En la República de Chile se está en la actualidad transitando por un intenso proceso de discusión sobre el modelo de educación universitaria vigente, el cual está siendo impulsado principalmente por el movimiento estudiantil universitario y por algunas fuerzas políticas de izquierda. El aspecto central de la discusión tiene que ver con la necesidad de que en Chile se establezca un modelo de educación universitaria gratuita y de calidad.
En Chile, a comienzos de la década de los ochenta del siglo XX, durante el gobierno militar dictatorial de Augusto Pinochet, se implantó un modelo basado en la privatización y mercadización de la educación universitaria, teniendo en muchos casos el lucro como el objetivo principal, antes que la calidad de la educación, modelo que pareciera estar haciendo crisis.
Como parte de las bases constitucionales y legales del modelo pinochetista de educación universitario, vale destacar lo siguiente: 1. Los padres de los estudiantes tienen el derecho preferente y el deber de escoger el centro educativo universitario que consideren más apropiado; 2. La educación universitaria no puede orientarse a propagar ninguna tendencia política partidista en particular; 3. Se hace énfasis en la libertad de enseñanza, que incluye el derecho de abrir, organizar y mantener centros educativos universitarios, sin otras limitaciones que las impuestas por la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional; 4. La universidad es concebida como una institución de investigación, raciocinio y cultura.
Entre los principales argumentos que sustentan la discusión planteada por quienes impulsan una reforma del modelo educativo universitario chileno, están los siguientes: 1. El 80% de la matrícula universitaria corresponde a universidades privadas, lo que ha llevado a un endeudamiento creciente, vía créditos con bancos, a miles de familias chilenas, que se ven en la necesidad de hipotecarse para poder costear los estudios de sus hijos; 2. El 60% de los egresados universitarios chilenos terminan desempeñándose profesionalmente en campos diferentes a los que estudiaron; 3. En la actualidad el Estado chileno prácticamente se desentiende del destino de las universidades, y de los que ellas estudian, en tanto que en buena medida las considera como empresas privadas.