Política económica, crítica y autocrítica. Un debate impostergable

A casi dos años de la implementación del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, presentado por el Presidente Nicolás Maduro, en el mes de agosto del año 2018, no se ha efectuado, una evaluación de los alcances, logros, errores, omisiones y limitaciones del referido Programa. Es decir, se nota la ausencia de mecanismos de evaluación y control de gestión de las políticas públicas y del desempeño de los funcionarios responsables de la gestión gubernamental, particularmente, lo referido al área económica. Por el contrario, en la actualidad, se insiste en las mismas políticas, con los mismos actores del pasado reciente, a pesar de que los resultados, no son satisfactorios, en función de los objetivos y metas propuestos,

Es necesario recordar que el Programa tenía como objetivo enfrentar los factores que perturbaban la economía nacional, atendiendo los nudos críticos, como son, la recuperación del trabajo, los salarios y la producción, con la finalidad de sentar las bases de una economía productiva y diversificada para de esta manera avanzar en la construcción de una economía postrentista. Y además enfrentar la ofensiva de las élites empresariales y comerciales quienes en contubernio con la oposición venezolana apostaban a la paralización y el saboteo de las actividades productivas. Igualmente, el discurso estuvo centrado en la promesa de romper, definitivamente, con el modelo rentista especulativo y con ello, trascender el modelo primario exportador que ha predominado en la región y, en particular, en el país, en los últimos cien años.

En una narrativa épica, se afirmó que frente al agotamiento del modelo productivo se estaban sentando las bases de lo que sería el nuevo modelo socioproductivo, presentándose las nueve líneas estratégicas que constituirían los fundamentos del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica a saber: Equilibrio fiscal y tributario, nueva política cambiaria, defensa del salario, estabilidad de los precios, producción, ingresos de divisas, expansión y consolidación del Petro, política de transporte y protección social. También, en esa oportunidad, el ejecutivo nacional, aprobó un conjunto de exoneraciones y eliminación de cobro de tasas de importación de productos esenciales de la dieta básica de las y los venezolanos, así como productos de higiene personal.

La narrativa sobre la cual se sustentaba el Programa estaba orientada a dar respuesta a los problemas más álgidos de la sociedad venezolana como son: el relacionado con el tema de la producción de bienes y servicios requeridos para atender las necesidades de la población venezolana, detener la brutal caída de los ingresos petroleros y de otras fuentes, como consecuencia de la intensificación de las sanciones y el bloqueo financiero, así como frenar el deterioro del salario y desarrollar una nueva política cambiaria que combatiera los ataques a la moneda nacional para de ésta manera frenar la especulación y el alza desmedida de los productos de primera necesidad.

No es descabellado afirmar que los resultados del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica son inversamente proporcionales a los objetivos trazados. Veamos sólo cuatro líneas estratégicas, como son la del equilibrio fiscal y tributario, política cambiaria, defensa del salario y la relacionada con la estabilidad de los precios. Resulta obvio y fácilmente contrastable que los resultados son nefastos para los asalariados, y para la población en general.

Se mantienen las perturbaciones y asimetrías, no se logró ningún equilibrio fiscal, el salario básico y pensiones se han convertido en el más bajo del planeta, la especulación y el alza de los precios es brutal. Unas empresas monopolizan la producción y comercialización de productos de primera necesidad y se constituyeron en marcadores referenciales de alto contenido especulativo que no responde a ninguna racionalidad económica, asimismo, vemos como la nueva política cambiaria condujo a la dolarización de facto que, aun cuando, generó pequeños nichos de cierta prosperidad, profundizó las desigualdades sociales y económicas, entre quienes tienen acceso a esa cantidad de dólares y los que quedan al margen de ese circuito de dólares presentes en el mercado venezolano, a pesar de los esfuerzos del estado, para atender alrededor de seis millones de Venezolanos, a través del Clap y el sistema de bonos del carnet de la Patria.

De una simple revisión de estos indicadores se puede afirmar que no hemos obtenido éxito. No podemos ocultar resultados ni falsear las cifras, es muy fácil hacer una cronología del índice de precios al consumidor desde agosto de 2018 hasta abril 2020, o una comparación del indicador de la tasa de cambio del valor de Dólar en estos dos últimos años tomando como referencia la tasa oficial del Banco Central de Venezuela, y por último, comparar el deterioro que experimenta el monto del salario básico más cesta ticket en ese mismo periodo y su poder de compra. Los efectos son devastadores con impacto significativo en la calidad de vida de la población venezolana, a la cual hay que reconocer su capacidad de resistencia, nivel de conciencia social y compromiso con los ideales de justicia y equidad social.

En los actuales momentos persiste la ofensiva especuladora del sector comercial e industrial y sus monopolios contra la población venezolana. Los mismos responsables del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, los mismos de los 15 motores y ahora de las 6 líneas estratégicas, y la repetición de la política de precios acordados plantean las mismas políticas que ya han fracasado, por eso, decía el camarada Julio Escalona " No se puede negociar con quienes te quieren derrocar". Es impostergable abrir un debate sobre estos temas, la crítica y la autocrítica son necesarias para superar el discurso apoyado en las explicaciones fáciles, en las consignas melodiosas, que mediatizan los elementos esenciales de la dinámica sociohistorica y sus contradicciones. Lenin decía, la verdad siempre es revolucionaria, por muy difíciles que sean las circunstancias actuales, no podemos disfrazarla. Todo programa, plan, proyecto debe ser evaluado, así como debe ser evaluado el desempeño de las y los funcionarios y si no cumplen con las exigencias y requerimientos que plantea el tiempo histórico, se produce el relevo. Es imperativo hacer los cambios y urgente rectificar. Creo que el tiempo del gabinete económico se venció. Hay que escuchar a las masas.

*Dr. Antropología Social. Universidad de Barcelona/España. Sociólogo/UCV, Docente Doctorado de Ciencias Sociales /UC, Profesor Titular /Universidad de Carabobo.@rusudosky



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Armando Álvarez Lugo

Dr. Antropología Social. Universidad de Barcelona/España. Sociólogo/UCV, Docente Doctorado de Ciencias Sociales /UC, Profesor Titular /Universidad de Carabobo

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