La cooperación radica en el trabajo en equipo para alcanzar objetivos comunes. En las situaciones cooperativas se intenta que los miembros del grupo obtengan resultados beneficiosos para ellos como para los otros miembros de la organización. En educación se emplea como didáctica, grupos reducidos de alumnos los cuales trabajan juntos para maximizar el aprendizaje individual y colectivo. Este método contrasta con el aprendizaje competitivo donde los estudiantes trabajan en contra de los demás para alcanzar los objetivos académicos. Es decir que el aprendizaje individualista corre por cuenta propia para lograr las metas (Johnson y Johnson y Holubec, 1999).
No existe una dimensión ideal para los grupos de aprendizaje cooperativo, por lo que el número conveniente de miembros dependerá varios factores: los objetivos de la clase, las edades de los alumnos, su experiencia en equipo, los materiales a utilizar, así como el tiempo disponible. Por lo general, los grupos de aprendizaje cooperativo suelen tener de dos a cuatro integrantes, y en caso de duda, los docentes deben formar pares o tríos de alumnos. Las dimensiones grupales están determinadas por varios elementos. Entre ellos:
-
Cuando se aumenta el número de miembros del grupo de aprendizaje, se amplía la gama de destrezas y capacidades, la cantidad de "mentes" dispuestas a adquirir y procesar la información, así como distintos puntos de vista y los recursos que contribuyen al éxito.
-
Mientras más numeroso es el grupo, más habilidad deben tener los miembros para tener brindar a todos la oportunidad de expresarse, coordinar las acciones de los integrantes y llegar a consensos.
-
Cuando incrementa la dimensión del grupo, disminuyen las interacciones personales y se reduce la sensación de intimidad. El resultado suele ser un grupo menos cohesionado y una menor responsabilidad individual que contribuya al éxito del equipo.
-
Si es menor el tiempo disponible, más reducido debe ser el grupo de aprendizaje. El poco tiempo para la lección determinada, hace que el trabajo de pares será más eficaz porque lleva menos tiempo para organizarse.
-
En los grupos reducidos el desempeño de cada uno es más visible y, por lo general, los alumnos son más responsables de sus actos, lo que garantiza la participación de todos.
-
Cuanto menor es el grupo, más fácil será detectar cualquier dificultad que puedan tener los integrantes al trabajar juntos las cuestiones relativas al poder y control, así como otros problemas entre estudiantes.
A través de la metodología cooperativista, los miembros del grupo deben estar conscientes de que sin la cooperación no es posibles alcanzar metas comunes, por lo que dependen del resto de los componentes del equipo. El aprendizaje cooperativo es una metodología con la cual el alumnado agrupado, trabaja junto, y busca maximizar su propio aprendizaje y el de sus compañeros (Johnson et al. 2014, citado en Pulido, Rasskin y Mendo, 2019).
Se puede decir que el trabajo en equipo mediante el aprendizaje cooperativo constituye una metodología que fortalece el rendimiento académico, de la misma manera que favorece la adquisición de competencias lingüísticas, sociales y cívicas. En este sentido, ante el aumento de fenómenos como el acoso escolar, la exclusión social de minorías o del alumnado con necesidades educativas, la aplicación del aprendizaje significativo ha arrojado importantes resultados (Gozalo y Polo, 2012, citado en Pulido, Rasskin y Mendo, 2019).
Bibliografía
David W. Johnson, Roger T. Johnson, Edythe J. Holubec (1999). El aprendizaje cooperativo en el aula. Recuperado de https://www.ucm.es/data/cont/docs/1626-2019-03-15-JOHNSON%20El%20aprendizaje%20cooperativo%20en%20el%20aula.pdf
María Juárez Pulido, Irina Rasskin Gutman, Santiago Mendo Lázaro, (2019). El aprendizaje cooperativo: una metodología activa para la educación del siglo XXI: una revisión bibliográfica. Recuperado de file:///C:/Users/user/Downloads/Dialnet-ElAprendizajeCooperativoUnaMetodologiaActivaParaLa-7016662-1.pdf