Definitivamente, cuando el presidente Hugo Chávez se queja públicamente de las fallas comunicacionales de su Gobierno no se trata de argumentos banales ni pretextos para evadir responsabilidades; hay muchos casos evidentes, pero creo que uno de los más insólitos es el que tiene que ver con el presupuesto de La Universidad del Zulia (Luz).
En esta casa de estudios donde, por cierto, me gradué de comunicador social y quiero con el alma, hay un tsunami presupuestario conocido públicamente y nada ocurre en este país, a pesar del sacudón telúrico que, entorno del caso, publicó recientemente el diario Panorama.
Una nota periodística de ese rotativo dice que para este año, la partida de la universidad zuliana es de 934.229.670 bolívares fuertes, una asignación superior a la de 14 estados de Venezuela y al situado de las alcaldías de Maracaibo y del municipio Libertador (DC), ambas con poblaciones bastantes numerosas.
Observando esta información, cómo creer en protestas universitarias en contra del Gobierno bolivariano. No se requiere ser experto en la materia, para saber que ante esa cantidad de recursos las deficiencias hay que buscarlas en otro lado y no en la partida otorgada por el Ejecutivo nacional, que luce excesivamente generosa. ¿O será que quieren la asignación de los 23 estados, del distrito capital y las dependencias federales de Venezuela?
Lo peor es que hay sectores universitarios que con las huelgas logran golpear con fuerza al Gobierno, confundiendo a la gente, sembrando la duda, y cuando los revolucionarios están al frente de una “bomba” como esta, en lugar de emprender feroces campañas periodísticas para develar ante la población lo que sucede, se achantan y no actúan.
No aprovechan esos hechos que las circunstancias les brindan en bandeja de plata para provocar un debate nacional de grandes proporciones, que descubra las veladas mentiras que esos sectores echan a rodar, con el único fin de atacar y dañar más que al proceso revolucionario, al presidente Hugo Chávez, quien es su obsesión, su objetivo.
Gracias a Dios existe Mario Silva con la Hojilla, porque hay que ser honesto y reconocer que el ayuno protagonizado por los universitarios, quizás hasta dónde hubiese llegado si el moderador de este conocido espacio no muestra las imágenes de los huelguistas cuando se hartaban de cachitos y publica evidencias, según la cual, se ponían como hijos de cocinera con un cruzado de pollo y carne que camuflaban en los envases de suero. Después se cocieron la boca y pegaron cualquier alarido, pero ya estaban descubiertos. El pueblo se enteró de que todo se trataba de un vil engaño.
Pero la revolución, repito, se queda en el aparato, para decirlo en términos hípico. Eso es evidente. No se promueven fuertes y sostenidas discusiones para desenmascarar a la oposición. Muchas son las denuncias que si no las hace el presidente Chávez en alguna intervención pública o Mario Silva en su programa, queden en el ambiente en detrimento del proceso.
La prensa adepta al Gobierno, desde los medios alternativos en adelante, deberían activarse automáticamente en una cadena nacional, hacer una campaña sin tregua para denunciar y hacer que se genere alguna respuesta en torno de esa inmensa cantidad de dinero destinada a La Universidad del Zulia, que a juzgar por las protestas al respecto, pareciera que no alcanza ni para comprarle los lápices y los sacapuntas a los hijos de los obreros.
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