Otro hecho insólito. El miércoles 11 de marzo el ministro del Poder Popular para Educación Universitaria Ciencia y Tecnología, Manuel Fernández firmó la Resolución donde se designan las nuevas autoridades de la Universidad Bolivariana de los Trabajadores “Jesús Rivero”, la cual se publicó el jueves 12 de marzo en la Gaceta Oficial Nro. 40.619. Este es un hecho cotidiano en la Administración Pública. Sin embargo, lo extraordinario de esto es que dicha resolución significó la destitución del prof. Arquímedes Mundaraín como rector de dicha universidad, en la cual venía haciendo un extraordinario trabajo de formación y concientización de nuestra clase trabajadora, de nuestra clase obrera. Adicionalmente, Mundaraín era presidente de ARBOL (Asociación de Rectores Bolivarianos) desde donde venía haciendo una muy loable labor de articulación de los rectores bolivarianos y había logrado parar, junto a las autoridades del ministerio, las embestidas de los rectores de la derecha universitaria. Y tengo entendido que fue uno de los artífices del histórico documento donde se condenó la injerencia norteamericana contra nuestro pueblo, nuestra patria y nuestro gobierno bolivariano el cual fue aprobado por todos los rectores universitarios en el Consejo Nacional de Universidades del 12 de marzo (que casualidad, el mismo día en que aparece el nombramiento de las autoridades de la Universidad de los Trabajadores y por supuesto su remoción). Como escribí en uno de mis artículos, he sido colaboradora docente “ad-honorem” de la Universidad de los Trabajadores y sé por ello que en la UBTJR esto ha ocasionado una verdadera conmoción.
Nos preguntamos desde acá y con toda razón: ¿Por qué se destituye al rector Mundaraín de la rectoría de la UBTJR?. ¿El ministro Manuel Fernández o algún viceministro, o algún Director General se lo comentaría? Tengo la información de que no fue así, lo cual desdice mucho de la actitud que deben tener los revolucionarios con otros revolucionarios.
Si se va a remover a alguien de un cargo por motivaciones políticas o de otra índole, es necesario notificarle previamente. Ese fue el ejemplo que nos dejó nuestro amado Comandante Hugo Chávez. Cada vez que debía sustituir a algún funcionario lo anunciaba públicamente y le expresaba que cumpliría labores revolucionarias en otros destinos. Así debemos tratarnos los revolucionarios, excepto que el rector Mundaraín hubiese estado incurso en hechos irregulares, cosa que sé no es así, pues sabemos de su alto sentido de la ética y de la pulcritud de sus actuaciones.
Por eso, le decimos al Presidente Nicolás Maduro, al camarada Diosdado cabello y al ministro Fernández: “Así es que no se gobierna”
Para que tengamos un ejemplo de su nobleza revolucionaria, cuando me enteré de esa situación, le remití un correo expresándole mi solidaridad y lean lo que el camarada Mundaraín respondió:
“Buenos días Andreina. Muchas gracias por tu solidaridad. Soy un luchador social y seguiré ahora con mayor fuerza, amor y compromiso, luchando para consolidar la Revolución Bolivariana. ¡Viva Chavez!” e igualmente me adjuntó dos materiales. Una clase sobre las diferencias entre el pensamiento económico de Adam Smith y Carlos Marx acerca del trabajo y la explotación social. El otro es una producción musical donde su hija Gladmary interpreta una hermosa canción denominada “Fiel compañero”, dedicada al Comandante Hugo Chávez con letra del propio Mundaraín.
Esta es otra de las contradicciones que tenemos en el gobierno revolucionario y que erosionan la credibilidad de nuestra dirigencia. Es otra de las expresiones de la contradicción entre estado constituido y estado constituyente. Los “lobbies” ministeriales siguen haciendo un enorme daño a nuestro hermoso proceso y fíjense como se designa en la Universidad Campesina a un sujeto sin ningún mérito académico, con una endeble autoridad ético-moral y con antecedentes de mala praxis administrativa en la presidencia del INTI, como William Gudiño, mientras, en la UBTJR se remueve a uno de los baluartes de la dirigencia universitaria venezolana y adicionalmente, presidente de ARBOL respetado por revolucionarios y opositores por conocer de su autoridad moral e intelectual, no como el ágrafo rector de la Universidad Campesina. Además, dicha remoción se da en plena batalla dentro del campo universitario, a cuya vanguardia se encontraba Mundaraín.
Por otra parte, si esta celeridad o disposición de actuar se tuviese desde el MPPEUCT para decidir casos de tropelías que se cometen desde las universidades autónomas o con autoridades de oposición, otra situación se viviría en el país. Universidades oposicionistas hacen lo que les dé la gana ante las narices de nuestras autoridades ministeriales y éstas hacen caso omiso, con la honrosa excepción de Edgar Ramírez cuando fue ministro quien si les dio un “parao” a esas autoridades de la AVERU como la rectora de la UCV, de la “Simón Bolívar”, de la UNA, de la ULA y de todas las universidades que controla la oposición. Caso emblemático, el de la Universidad del Táchira, convertida en bastión de los guarimberos terroristas y el ministerio y sus autoridades no hacen nada para frenar esas arremetidas permanentes contra la paz universitaria y del estado Táchira. Es decir, con los nuestros tenemos mano de hierro, mientras con los opositores tenemos manos de seda. No puede ser.
Creemos que este tipo de actuaciones de la dirigencia universitaria “revolucionaria” debe revisarse a profundidad. Hacer justicia con quienes luchan no por un cargo inmerecido como William Gudiño, sino con verdaderos revolucionarios que, como decía Robert Serra, nuestro mártir diputado, “lo importante no es obtener un cargo en el gobierno sino hacer irreversible la revolución”. Creo que así lo piensa también el camarada Arquímedes Mundaraín.