1. Me ha parecido muy interesante la discusión que desarrollan por Internet amigos venezolanos bolivarianos, es decir, los simpatizantes y partidarios del presidente Hugo Chávez, sobre el nivel educativo y cultural de los maestros de primaria y secundaria de esa nación. Muchos señalan que el bajo nivel académico de los maestros ha sido por las condiciones socioeconómicas que han sufrido durante gobiernos anteriores al año 2000; otros, por su lado, consideran que si el nivel cultural y pedagógico de los profesores está por los suelos se debe a la irresponsabilidad de los mismos profesores que no se han preocupado por capacitarse ellos mismos y prefieren vivir cómodamente enajenados con la propaganda consumista radio-televisiva. La realidad es que casi es el mismo problema en México y de la mayoría de los países del mundo.
2. La diferencia es que el gobierno mexicano, a veces con todo cinismo, asume que es capitalista, empresarial y que además se pone al servicio de las políticas de EEUU; por el contrario, el gobierno venezolano, desde que Hugo Chávez en 1999 asumió el mando, ha declarado que quiere construir el socialismo del siglo XXI con nuevas bases sociales, económicas y educativas. En México, según el mismo sistema de explotación, no se requiere una nueva educación, maestros y estudiantes para crear una sociedad justa e igualitaria; basta con realizar algunas reformas muy a la vista, para cumplir la tarea. En Venezuela, por el contrario, el asunto sí es realmente serio; se quiere construir un socialismo igualitario que sólo será posible si las relaciones de producción, si la distribución de la riqueza, si los maestros cambian realmente desde la raíz.
3. El maestro es un trabajador como cualquier otro, pero su tarea es especial porque no construye objetos sino que ayuda a la formación de seres humanos. La lucha de los maestros es por defender sus derechos económicos y sindicales, pero también porque el país logre elevar el nivel de conocimientos y de solidaridad de sus estudiantes. Si los profesores no cumplen con crear mejores seres humanos estará dejando sin concluir su obra. ¿Pero, cuál es la “materia prima” del maestro y en qué condiciones se la entregan? En un sistema capitalista como México el 70 por ciento de la población infantil hereda deficiencias graves causadas por la desnutrición, la pobreza, el desempleo de los padres; pero también se hereda un sistema económico que sólo busca preparar mano de obra barata fácilmente explotable, no seres humanos plenos.
4. Aquí está el punto esencial del asunto: ¿Cómo llegan los alumnos, los estudiantes, los niños y los adolescentes a la escuela y cuál es la situación económica, los conocimientos y el interés de los profesores? ¿Llegan los estudiantes bien alimentados, de un hogar integrado y con ingresos económicos seguros de sus padres? ¿Son atendidos por maestros convencidos de que su tarea es importante y que son recompensados de manera adecuada por el Estado? México, con un gigantesco aparato de gobierno y sindical, un alto porcentaje de los profesores ha perdido la ilusión, el entusiasmo, los objetivos de saber para qué educar. En Venezuela las condiciones parecen diferentes porque los discursos y acciones del chavismo son para hacer las cosas diferentes a la Venezuela anterior. Por eso es más serio y profundo.
5. La Venezuela de Chávez es o debería ser completamente diferente porque se ha propagado que se busca construir el socialismo. Seguramente la mayoría de los profesores apoya a su gobierno y está dispuesto a enterrar para siempre el pasado régimen que se niega a morir. Pero no todos los profesores saben que los cambios profundos no pueden darse por decreto gubernamental ni tampoco por buenas intenciones. En tanto en México se busca imponer medidas para que los profesores realicen exámenes tramposos con el fin de hacerlos a un lado, en Venezuela son los mismos profesores quienes deben evaluarse y autoevaluarse para que cada día sean mejores y así ayudar al proceso revolucionario. Pero para ella se deben desatar más las polémicas acerca de los mejores caminos para andar.
6. En México laboran en los niveles de preescolar, primaria y secundaria, alrededor de un millón de profesores; éstos cuentan con un poderoso sindicato que desde 1943 ha estado al servicio del gobierno capitalista y, con los cientos de millones de pesos que recibe cada mes esa organización en cuotas, ha comprado la voluntad sindical de la mayoría de los profesores. A través de las décadas, desde la izquierda, han surgido muchos movimientos de oposición sindical que, por lo menos desde 1979 que surgió la Coordinadora (CNTE), han realizado batallas importantes; pero –como si nada- vamos a cumplir 70 de estar pisoteados. ¿Cuánto más tendremos que luchar para que las cosas cambien en serio en educación y en el magisterio? A veces pensamos que nunca, pero nuestras batallas seguirán adelante.
7. No conozco la situación de los colegios privados o de paga en Venezuela; pero en México, de atender menos del 10 por ciento hace 40 años, hoy han pasado a controlar casi el 40 de la población escolar, ¿Por qué? Porque el Estado y los gobiernos derechistas han recortado al mínimo la inversión pública, reducido las matrículas en educación pública, han desatendido los derechos de los profesores y apoyado los negocios de los empresarios de escuelas privadas. Las preparatorias y las universidades –desde hace más de 30 años, mediante exámenes de admisión tramposamente diseñados- rechazan hasta el 90 por ciento de los estudiantes solicitantes que se ven validados a abandonar la idea de estudiar para fortalecer a los “ninis” (ni estudian por falta de escuelas ni trabajan por falta de empleo).
8. Pero lo que realmente importa en estos momentos de renovación y cambios son las transformaciones educativas de Venezuela durante un gobierno que ha prometido luchar junto a su pueblo por el “Socialismo del siglo XXI”. Aunque por la vía electoral los venezolanos han logrado un gobierno que está poniendo las bases socioeconómicas para una nueva sociedad y desde México estamos muchos dispuestos a colaborar. Si en México cambiaran las cosas y el pueblo pudiera exterminar las políticas privatizadoras del PRI y del PAN, la educación sería otra cosa. El caciquismo sindical del Sindicato (SNTE) se vendría abajo y la lucha de la Coordinadora (CNTE) implantaría nuevos planes, programas, metodologías educativas que contemplarán sin duda las condiciones en que viven los estudiantes y sus familias. Se acabarían las ilusiones y pasaremos a vivir de realidades. (12/VIII/12)