Foto: La Dra. Marlene Yadira Córdova, ex Ministra, y el profesor Héctor Montes, 2020.
Saludos fraternos al ciudadano César Trómpiz, Ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria; la razón de esta misiva pública es mostrarle la cara real de los acontecimientos que el pasado 14 de agosto del 2020, ocurrieron en nuestro campus universitario de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, Vicerrectorado de Producción Agrícola del estado Portuguesa (UNELLEZ-VPA); hechos que vienen a impactar sobre la seguridad y la paz, en la Universidad, mostrando una realidad que no es la imagen que corresponde a una institución de educación superior que está transformándose y cambiando hacia la conquista de un espacio que respete la crítica, la disidencia y los derechos de los estudiantes universitarios.
En la UNELLEZ, en sus cuatro Vicerrectorados hay una gama de grupos de diferentes posturas ideológicas que nos ha puesto una dura prueba en estos tiempos de austeridad presupuestaria y de sacrificios para poder mantener la prosecución académica bajo estándares de excelencia y calidad educativa. El pasado 14 de agosto, se dieron unos hechos en la Universidad que tuvieron como protagonistas a unos ex estudiantes, estudiantes activos y el personal de seguridad de la Institución. Los detalles de los hechos pertenecen a un documento en proceso de revisión por la Fiscalía y por tanto son ellos los ganados a ahondar en los detalles, pero lo que sí se puede asomar como información del hecho es que en él prevaleció la violencia sustituyendo el diálogo comunicacional. Un vigilante salió maltrado y se procedió a realizar una denuncia formal que esclareciera los hechos y marcara un precedente disciplinario en la Universidad.
Pero resulta que las personas involucradas en el hecho se han dado a la tarea, por sus relaciones con altos dirigentes revolucionarios, de llevar un discurso vilipendioso, disfrazado, alterado y manipulado, para presentar situaciones fuera de contexto que les lavara la cara de victimarios a víctimas; se pide destitución de autoridades, se esgrimen violación de la autonomía Universitaria y se ha recurrido a la amenaza como única estrategia para minimizar o palidecer el camino de la justicia. El ciudadano profesor Héctor Montes, Vicerrector de la UNELLEZ-VPA, ha dicho una frase muy cierta y lapidaria: "…andamos con la verdad, no vamos a permitir que estos hechos queden impunes y que crea el que quiere creer, no hay manera de defender una mentira". Y es el tenor de una buena parte de la comunidad universitaria, porque a las personas que han sido acusadas y que fueron capturadas en el lugar de los hechos, es decir, no hay manera para que digan que no estuvieron allí, los argumentos que han venido dando por las redes sociales y los documentos de apoyo (todos elaborados por un pequeño fragmento de la dirigencia política que adversa a las actuales autoridades), se pasean en un constante fluir de contradicciones. Cada vez que ocupan un centimetraje informativo es para decir que la UNELLEZ, está llena de pillos y ladrones.
El problema, estimado Ministro, no es si usted asume como verdad la versión de estas personas que manipulan la información a su interés, sino que se está ante una descomposición de nuestros cuadros de liderazgo juvenil, teniendo personas que arremeten contra el esfuerzo titánico del Gobierno Nacional por mantener la academia activa en tiempo de pandemia y ante un brutal bloqueo imperialista que cada vez hace más difícil alcanzar las metas establecidas. Son segmentos de nuestra comunidad Universitaria que quieren el poder como venga, si es destruyendo la moral y ética de las autoridades por ahí enfilan sus acciones; es un constate guerrear contra la sombra, porque mientras ellos generan hechos de violencia, el equipo del profesor Héctor Montes está trabajando, coordinando los intersemestrales, brindando acompañamiento a estudiantes de postgrado para que en septiembre-octubre cierren su ciclo académico y salgan egresados para apoyar nuevos postgrados que recientemente se aprobaron. Es una Universidad en movimiento que no descansa, que no se queda traumada en el carril de salida, sino que entre más alto se les coloca la valla, más alto estamos saltando para superarla.
¿Recibimos dadivas o contratos millonarios como equipo de trabajo del profesor Montes? No. Ganamos una prima especial, adherida a nuestro salario, la cual nos corresponde por derecho; vamos a los espacios de la Universidad, cumpliendo las reglas de bioseguridad, a pié o en bicicleta, para cumplir con nuestros estudiantes y con la institución; somos un equipo con vocación, temerosos de Dios, y convencidos ideológicamente con los procesos de cambio de la Revolución Bolivariana.
Pero no somos sectarios, excluyentes o discriminadores, respetamos a nuestros semejantes y hemos abierto las puestas de la academia a todos los sectores de la sociedad. Hemos contratado a docentes de reconocida moral y ética, sin preguntarles su preferencia política, porque apostamos a una unidad compacta en la cual aquellos que han permanecido confundidos, terminen por valorar el inmenso esfuerzo que estamos haciendo para hacer Patria y libres radicalmente.
Los ataques de esos subgrupos, mínimos pero que son incisivos como una "gota de agua" en la roca, no es algo que como equipo de trabajo se pueda temer. Hay mucha moral, mucho convencimiento de que las actuaciones éticas de cada docente o personal administrativo y obrero, van por el camino correcto, que estamos compactos y unidos entorno a la inmensa misión de nuestra UNELLEZ, de brindar un servicio educativo de altísimos quilates y de una proyección internacional incuestionable. Luchamos no para convencer sobre nuestra verdad, sino para fortalecer nuestro prestigio y nuestros valores de paz en toda la comunidad universitaria.
Las instituciones de justicia tienen en sus manos los hechos del 14 de agosto, confiamos en su veredicto sabio y legal; lo que si no podemos permitir es que se nos vilipendie y se nos amenace con destituciones, cuando nuestra labor ha sido el servicio y nuestro lema ha sido combatir la corrupción, venga de donde venga, y el imperialismo; somos los hijos de Bolívar, crecidos con Chávez, fortalecidos con la dignidad del Presidente Nicolás Maduro, en un tiempo histórico en el que nos ha tocado ser los impulsores de la Universidad transformada y revolucionaria.