El actual Jefe de la zona Educativa del Estado Mérida: Dr. Enrique Plata, tiene las horas contadas. Unos 150 educadores, obreros y sindicalistas, de la corriente revolucionaria del gremio de la educación básica, hicieron causa común para pedir su destitución del cargo que ocupa en el ME yD
Son tantas las acusaciones que se le hacen, que cuesta creer que todo un profesor de la ULA, con mas de 20 años de docencia, un currículum profesional de primera, con estudios en el exterior y ganador de premios en poesía lírica pueda comportarse tal como lo describieron sus compañeros de trabajo. En mi opinión personal hay algo mas de fondo que no salió a relucir y con todo el respeto a mis lectores voy a tocarlo, aun cuando pueda herir algunas susceptibilidades.
La sociedad merideña es profundamente racista, a los únicos negros que soportan es a los San Beniteros y eso porque son pintados con carbón. Durante la IV República y como castigo los adecos les impusieron a los merideños a varios negros en puestos de poder, entre ellos al Negro Antunez, a Baptista y Bonamie los cuales acumularon todas las anécdotas y chistes sobre discrimacion racial existentes en la historia de esta ciudad desde el pasado siglo.
Algo que los merideños no admiten y perdonan a un Negro es, que se”las de”, que sea engreído, que “se la dé de sabroso” y no “ocupe su lugar”. A un Negro no se le permite que sea despótico en su trato, que actué como si fuera la “ultima pepsicola del desierto”, que quiera coronarse Rey. Que sea exigente, estricto y además se la eche de mas honesto que los demás, son características imperdonables que nadie le perdona a un Negro en Mérida. Bueno, se preguntará el lector ¿Y que tiene que ver esto con Enrique Plata? Pues casi nada, simplemente que este señor es Negro ¡¡¡y no precisamente un Negro bello.
Cuando yo oía las razones, por las cuales estaban pidiendo la cabeza de Enrique Plata, me vinieron a la mente todos los materiales de investigación que recabé cuando hice mi tesis de grado sobre “La Participación de la Población Negra en la vida democrática venezolana durante el periodo 1958-1995” . Recuerdo que diseñé una encuesta donde les preguntaba a los Negros del Sur del Lago si a ellos alguien o alguna vez los habían discriminados. Todos me respondían que no, que a ellos nunca los habían discriminados. Las respuestas cambiaron totalmente cuando les pregunte si los habían “Negreados”. Allí encontré muchas historias que me contaban con lágrimas en los ojos.
En las exposiciones que oí, no se habló sobre la competencia profesional de Enrique Plata, nadie dijo que no era revolucionario, solamente escuche que se le acusa de Nepotismo (incorporación de familiares, también Negros, en puestos de confianza), de no atender a los dirigentes sindicales como se merecen, y de “creerse” Rey, dando ordenes y actuando a manera personalista. El no estar disponible para cuando se le solicita y de rodearse de secretarias y guardaespaldas que impiden el acceso a él. De darse el lujo de estar poniendo citas para hablar con él. Y otras cosas , tales como que grita y regaña a las personas y no sabe distinguir entre personas importantes y no importantes. También lo acusaron de hacer honor a su apellido, o sea que le gusta mucho La Plata y por ella es capaz de bailar.
Enrique Plata está botado, eso es lo mas seguro, pues nunca he visto tanta decisión en un grupo humano para sacar a alguien de un puesto publico. Ni la milésima parte, de las acciones que aprobaron, harían por sacar a Lester de la Alcaldía, por ejemplo.
Conociendo, por estudios realizados y por practicas vividas, voy a intentar construir una teoría que dé respuesta a este comportamiento masivo de desagrado hacia una persona, que durante mas de 30 años tiene un tipo de comportamiento en su sitio de trabajo y luego cuando es trasladado a otro cambia totalmente de carácter. Esa teoría la voy a construir a partir del hombre Negro que soy y de las investigaciones históricas y psicológicas que sobre esa población he realizado.
Primera afirmación: Cuando un Negro se desenvuelve dentro de un grupo social o profesional que considera sus iguales o superiores, generalmente hace el rol de “chico agradable”, el simpático, el servicial. Su vida gira en hacerse aceptar como buena persona e inteligente para asimilar la cultura del grupo.
Segunda Afirmación: Cuando un Negro se desenvuelve dentro de un grupo social o profesional que él considera inferior, por la posición oficial que él ocupa o por la fuerza o destreza que el grupo le reconoce, generalmente hace el rol de “jefe intransigente”, el estricto, el mandamás. Su vida gira en hacer que se le reconozca su poder, su superioridad, su jefatura. Se siente “el perdona vidas” y trata por todos los medios de imponer sus puntos de vista y acoplar a todo el grupo a sus exigencias personales.
Este fenómeno del comportamiento humano, específicamente de la Población Negra, tiene su origen en la época de la esclavitud, cuando el Negro, que era elegido por el amo blanco como mayoral, se transformaba por este hecho en un verdugo de su gente, sobre la cual se ensañaba con brutal fiereza para obtener favores y reconocimiento de su amo.
Basándome en estas dos afirmaciones es que podría encontrar una explicación para el caso de Enrique Plata y su vivencia de 30 años como Profesor Universitario y luego los dos o tres años que lleva como funcionario Director Regional del Estado Mérida y luego como Director de la Zona educativa del M.E.y D. En la ULA “PANA BURDA” con sus iguales y superiores. En la Zona Educativa “MAYORAL CON ASPIRACIONES DE SER AMO.”
En lo particular, no tengo experiencias que puedan corroborar la teoría expuesta en el caso de Enrique Plata, pues no lo he tenido como jefe y tampoco me ha brindado su amistad, por lo tanto solo elucubro como científico social, pues en la universidad me enseñaron que debo buscar explicaciones a todo fenómeno que impacte a la sociedad en la cual me ha tocado vivir.
JUANVEROES64@HOTMAIL.COM