La Universidad Venezolana del presente tiene un gigantesco reto de acuerdo con la función socia que le asigna la propia sociedad venezolana, y es nada menos que la de trascender los espacios de simple reproducción y sistematización académica, de expendedora de Títulos profesionales al servicio de la división del trabajo que le impone el orden hegemónico vigente de una economía mercantilista y globalizada, la Universidad de hoy, debe superar el esquema de la tecnocracia funcionalmente adaptada a los requerimientos de la lógica tecno-instrumental y anti humanista que privilegia al mercado, dominado por poderes económicos que subyugan a las grandes mayorías que hoy sufren el embate de una guerra económica bestial.
La construcción de nuevas relaciones de poder, orientada hacia la inclusión de las grandes mayorías, guiada por los principios de la justicia social y la equidad, por el protagonismo popular fundamentado en el desarrollo de la democracia directa y participativa establecida en la CRBV impone la necesidad de la transformación universitaria , para que esta asuma su papel en la vanguardia de los cambios, y sea referencia teórica, científica, filosófica e ideológica desde la inserción crítica y comprometida con la realidad, con rigor teórico y epistemológico.
La Ruptura con los viejos esquemas reproductores de desigualdad, y por consiguiente con la exclusión, antes de la ascensión del comandante Hugo Chávez al poder (1999), y la cual se expresaban en “el cupo” los estudiantes provenientes de los sectores pobres del país, quienes en su gran mayoría no tenían acceso a la Educación universitaria, ni siquiera a las universidades públicas autónomas, como lo revelo una investigación del docente Eduardo Morales Gil, referido al status social del cual provenían los estudiantes en la Universidad pública Simón Bolívar USB, en dicho estudio demostró que sólo el 5% de los estudiantes de dicha Universidad provenían de los sectores pobres de la sociedad venezolana. El Gobierno bolivariano quebró esa política de exclusión estudiantil universitaria, ampliando el espectro universitario al crear decenas de Universidades públicas y la Misión Sucre, hoy en día poseemos una población estudiantil universitaria que ronda los tres millones , pero la gran pregunta es si estamos impartiendo una educación universitaria con pertinencia socio-educativa, si está promueve realmente la sustitución del modelo rentista petrolero por un modelo social productivo de carácter agro ecológico, manufacturero centrado en la pequeña y mediana industria verdaderamente nacional, si promueve una nueva cultura de reivindicación de nuestros valores e identidad nacional contrapuestos al consumismo y al mercantilismo, creemos que no es así, y en tal sentido consideramos la necesidad de la redefinición de una Universidad que de respuesta a la difícil y compleja problemática de la sociedad venezolana del presente, de cara al futuro próximo y mediato, y para ello requiere cambios radicales y sustantivos en sus diseños curriculares, centrados en la Investigación-acción participativa, en la pedagogía crítica, en el respeto y valoración de país multiétnico y pluricultural, que somos.
NOTA COMPLEMENTARIA: La totalidad de las Universidades públicas venezolanas autónomas y algunas experimentales poseen autoridades cuyos lapsos de gestión tienen mucho tiempo vencidos, en algunos casos más de tres años, como por ejemplo en la UPEL, esta situación se torna dramática al tener Universidades prácticamente acéfalas, con autoridades interinas encargadas, por cuanto sus titulares electos fueron sustituidos por motivos de enfermedades y fallecimiento, consideramos que el MPPEUCT, y la Asamblea Nacional no deben continuar con su política de indiferencia ante esta grave circunstancia, debe buscarle una salida con la urgencia del caso, aprobando un reglamento electoral que haga posible la renovación de autoridades universitarias.
Mariano Crespo, @dialogoambiente.
