Comida para hoy y hambre para mañana, control de precios en medio de la pandemia

"El día de hoy, sábado 25 de abril, hemos desplegado en unión cívico-militar-policial un plan nacional de fiscalización para contener la especulación criminal de algunos sectores que han pretendido desestabilizar y perturbar la cuarentena que se ha hecho de manera ejemplar en Venezuela" Tareck El Aissami

Reaparece en nuestras mentes el deja vu que nos persiguió hasta el año 2018, y que generó una de las peores etapas económicas del país, caracterizada por el desabastecimiento, la escasez y las redes ilegales de reventa de productos o "bachaqueo". La medida de controles de precios se propone en un contexto atípico como es el de la pandemia mundial del Covid-19, en una economía paralizada por la caída de la producción petrolera en Venezuela y a su vez la bajada internacional de los precios del petróleo, además de la recesión que se arrastra desde hace seis años y las sanciones financieras que ha dejado sin margen de maniobra financiera al gobierno para enfrentar la crisis actual.

Si bien es cierto que en los últimos dos años en el país se ha venido experimentando una leve recuperación, debido a la baja de las imposiciones del gobierno respecto al desempeño de las empresas, la producción e importaciones se han visto incrementadas, así como el abastecimiento ya que se les ha garantizado la reposición de inventarios vía ajustes de precios. Los empresarios hasta ahora importan con sus propios dólares, ya no hay subsidios, sino se les garantiza la reposición por controles de precios absurdos se para la importación, y al acabarse el inventario no habrá productos. Pero el gobierno ha sacado de nuevo las garras totalitarias y aisladoras de la inversión privada, solo que hasta el momento se había venido disfrazando de oveja.

La versión gubernamental que justifica su actuar "garantizar los derechos socioeconómicos" no dista de la percepción de todos y cada uno de los casos y países que han implementado la herramienta de controles de precios "debe existir un precio justo para las mercancías comercializadas" insisten. "pretenden apagar el fuego con pólvora" https://www.aporrea.org/economia/a282774.html debemos recordar lo que Ludwig Von Mises refiere: "la intromisión gubernamental en la estructura de precios del mercado, desvía la producción del destino que los consumidores quieren darle y la dirige en otra dirección", de esta nueva propuesta de controles no se puede esperar algo distinto, "el desabastecimiento volverá" y también los mercados negros, es una ley económica comprobada y que ha dejado una agria experiencia entre los venezolanos, la agresión e intervención a las empresas privadas solo nos ha dejado ruina, miseria, hambre y escasez.

Ahora bien, ese precario equilibrio económico logrado durante todo el 2019 y lo que va de 2020, el impacto de la pandemia y los controles de precios lo podría revertir, dibujando un panorama sombrío, en un país que ha perdido más del 50% de su PIB durante la gestión de Nicolás Maduro y que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima una caída extra del 15% para este 2020. La razón por la cual el gobierno vuelve a la medida de control de precios, es tomando en consideración la subida exponencial de los precios de los productos y de la cotización del dólar, cuya explicación de su aumento, deriva esencialmente de la política inflacionista de creación de dinero inorgánico, es decir el gobierno ha estado financiando el gasto interno imprimiendo dinero por parte del BCV, dinero sin respaldo que al salir a la economía persigue dólares escasos que aumentan su valor, por otra parte el aumento de los precios de los productos se ha visto influenciado por la escasez de gasolina, lo cual ha afectado significativamente su distribución y las estructuras de costos, teniendo las empresas que adquirir el combustible a través de personas dedicadas al contrabando cuyos precios son fijados en dólares.

En síntesis, esta política fracasada de controles de precios apuntan al quiebre total del país, acelerando la crisis económica, es un paso más al despeñadero. Lo que al contrario deberían ser políticas de estímulo a la producción, indicadoras de confianza a la inversión privada para atraer capitales, con los que hoy no cuenta el gobierno, y cuyo efecto inmediato sería mejorar las condiciones de vida de la población, generando empleos, innovación, abastecimiento de productos esenciales y tecnologías, además de la implementación de una política fiscal racional y la activación de todo el aparato capitalista estatal deteriorado e improductivo, donde se incluyen las empresas expropiadas. Lo opuesto a eso revela el desprecio del estado por el capital privado y su indiferencia al bienestar del pueblo. Nadie en su sano juicio va a importar o a producir a pérdida, veremos quizás un cierre masivo de las pocas empresas que están funcionando en sus mínimos de producción y por ende esto va a acarrear una escasez profunda de bienes a corto plazo, estas medidas de control de precio serán comida para hoy y hambre para mañana.

 



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Jiferson Santiago

Contador Público con Maestría en Finanzas. Docente Universitario y Asesor financiero

 jifersonsantiago@gmail.com

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