Universidades autónomas...seguir de espaldas es cobardía y traición a la patria

Me atrevo a decir que las universidades autónomas, y privadas, hoy en día están en deuda con el pueblo venezolano. Me refiero a la inmensa mayoría que durante la última década ha dejado de ser invisible y su condición de excluidos en la vida política y social nacional ya deja de ser esa ignominia heredada de los gobiernos del Pacto de Punto Fijo o “guanábana”, como también se le conoció.

Llama la atención que de vanguardia de la lucha social, esa universidad marcha hoy a la zaga de un pueblo y un proceso que indudablemente tiene características de revolucionario. Y con más precisión en tránsito a una sociedad sin tanta discriminación y desigualdades, es decir que se enrumba hacia el socialismo. ¡Quién lo hubiera creído hace unos 20 años atrás!

Bien, si no hablamos de la mayoría de sus integrantes, nos referimos a quienes en su seno toman las decisiones, y éstas en buena medida han sido en franca confrontación o ignorar las propuestas del proyecto de país establecido en la Constitución Nacional, que sin lugar a dudas han beneficiado a millones de compatriotas. ¿Por qué las universidades autónomas (y privadas) no se vinculan ni asumen la vanguardia ni cooperan con las diversas misiones que de manera directa, como dardo, apuntan a solventar problemáticas de salud, educación, alimentación, vivienda, deportes, cultura o tecnología, entre otras? ¿Por qué la universidad autónoma (y privadas), con su reconocido cuerpo de científicos e investigadores no dan el paso afirmativo de disponer todo su conocimiento en beneficio del pueblo venezolano?

No hay duda. Muchos universitarios de las autónomas (y privadas) carecen de humildad. Muchos de ellos se creen por encima del conocimiento normal y prueba de ello es la pertinaz campaña de descalificación a universidades e institutos creados por el gobierno Bolivariano en su noble afán de democratizar la educación y permitir el acceso a millones.

Ahora bien, ¿qué pasaría si nuestras universidades en vez de asumir la autonomía como una especie de cofradía, que cubren con un manto para que no vean su desnudez, debilidades y limitaciones, la convierten en motor para fomentar la transformación social? ¿Por qué las universidades no han utilizado esa autonomía para aferrarse a la Constitución Nacional, y específicamente a la Ley Orgánica de Educación para atreverse a dar el histórico paso de la democratización interna, tal como lo indica el Artículo 34? Que bueno sería que la UCV, ULA, UDO, LUZ Y ULA dijeran: “nosotros proponemos, nosotros asumimos el reto tal… “.

El pueblo venezolano reclama el aporte y la participación de los universitarios, quienes durante décadas han estado codo a codo en sus luchas libertarias. Ya está bueno, seguir de espaldas es cobardía y traición a la patria.


juan_azocar@hotmail.com


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Juan Azócar


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