Las Providencias estudiantiles deben ser administradas directamente por el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (MPPEU), dejárselas a las autoridades universitarias sería entrar en complicidad con el manejo doloso que dichos Directivos, principalmente en las Universidades autónomas y experimentales, suelen hacer con las asignaciones de Becas, de Cupos en los Comedores universitarios y en la gestión del Transporte universitario, cuando decimos manejos dolosos nos estamos refiriendo a la acción clientelar y a la aplicación de criterios perversos que prevalecen en la gerencia de las precitadas providencias estudiantiles; Movimientos como “100 % Estudiantes”, “Manos blancas”, JAVU y “Traseros descubiertos”, han sido alimentados y favorecidos por la distorsionada gestión de las Autoridades Universitarias comprometidas con la contra revolución.
La homologación a BsF 400,oo de las Becas estudiantiles, la ampliación de las estructuras de los Comedores universitarios y el correspondiente incremento de los Cupos para el uso de estos comedores, así como la incorporación de un significativo número de unidades de transporte para cada una de las Universidades, todo lo cual fue anunciado ya por el ciudadano Presidente de la República, Comandante Hugo Chávez, luce como un manjar muy apetecible para incrementar el clientelismo, el trafico de cupos y la compra de conciencias por parte de las Autoridades Universitarias (Rectores, Vicerrectores, Decanos y Directores ).
De igual manera consideramos que el MPPEU, debe hacer un manejo pulcro de dichas providencias, fundamentando su adjudicación, y administración sobre la base de criterios socio-educativos y nunca político-partidistas, no debe haber sectarismos de ninguna especie, sino al contrario una cabal demostración de inclusión, así como el acompañamiento de los Consejos estudiantiles que deberán ser instalados al efecto, cuya acción contralora es fundamental.
Es tiempo de adecentar la administración de los presupuestos universitarios, y para iniciar esta acción no necesitamos de la promulgación de la venidera Ley de Universidades, ya que aplicando la legislación vigente es posible sanear la ejecución presupuestaria de estas casas de estudios, se requiere si, de voluntad política y compromiso revolucionario.
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