Almeria09/02/2019 Quien controla la energía controla los gobiernos; quien controla los alimentos controla los pueblos
Henry Kissinger
Hasta 1990 Venezuela gozaba de Soberanía Alimentaria por lo menos la mitad del año. La política de confiscar las tierras más productivas, para repartirlas entre campesinos afines al régimen, destruyó la capacidad productiva de la agricultura de Venezuela. Porque la producción moderna de alimentos requiere conocimientos técnicos y administrativos, además de ingentes capitales; por ello a veces las predicas socialistas, no siempre van de acuerdo con las necesidades de la Soberania Nacional. Venezuela ahora necesita importar alimentos por cerca de US$11 millardos, una cifra cercana a los fondos de PDVSAcontroladospor el gobierno de Washington. Si PDVSA no recibe pagos por el petróleo que exporta a las refinerías norteamericanas ubicadas en el Golfo de Mexico, prfogramadas para procesar exclusivamente el crudo pesado que produce Venezuela, lógicamente PDVASA dejara de abastecerlas y cerrara el grifo. Eso produciría graves perdidas para las empresas dueñas de esas refinerías. Estas empresas pronto presionaran al gobierno del Sr.Trump, para que negocie una renovación del flujo de petróleo con el Sr.Maduro, porque el Presidente Intrrino Sr. Guaidó reconocido por WWashington no controla hasta ahora la política exportadora de PDVSA. Como el gobierno del Sr. Maduro, necesita abastecer de alimentos a los venezolanos,para evitar una hambruna artificial y un empeoramiento incontrolable de las protestas. Creo que como en Washington suelen repetir políticas; está dada la condición para repetir la política de alimentos por petroleo que ya fue aplicada contra Irak antes de la invasión y que se calcula que causó la muerte de medio millón de niños; una cifra que la SRa. Albright, laSecretaria de Estado entonces, declaró comosatisfactoria. Crreo que aunque China ofrezca comprar todo el petróleo que produzca Venezuela y pagárselo directamente a PDVSA y aunque la India esté dispuesta a hacer lo mismo; se trata de mercados muy alejados y la flota petrolera de Venezuela o de China carece de los supertanqueros capaces de abastecer oportunamente esos mercados lejanos. Es sorprendente que durante 20 años de discursos anti-imperialistas y soberanistas; no se haya implementado una política para lograr la más básica de las soberanias: la Soberanía Alimentaria. Los resultados de 20 años de políticas agrícolas equivocadas y desviadas de objetivos productivos, para favorecer el clientelismo político esta por costarle caro a los venezolanos. La Soberanía Alimentaria es la base primaria de toda Soberania. En Washington lo saben muy bien. ¿Por qué creen que en Estados Unidos se gastan tantos millones en suvencionar esas exportaciones de productos agrícolas que arruinan a los campesinos de America Latina y de Africa. Los llamados Tratados de Libre Comercio calcados en el modelo NAFTA que Estados Unidos impone a sus gobiernos vasallos tienen como principal objetivo abrir las puertas a su exportación de los productos agrícolas que subsidia y destruyen la capacidad productiva de los campos en los paisesque lasw aceptan. Es esa destrucción la que provoca la emigración maswiva de campesinos hacia las ciudades donde incrementan un proletariado en condiciones de creciente precariedad cuya desesperación los empuja a valerse de cualquier expediente para sobrevivir y cuyo flujo migratorio hacia Estados Unidos, el Sr. Trump cree poder contener con un muro fronterizo.Me duele no poder pronosticar que un futuro muy angustioso para Venezuela porque es política oficial de Washington causar mediante privacione una insurrección popular que derroque a los gobiernos adversarios. Vano y cruel proceder cuando solo el gobierno dispone de las armas, como sucede en todas partes. Las masacres que deben evitarse a cualquier costo porque si tienen lugar, justifican una intervención militar por razones humanitarias que causan más muertes y destrucción de la que dicen querer evitar. Miren el caso de Libia y de Irak. La mejor estrategia para el país sería disolver la Asamblea Constituyente yal Tribunal Supremo y el actual Consejo Supremo Electoral para regresar al orden constitucional anterior y al mismo tiempoconvocar a los partidos a unas elecciones legislativas con garantías.
