Por “educación”, voz que viene del latín educare, equivaliendo en griego a paidagoogeín, se entiende “guía”. Por eso se dice que la educación es el proceso por el cual las generaciones jóvenes se apropian el lenguaje, hábitos, costumbres, actividades, conocimientos, etc.; de las vidas de otras generaciones que han sido facilitadas y ayudadas a comprender por las acciones de guía de padres, familiares y maestros.
Ahora bien, cada época histórica la civilización humana ha tenido un modelo de guía y de escuela; esta escuela ha tenido distintas estructuras y finalidades, acordes con la organización, necesidades, ideales, etc., de cada grupo social. En las etnias primitivas, la vida social era muy rudimentaria y los niños se educaban dentro de la familia y de la comunidad, adquiriendo lo más valioso de la experiencia y sabiduría de los mayores; éstos, sin el deliberado propósito de enseñar, pero guiados por las necesidades de la vida, llevaban a los pequeños a participar poco a poco y en la medida de sus posibilidades y capacidades en las actividades y faenas de la vida diaria. Así, dentro de la misma vida social, las generaciones jóvenes adquirían las actitudes, experiencia, ideales, etc., del grupo, y los adultos no terminaban esta labor sino cuando los pequeños eran capaces de conducirse como personas mayores.
Sintetizando un tanto, se puede construir un ideario de las modalidades de la educación en los grupos primitivos: a.- La educación se realizaba haciendo pasar en forma natural y directa; b.- lo sea sin mediación de institución especial alguna, la sabiduría y experiencia de los mayores a los pequeños; c.- los pequeños aprendían y se educaban participando realmente en las actividades y ocupaciones de la vida del grupo social a que pertenecían; d.- el afán de las personas mayores era transmitir a los niños no solo lo más valiosos de su experiencia y sabiduría, sino también sus actividades, tradiciones, creencias, aspiraciones e ideales; f.- el método empleado por los adultos para enseñar a los menores era el activo, ya que los niños aprendían a hacer las cosas haciéndolas realmente; y g.- al crecer los grupos humanos y ser su vida más compleja ya no fue posible realizar la educación mediante ese proceso directo y natural, haciéndose indispensable la creación de una institución destinada a la educación de los menores, que no podían adquirir de manera completa dentro de la familia y la comunidad.
Después de creada, desde el punto de vista institucional, la escuela ha pasado por una verdadera metamorfosis; de una escuela práctica primitiva, escuela libresca y verbalista, a una escuela activa; ésta, en el anhelo de volver a su origen. La concepción de escuela, como figura que alberga las acciones de transferencia de saberes, nació en la Grecia antigua (siglo IV, Antes de Cristo), las escuelas primitivas se dieron en Atenas, siendo para los griegos el termino un lugar de ocio, donde se practicaba el amor por la sabiduría; ese ocio (en sentido figurado), se ocupaba de actividades prácticamente útiles, como el cultivo de la inteligencia y del espíritu. Ya en el Imperio Romano, en tiempos ya de la era cristiana, la escuela significo juego, pero se hace referencia al juego de la inteligencia, del saber, no en el sentido de labor agradable que tiene para nosotros. Tanto las escuelas griegas como romanas eran instituciones particulares, y los maestros se instalaban en lugares públicos para enseñar.
Luego aparecería la escuela medieval, la cual estaba destinada a la preparación de sacerdotes; fue escuela confesional, pues la iglesia, dueña de la economía y el poder, monopolizo durante los siglos la vida material, espiritual y política de los pueblos. A dichas escuelas concurrían solamente los hijos de la nobleza. Hasta el siglo XIV y XV, después de Cristo, no aparecieron las primeras escuelas municipales y las universidades, sostenidas con bienes comunales, iniciándose una enseñanza seglar, pero con asistencia de la clase acomodada y controladas por la iglesia.
El movimiento de transformación social, político y cultural denominado Renacimiento no cambio el panorama de la escuela; es cierto que el Protestante alemán Martín Lutero (1483-1546), creó escuelas populares para difundir la nueva doctrina religiosa, pero las ideas de Lutero penetraron únicamente en la nobleza y en la burguesía, quedando el pueblo en la ignorancia. Vemos de esta manera que el Estado, expresión de la clase dominante, ha creado en todos los tiempos instituciones educativas para satisfacer sus propios fines, pero descuidando al pueblo. Es con la Revolución Francesa (1789), cuando surgen propiamente las escuelas populares, con las características de: obligatoriedad, gratuidad y laicidad, como consecuencia del movimiento económico, político y social, exigiendo libertad, igualdad y fraternidad. Aparece, la escuela popular, órgano autentico de la democracia, proclamando la igualdad de derechos y de deberes, y hemos de añadir que todavía en nuestros días tiene valor la organización que Napoleón diera a la enseñanza en tres grados: primario, secundario y superior.
Pero esta realidad nos deja un sabor amargo ante la manipulación a la que ha sido objeto la escuela moderna. El capitalismo de Estado ha incidido en la confección de un modelo que promueve el individualismo y el egoísmo como estructura del pensamiento que desvirtúa los valores humanos que debieran prevalecer en los hombres y mujeres de un mundo cada vez más interactivo e informado. Se necesita una escuela que sea emancipatoria; con un cuerpo de doctrinas con base de aplicación científica, que llevan a conseguir determinados fines tenidos como los mejores, justos y posibles dentro de una avanzada filosofía y practica de la educación, en contra de la escuela tradicional de contenido intelectualista, que descuida los valores que entraña el niño, la familia y la comunidad. Una escuela donde la Ciencia de la Educación sea la teoría, la doctrina, la filosofía de una formación para la igualdad, la solidaridad y la libertad, mientras que la Pedagogía se encargue de aplicar una comunicación efectiva entre los formadores, maestros, y los estudiantes. La escuela emancipada, se refiere, a una escuela creada bajo nuevos sistemas de interacción social y en general, como conclusión de un movimiento vital de las escuelas que buscan mejores técnicas para la enseñanza y, por tanto, para la educación. Según Lorenzo Luzuriaga (España 1889 - Buenos Aires, 1959), las características de esa nueva escuela se simplifican en: vitalización, actividad, espontaneidad, libertad y comunidad.