Paro Universitario, presupuesto justo y aumento salarial....¿Eso es todo?


El anuncio de un acuerdo reivindicativo entre los sectores universitarios y el gobierno nacional allana el camino hacia un entendimiento que aspiramos permita contar con un clima para el buen desenvolvimiento de estas casas de estudio. Aspiramos que quienes con su intemperancia o confusión han ido más allá de la preservación de la academia asuman su responsabilidad de manera crítica. Canalicen sus inquietudes y reflexionen acerca del llamado que mil veces hizo el Presidente Chávez, y se los ha renovado el actual mandatario Nicolás Maduro, en el sentido de asumir la firme decisión de repensar la universidad en un proceso de discusión colectivo que conduzca a la transformación de tales instituciones para ponerlas al servicio de la patria.

Por ello, ante el justo reconocimiento al reclamo de un sector laboral de suma importancia para el país, asumimos que quienes realmente están comprometidos con el destino de Venezuela, con la educación en general y de manera especial con la educación superior están obligados, por principios éticos, a hacerse varias preguntas que indudablemente extrapolan los límites, conjeturas y apreciaciones de una contratación colectiva que centra la atención en el aumento salarial.


A los efectos de generar una contextualización responsable y comprometida, remitimos la lectura de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) en sus Artículos 102, 103 y 109. De la Ley Orgánica de Educación (2009) en sus artículos 32: La educación universitaria y sus principios rectores. Art. 34: El principio de autonomía y el Art. 35: Las leyes especiales de la educación superior. Ambos instrumentos legales han sido aprobados en el marco de la Revolución Bolivariana. Es deuda la elaboración y aprobación de leyes especiales y otros instrumentos normativos para el subsistema de la educación superior.


Ante un acuerdo que pueda satisfacer o no las aspiraciones de los diversos sectores universitarios, está pendiente una agenda que contempla temas cruciales sobre la relación entre la universidad y la Venezuela que se levanta en el marco de la Revolución Bolivariana. La realidad nos dice que es inadmisible una universidad, contemplativa, aislada, indiferente, paralizada y de espaldas ante un país que a partir de 1999 ha sentido el impacto de un proceso de cambios en todos sus estamentos. Hablamos de las llamadas autónomas. Dígase, entre otras, UCV, UC, ULA, UDO, LUZ. ¿Qué ha pasado con la universidad vanguardia? ¿Dónde quedan las corrientes y el ejercicio del pensamiento crítico de la cual fueron baluartes durante mucho tiempo? ¿Será que estas universidades tendrán un aporte o una opinión sobre el Plan de la Patria 2012-2019? ¿Seguirá esta FAPUV desencajada de la realidad mirándose el ombligo?


No sé si es pedir demasiado. La muy celada autonomía, plenamente garantizada y con fuerza constitucional, debe servir para producir una implosión que permita un despertar universitario para asumir que estamos en el siglo XXI y en un país en revolución. ¿Será posible?



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Juan Azocar


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