Muchas veces se dan polémicas entre grupos que apoyan al gobierno de Nicolás Maduro y funcionarios que trabajan en el gobierno de Nicolás, en el que acusan o casi, a algún funcionario por impulsar o apoyar la integración de empresas privadas en labores de producción entre los mecanismos económicos que promueve el gobierno.
Quiero afirmar de entrada para referirme a este tema que el objetivo central del socialismo desde el punto de vista económico y social es movilizar todas las fuerzas productivas, todas, en primer lugar porque durante este estadio nos encontramos con una escasez de ellas, de fuerzas productivas. Esta escasez es consecuencia de varios factores estructurales, económicos y políticos todos capitalistas.
En primer lugar hay que darle su lugar al esfuerzo de los países imperialistas, y principalmente los Estados Unidos, de impedir el desarrollo de otros países a fin de evitar o eliminar competidores en todas las áreas de producción, lo cual significa simplemente el saboteo u obstaculización al desarrollo empresarial en nuestros países que por lo tanto no disponen del número de empresas necesarias para desarrollarse y de alguna manera competir no solo en los mercados internacionales sino también en nuestro mercado interno.
Es por lo tanto una tarea inmediata del socialismo y de un gobierno revolucionario fomentar las fuerzas productivas tanto existentes como potenciales lo cual pasa necesariamente por incluir dentro de estas fuerzas a las empresas privadas que han logrado sobrevivir a la defenestración productiva imperialista y que sean aptas para trabajar con un gobierno socialista. Hay que señalar igualmente que a pesar del esfuerzo que se haga por desarrollar otras unidades de producción bajo un esquema socialista o cooperativo de funcionamiento estas necesitan un tiempo de maduración y sostenibilidad para atacar las necesidades inmediatas que presenta una población superexigente de resultados a un gobierno socialista como el que queremos hoy para Venezuela. Hay sectores de la población que quieren manifestaciones concretas de calidad de vida y debemos utilizar las fuerzas productivas que tengamos para lograrlo así sean del sector privado.
No hay que confundir el esfuerzo productivo de las empresas privadas con las prácticas políticas de sus dueños los cuales como ya hemos sufrido, respondiendo a su interés de clase, abonaron hacia el componente golpista y guarimbero esperando de esa manera derrotar a una fuerza de emergencia histórica como la que impulso Hugo Chávez con el Chavismo y que continúa Nicolás Maduro.
La tarea del capitalismo, neoliberalismo, imperialismo, no termina con la tierra arrasada empresarial en nuestros países, porque si aun en el más inhóspito desierto principia la vida, la vida económica también aparece con las grandes limitaciones que ella trata de vencer, pero los Estados Unidos seguirá obstaculizando esos esfuerzos al evitar el desarrollo financiero, tecnológico, formativo, de acceso a los mercados, con mil y una políticas atropellantes para impedirles que progresen. Después los propios empresarios pondrán de su parte y estarán más interesados en congraciarse con los norteamericanos que con la nación en la cual surgieron. Aun así lo que quede y pueda ser utilizado como fuerza productiva en el socialismo no hay porque negarse a utilizarla.
A estas fuerzas productivas empresariales privadas para que trabajen adecuadamente en un estado que quiere ser socialista es necesario establecerles políticas y mecanismos que fomenten la cooperación y la no contradicción entre trabajadores y empleadores privados, por ejemplo que ellos mismos propongan formas de participación ya probados en países capitalistas como son acuerdos en los que los trabajadores tengan participación en la toma de decisiones y en la distribución de beneficios en las empresas. Es por supuesto necesario, dado su instinto empresarial hacia la ganancia el cual debemos aprender y aplicarlo socialistamente, estableciendo las normativas que protejan los derechos laborales de los trabajadores.
Lo que si debe estar claro en la dirigencia y discutido con las bases y la población en general es que en el socialismo, la propiedad privada de los medios de producción se ve restringida en estas fases iniciales pero no eliminada, pero que esto no implica participación empresarial privada en la gestión del estados y sus instituciones, a fin de fortalecer siempre que la gestión del estado se base en criterios colectivos, de participación popular y distribución de la riqueza entre todos y no dirigidas al usufructo personal.
Oscar Rodríguez Estrada 8 de noviembre de 2024