INTRODUCCIÓN
Los referentes teóricos de la economía contemporánea y su vinculación con el desarrollo, no han logrado establecer propuestas asertivas que expliquen cómo superar las diferencias, inequidades y desigualdades sociales, que en los últimos años están en crecimiento a nivel global.
Tampoco, explican cómo salir de las "trampas depresivas" que azotan a varias economías producto de ataques externos como las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos contra Venezuela.
Ante la pregunta clave sobre ¿Qué debe hacer el mundo político ante la falta de direccionalidad teórica que indique el camino económico certero a seguir? Cabe la respuesta: deben enfrentar la realidad con conciencia y conocimiento de causas e insistir en la aplicación de políticas públicas responsables y de tendencias socialistas, que conlleven a la sociedad a producir riqueza material para el beneficio de la mayoría de la población, y sobre todo, rechazar cualquier iniciativa que siga beneficiando a la burguesía tradicional.
Los políticos deben tomar conciencia de la miseria material existente en la sociedad actual y deben consensuar opciones políticas para revertir esa dramática situación que padecen millones de ciudadanos en sus países, que contabilizados a nivel global, son extensas las regiones llenas de miseria en los territorios más pobres del mundo, que se multiplican de manera exponencial.
Alcanzar un modelo productivo socialista que garantice la estabilidad económica con crecimiento inclusivo, fue la propuesta política del gobierno revolucionario de Hugo Chávez Frías y ha sido la bandera del Presidente Nicolás Maduro para contrarrestar esas problemáticas.
No obstante, a finales de 2018, vemos como una serie de perturbaciones externas e internas no dejan avanzar la consecución de ese objetivo. Es por eso, que el primer camino que debe tomar un político en ejercicio de funciones de planificador público a nivel nacional, estadal o municipal (estadista), es comprender bien cuáles son las perturbaciones reales que conllevan al incremento de la desigualdad social en nuestro país.
MÉTODO PARA IDENTIFICAR LAS PERTURBACIONES ECONÓMICAS
Con base en esa necesidad de comprender nuestra propia realidad política-económica y sus perturbaciones, le recomendamos a los políticos, analistas, planificadores o diseñadores de políticas públicas aplicar el siguiente método de diagnóstico situacional:
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Recopilar los datos de los indicadores macroeconómicos, sociales y políticos básicos al día para poder tomar las decisiones políticas (macro) responsables que ayuden a superar esos problemas.
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Identificar cuáles son los factores políticos, económico-financieros, sociales, culturales, organizacionales, de planificación, humanos y/o de comunicación que inciden en los procesos reales valga decir, producción; en la generación de riquezas y su distribución social. Esto conlleva a identificar las circunstancias que vinculan las implosiones políticas con las económicas.
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Identificar si el sistema de políticas públicas vigente estimula la inversión como único medio de generación de riquezas; o estimula el consumo de forma populista a una tasa superior que la inversión, que conlleva al camino de la miseria.
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Identificar cuál es la base con que se cuenta para generar el progreso material: la fuerza laboral, si e calificada, técnica u obreros; los recursos naturales disponibles, la capacidad tecnológica instalada, los canales de financiamiento, los aliados estratégicos (empresarios, partidos políticos, centros de investigación y medios de comunicación), el apoyo popular que determina la tendencia electoral y el sistema jurídico (leyes y reglamentos).
EL CAMINO DE LA GERENCIA ECONÓMICA SOCIALISTA
Una vez comprendido lo que está pasando, el segundo camino es un problema gerencial, es decir, planificar y ejecutar las acciones políticas sensatas, consensuadas, legitimadas y coherentes en materia económica para alcanzar el fin social esperado, como condición dinámica del bienestar.
La pregunta sabia a responder sería: ¿Cuáles son las políticas y estrategias a seguir para superar la situación depresiva actual, en función de alcanzar los objetivos económicos-sociales fundamentales? que son: una mayor producción real, baja inflación, más empleos, y menos desigualdad económica, que se refiere a una mejor redistribución de la renta nacional para erradicar la miseria.
Para dar repuestas certeras a esa problemática con un sentido socialista, requiere que los planificadores y tomadores de decisiones tengan una racionalidad distinta, más sociable, más empática hacia la población objetivo: los pobres, los que padecen la desigualdad material. Pensando en ellos, poniéndose en su lugar, reconociendo su condición humana y la dificultad para superar esa situación dadas las circunstancias actuales, dará como resultado políticas públicas con un sentido socialista.
Asimismo, los planificadores con tendencia socialistas deben tener presentes las siguientes premisas para construir un modelo de economía social con inclusión social:
Primero, que el incremento de la producción nacional de bienes y servicios es fundamental.
Segundo, que el empleo productivo es determinante para incrementar el producto social real (PIB).
Tercero, hay que disminuir la inflación por las buenas o por las malas, disminuyendo los niveles de impunidad relacionada con la manipulación de los precios. ¡Ya basta de la anarquía existente en el mercado por todos lados! La satisfacción de las necesidades humanas se alcanza cuando se garantiza un suministro de bienes y servicios a precios aceptables y no volátiles.
Cuarto, el consumo debe orientarse hacia la producción nacional (sacrificar importaciones), sobre todo de bienes y servicios de primera necesidad y de consumo masivo.
Quinto, la participación, la cooperación y la coordinación social es el único camino hacia la paz y la gobernabilidad económica.
Sexto, un sistema financiero nacional sólido es la fuente primaria de la inversión productiva.
Séptimo, para el desarrollo económico interno es esencial tener sectores industriales estratégicos protegidos de las amenazas externas.
Octavo, la inversión en educación y en ciencia y tecnología es la base para la independencia tecnológica y la innovación… Hay que sacar a los "analfaciencias" de los cargos gerenciales, los amantes de lo manual, para no poder controlar los procesos y aupar la corrupción.
Noveno, el apoyo político-electoral mejorará en la medida que disminuyan los niveles desigualdad material.
Y décimo, la desigualdad material disminuirá en la medida que el potencial humano sienta reales mejoras en la educación, la salud y la protección social.
Finalmente, consideramos que la gobernabilidad y la transparencia son los elementos claves de un gobierno responsable de tendencia socialista, siendo el reflejo de unas buenas prácticas gerenciales en la administración pública un buen comportamiento en las adquisiciones y en la gestión financiera.
#vamosAtriunfar