Ideas de un programa mínimo para la Universidad de Carabobo

Se han hecho muy buenos análisis de la crisis universitaria en general. Delimitando la lectura, son muy importantes y actuales aquellos de los últimos 30 años, lo cual indica que la crisis no es nueva, aunque se refiera, cada vez, a los contextos históricos que han cambiado bastante. Los grandes temas de discusión han sido la privatización o la preservación de su carácter público y gratuito de la educación superior, la cuestión de la inclusión, las políticas destinadas a lograr la calidad y, ligada a ella, la evaluación universitaria. Así mismo, hay abundante documentación científica acerca del impacto de las nuevas tecnologías en la educación en general, sobre todo a raíz de la aceleración del proceso de incorporación de las TIC en la docencia durante la pandemia COVID 19. También se ha abordado el asunto de la legitimidad de la institución, las formas de su democracia interna. El rol destacado de las universidades en el logro de una autonomía científica y tecnológica que supere la dependencia de los países latinoamericanos y específicamente de nuestra nación. En fin los temas de los diagnósticos y reflexiones son abundantes y diversos en sus enfoques y metodologías.

Por otra parte, la Universidad venezolana ha sufrido los embates de una crisis compleja que aqueja a nuestro país en todos los planos: económico, social, político, institucional. Esto se ha hecho sentir con hechos evidentes, que van desde el deterioro de la planta física, el saqueo del equipamiento, la falta de garantías de seguridad personal en los ámbitos universitarios, el éxodo de los profesores, el ausentismo y deserción estudiantil, la penuria presupuestaria, la pésima remuneración por el trabajo académico y en general, la invasión del estado de ámbitos que pertenecen a la autonomía administrativas universitarias (el pago de las nóminas), entre otras, muchas problemáticas.

En todo caso, es nuestro deber renovar nuestro compromiso con la Universidad, esforzándonos por vislumbrar posibilidades y potencialidades, para superar este presente de penurias. Los siguientes puntos buscan abrir una agenda de búsquedas para, por lo menos, delimitar asuntos que demandan soluciones concretas e inmediatas, para poder recuperar, aunque sea una "normalidad" de vida institucional. Es un programa mínimo que busca consensos con las posibilidades actuales. No son motivos utópicos, aun cuando nos reconocemos partícipes de una tradición universitaria que defiende la autonomía, la disciplina científica, la búsqueda humanística de la creación humana, la perspectiva democrática, igualitaria, libre y plural, la lucha por la inclusión social y la relación con el resto del país para lograr una sociedad justa.

  1. Institucionalidad: Saludamos la convocatoria de las elecciones universitarias como posibilidad de recuperar el funcionamiento de las distintas instancias democráticas de la institución. En este sentido, la validez del reglamento aprobado en el Consejo Universitario, no solo debe validarse a la luz de las disposiciones legales, sino como una decisión política y ética que supera el estancamiento de la vida institucional, la eternización de unos sujetos en puestos de supuesto poder y la posibilidad de renacimiento de todas las actividades universitarias. Retomamos el concepto de la Universidad como comunidad fundamentalmente académica y científica, lo cual implica una valoración de las funciones relacionadas con las misiones esenciales de la docencia, la investigación y la extensión en la asignación de cuotas de decisión en la organización funcional universitaria y la garantía de la apertura de espacios democráticos de participación.

  2. Recuperación de la autonomía administrativa: Es fundamental dar pasos para salir del estado excepcional que afecta el principio de la autonomía universitaria, específicamente en el manejo de la nómina y su supeditación al llamado "Sistema Patria". Por otra parte, ante la penuria presupuestaria, las nuevas autoridades universitarias deben emplearse en la búsqueda de fuentes alternativas de financiamiento.

  3. Discusión de los grandes temas de la situación nacional sin extremismos. Es un mandato constitucional, legal y moral que la Universidad sea un espacio plural para la discusión a profundidad de los grandes problemas nacionales. De allí, la legitimidad de la existencia de las posiciones políticas en el seno de la institución. Pero se ha dado en el pasado un uso politiquero y extremista de las instancias universitarias, desnaturalizándolas hasta hacerlas extensión incluso de planes insurreccionales. Las instancias universitarias no son plataformas de proyección política. Por otra parte, es necesario reiterar la necesidad de una relación de respeto mutuo del gobierno con la Universidad. El principio de la autonomía, presente en la Constitución, niega la concepción de que sea tan solo una dependencia más del aparato estatal.

  4. Recuperación de un ingreso digno para los universitarios. Es necesario buscar las vías para garantizar lo que ya está garantizado en la Constitución y, además, constituye un incentivo básico para el cumplimiento de las misiones universitarias y el rescate del prestigio y valor de la actividad académica: un ingreso digno para los universitarios. Es preciso reactivar las luchas y las discusiones de convenimientos convenientes, Además, es necesario marchar hacia la integración eficaz y eficiencia de un sistema de seguridad social y sanitaria, que supere la privatización absoluta de los servicios de salud, en el ámbito universitario. En este sentido, se saluda algunas iniciativas presentes que tienden a obtener logros en este sentido.

  5. Financiamiento de actividad de investigación. Hay que recuperar la actividad científica o de investigación en la institución, Ellas son parte de la esencia de la Universidad. Hay que exhortar además de la atención del Estado a este aspecto, la posibilidad de desarrollar una relación con los sectores productivos privados y la participación en políticas públicas, que estimule la producción de conocimientos, básicos y aplicados.

  6. Desarrollo de instalaciones tecnológicas universitarias: hay que integrar, mediante equipos e infraestructuras adecuadas, la incorporación de la Universidad a las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías, las de la red web (educación 3.0, 4.0) además de las posibilidades de la IA, que demandan además una formación de todo el personal.

  7. Autoevaluación y mejoramiento de la calidad de las misiones básicas universitarias: docencia, investigación, extensión.

  8. Estímulo a las publicaciones, revistas científicas y libros. La investigación debe conocerse a través de los canales propios a ella. Además, hay que estimular la producción editorial en general.

  9. Mínimo de bienestar estudiantil en coordinación con gobiernos locales y regionales

  10. Recuperación de planta física y el ambiente, en coordinación de esfuerzos con el gobierno nacional el regional y los municipales.



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Jesús Puerta


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