Otra obra de La Canalla

Semestre perdido

Moisés Guariguata, estudiante de ingeniería química en la UDO, proviene de Ciudad Bolívar. Es un muchacho de origen humilde. Sus padres con mucho sacrificio le cubren sus estudios en Puerto La Cruz. Le pagan alojamiento, alimentación, transporte y, por supuesto, los libros y las tesis. Con él hablé el pasado viernes 12 del presente mes en mi programa Buenos días oriente, que se transmite de lunes a viernes de 7 AM a 8 AM, por TVO.

Con mucha tristeza me dijo que ya había perdido el semestre por culpa del paro de profesores de las universidades autónomas. “Porque no todas las universidades están de paro cómo pretenden decirlo de manea mediática. Apenas es el 20 por ciento, que es el porcentaje de las universidades autónomas, los que insisten en mantener el paro. El resto, 80 por ciento están estudiando. Todo ello significa que los hijos de los ricos, que estudian en las privadas no tienen problemas”.

Moisés. ¡Pero hay hijos de ricos que estudian en las autónomas, en las públicas!

-“Es muy cierto y llegan en sus camionetotas echando pinta. Encarando a los que como yo llegamos a la UDO en autobuses del transporte colectivo y, a veces, hasta a pie”.

¿Pero todos los profesores de las autónomas están con el paro?

- “Hay profesores que quieren dar clases. Pero los que están en el paro le cambiaron las cerraduras a las puertas de los salones para que no entraran”.

-“A todas luces, dice Moisés, es un paro político que pretende incendiar las calles para crear un paro general y desestabilizar al país en aras de una intervención extranjera que acabe con el gobierno del Presidente Maduro y, por supuesto, con la Revolución Bolivariana de Venezuela. Además ya el Gobierno le depositó el dinero que reclamaban y le mejoraron los beneficios sociales”.

Pero. Por lo visto no han logrado calentar las calles. El pueblo permanece tranquilo. ¿Por qué creé usted ocurre eso?

- “Precisamente porque es muy bajo, muy reducido el porcentaje de profesores que están en paro. Apenas suma el 20 por ciento. Por eso es que el objetivo del paro político de profesores de universidades autónomas, que es el caos nacional, no se ha cumplido porque, simplemente el pueblo no les ha parado”.

¿Cuánto le cuesta a un estudiante, cómo a usted que viene de Ciudad Bolívar un mes de estudio en la UDO, núcleo Anzoátegui?

-“Como 5.000 bolívares. Tenemos que pagar alquiler de habitación, alimentación, transporte, libros, artículos de aseo personal, lavado de ropa. Y evitar enfermedades”.

¿Y cómo le rinden ustedes cuenta a sus padres? ¿Cómo saben ellos que esa inversión está debidamente justificada?

-“Los estudiantes somos los únicos de la cadena universitaria que rendimos realmente cuenta de la inversión que realizan tanto el Gobierno como la familias en nuestra formación universitaria. Lo hacemos con los boletines de notas y con nuestras graduaciones”.

¿Y las autoridades universitarias?

- “Con el cuento de las autonomía no le rinden cuenta a nadie. Nadie sabe qué hacen realmente los “jefes” con el dinero que les asigna el Gobierno. Y luego usted los ve en los lujosos restaurantes dándose la gran vida a costilla de los reales de las universidades mientras un grupo de jóvenes universitarios se mueren de hambre en una huelga de hambre en apoyo de esos profesores gozones. No hay derecho.

-Entonces Moisés. ¿Se perdió el semestre?

- “Si hermano. Ahora no sé que cuenta le voy a presentar a mis viejos. Pensar que pensaba celebrar el semestre aprobado con ellos en la Feria de la Zapoara, que se celebra en agosto, a orillas del Orinoco, en mi amada Ciudad Bolívar”.

TINTERI

Como el chamo Moisés hay miles de estudiantes de universidades públicas que perdieron el semestre por culpa de un paro de profesores. Y yo me pregunto ¿quién responde por la pérdida del semestre, por los reales que perdieron miles de familias humildes, por el tiempo perdido? Mientras tanto la mayoría de los hijos de los profesores en paro salvaron su semestre.

TINTERO II

En Japón, los profesores protestan trabajando “muchísimo más para acelerar el semestre y terminarlo mucho antes”. De esa forma los jóvenes están en la calle a “distiempo” y rompen la organización del desempeño del país. Es entonces cuando el Gobierno los llama y se sienten a conversar. En Venezuela no es así. Primero le dan una pedrada a la lámpara, paralizan las clases y luego piden dialogo.


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Américo Hernández


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