¿Qué difícil es debatir sobre el tema universitario cuando todos piensan que se la saben todas con respecto a este tema? En un simple sentido de racionalismo lógico, las ideas que hoy se afanan algunos miembros de la comunidad académica en llevar al debate, ya han sido debatidas, superadas y hay propuestas concretas, el asunto es tener la humildad para entenderlas y mirar un tantico por debajo de la nariz; para internalizar esto les haré alusión a dos posturas que me parecen bien avanzadas y delineadas con respecto al tema de la transformación universitaria.
Por un lado está el trabajo, que publicara el Forum Occasional Paper, Series Paper no.4,de la UNESCO, titulado Desafíos de la Universidad en la Sociedad del Conocimiento, Cinco Años Después de la Conferencia Mundial sobre Educación Superior, cuyos autores son Carlos Tünnermann Bernheim y Marilena de Souza Chaui; se expresó que los procesos actuales de transformación buscan superar la concepción de la educación como simple "transmisión-acumulación" de conocimientos e información. De esta manera, la llamada "crisis educativa" es en buena parte una crisis del modelo pedagógico tradicional. Dicho modelo requiere una revisión a fondo frente al hecho incuestionable del crecimiento acelerado del conocimiento contemporáneo, acompañado de su rápida obsolescencia, así como ante otra realidad como lo es el desplazamiento del aparato educativo como único oferente de educación y el surgimiento de la "escuela paralela" de los medios masivos de comunicación y la rápida difusión de la información a través de las modernas tecnologías, indiscutiblemente, estos fenómenos modifican, necesariamente, el modelo pedagógico y el rol del profesor universitario.
Estos desafíos del aprendizaje conducen a las respuestas académicas que forman el núcleo de los procesos actuales de transformación universitaria, y que deben inspirar los modelos educativos y académicos. Esas respuestas son: La adopción del paradigma del aprender a aprender; El traslado del acento, en la relación enseñanza-aprendizaje, a los procesos de aprendizaje ; El nuevo rol de los docentes, ante el protagonismo de los discentes en la construcción del conocimiento significativo; La flexibilidad curricular y toda la moderna teoría curricular que se está aplicando en el rediseño de los planes de estudio; La promoción de una mayor flexibilidad en las estructuras académicas; El sistema de créditos; La estrecha interrelación entre las funciones básicas de la Universidad (docencia, investigación, extensión y servicios); La redefinición de las competencias profesionales; La reingeniería institucional y la gestión estratégica como componente normal de la administración universitaria; La autonomía universitaria responsable; y los procesos de vinculación con la sociedad y sus diferentes sectores ,(productivo, laboral, empresarial, entre otros).
Los autores recalcan que el aprendizaje o los aprendizajes, representan la esencia de la Universidad contemporánea, ante lo cual surge una incógnita necesaria: ¿qué hacer en la práctica docente para generar condiciones para un efectivo aprendizaje de los estudiantes? Si recordamos lo expresado por David Ausubel, "existe una relación íntimamente entre saber cómo aprende un educando y saber qué hacer para ayudarlo a aprender mejor". Es decir, el aprendizaje es un proceso activo y de construcción de conocimientos que lleva a cabo en su interior (estructura cognitiva) el sujeto que aprende, y ese sujeto está relacionado con un entorno y a ese entorno tiene el deber de servir con su conocimiento.
Y por otro, el punto de vista de Boaventura de Sousa Santos, quien en el 2007, publicó un texto muy visionario: La Universidad en el Siglo XXI, cuyo subtítulo lo expresa todo: para una reforma democrática y emancipatoria de la universidad. En su investigación Sousa Santos expresa que hay la necesidad de darle carácter fundacional a las condiciones en donde se erige la universidad del siglo XXI; se debe motivar para asumir formas más densas de responsabilidad social, pero no debe ser solamente entendida de manera funcionalista en este sentido. La responsabilidad social de la universidad debe ser asumida por la universidad aceptando ser permeable a las demandas sociales, especialmente aquellas originadas en grupos sociales que no tienen el poder para imponerlas. La autonomía universitaria y la libertad académica han de asumir en el ahora histórico, una nueva importancia, puesto que solamente ellas pueden garantizar una respuesta entusiasta y creativa frente a los desafíos de la responsabilidad social. Puesto que la sociedad no es una abstracción, esos desafíos son contextuales en función de la región, el lugar y por lo tanto, no pueden ser enfrentados con medidas generales y rígidas.
Sousa Santos propone una reforma institucional, orientada a fortalecer la legitimidad de la universidad pública en un contexto de globalización neoliberal de la educación y para fortalecer la posibilidad de una globalización alternativa. Las principales áreas de esta reforma institucional pueden resumirse en las siguientes ideas: red, democratización interna y externa y valuación participativa. Esta postura la comporto en tanto que hay necesidad de democratizar la universidad y de proyectarla mucho más allá de su campus universitario; pero difiero en el sentido de que sea por Reformas que alcanzaremos este viraje; hay que refundar la universidad latinoamericana, no queda de otra: hay que extirpar los forúnculos de corrupción, elitismo y barbarie que hoy hacen de la institución universitaria un espacio que vive en las sombras y en el letargo de la imprecisión y la deslealtades.