales de pretendido largo alcance con fines de superar el llamado “populismo latinoamericano” y como parte de la filosofía propia de la “democracia liberal”.

Sostuvo el muy distinguido profesor que lo que debe hacer el Estado es educar el pueblo, no hacerlo dependiente sino apoyar a desarrollar organizaciones autónomas, favorecer el crecimiento del tejido social; asimismo, el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa sostuvo en alguna de sus publicaciones que las corporaciones privadas, los líderes y reformadores sociales, también están llamadas a impulsar la mejor educación del pueblo, menciona igualmente a Simón Bolívar mismo quien en el famoso Discurso de Angostura (1819) sugiere que la educación constituye una de las acciones fundamentales de las nuevas repúblicas, ésta debe ser la acción primordial del cuidado paternal del congreso que se inauguraba, si no recordamos mal semejante pasaje de aquel documento bolivariano; de tal suerte que el breve intercambio con nuestro querido profesor fue muy provechoso, no porque pensemos igual sino por las inquietudes generadas a partir de las discrepancias apenas cordialmente ventiladas.

Por su parte un apreciado compañero, quien además tiene un programa de opinión en una emisora comunitaria, al que nos invitara por cierto a una emisión especial el 24 de julio pero debido a la crisis del transporte que padecemos por estos días y semanas no pudimos asistir, nos comentaba vía telefónica, sus graves desavenencias con eso de los bonos de protección, como si todos fuéramos menores de edad, impulsados como parte de las políticas públicas desarrolladas por la Revolución Bolivariana; agregó que otros buscan una solución individual a todo este desbarajuste en la economía venezolana en el bachaqueo, la trampa y la especulación, otros mediante la emigración. Huir de cualquier manera por los cuatro puntos cardinales de las fronteras, hasta por mar, como si estuviéramos en un escenario de guerra convencional; eso no es la solución, sostuvo el compa. Es hora ya de volver a la organización popular auténtica, con soberanía y autonomía, ser adultos. Ello porque le entendimos sugería que quienes dirigen hoy los destinos de Venezuela han venido perdiendo conexión con el pueblo llano, inclusive los militantes del PSUV, que al parecer es una gran fuerza cada vez más organizada, andan por ahí dispersos, como ovejas sin pastor.

Pero, en fin, el cuidado paternal de la república por el elemento más importante de la nación, que es el pueblo, según Enrique Dussel, como recordamos de una entrevista que le hicieran unos compañeros para la revista Teré (2005, creo) constituye uno de los mejores aciertos del presidente Nicolás Maduro, porque como dice uno de los hermanos nuestros: “¡Cómo ayudan eso benditos bonos!”, las cajas del clap y hasta los mercaditos solidarios, esos que nosotros decimos “bolsas”, lo único malo es que no sean más frecuentes; prefiero a Maduro que a Macri, eso sí este programa de reconversión monetaria y crecimiento económico en general tiene que funcionar, como sea; usted, presidente y su equipo deben responder. Sin olvidar, verdad también es, que se debe luchar contra la corrupción, uno de los más graves enemigos internos, así como entre los externos está el bloqueo financiero a la república promovida por gobiernos de Europa o el gobierno de Estados Unidos, que tampoco es cuento.

Ergo, sin los bonos de protección, clap y mercaditos solidarios en Venezuela no hubiera más paz, ya esto hubiera estallado como en febrero de 1989 o aún peor, esto fuera un incendio.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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