Ahora que se está en la recta final de las elecciones decanales en la Universidad de Los Andes, una vez que los candidatos por las diferentes Facultades se han inscrito ante el órgano electoral competente, y los programas y propuestas comienzan a ser difundidos, es oportuno que cada uno de los electores reflexionen, por un momento ─−antes de que se vean acosados por los diferentes candidatos─−, sobre la gestión que los Decanos deben realizar e, incluso, el resultado de esa reflexión, darlo a conocer.
Las atribuciones de un Decano están definidas en el Artículo 67 de la Ley de Universidades (LU) y, en el marco de esas atribuciones, debe concebir y llevar adelante una gestión. Para ello cuenta con un conjunto de recursos humanos, financieros, logísticos, de infraestructura y tecnológicos, a fin de contribuir a cumplir con la misión de la Universidad, que no es otra sino ser “rectora en la educación, la cultura y la ciencia” (Artículo 3 de la LU).
Para que la gestión de un Decano pueda dar mejores resultados, éste debería diseñar y utilizar dos herramientas básicas: un sistema de seguimiento y control de las actividades que se realizan en el seno de una Facultad, y un sistema de información y comunicación, que dé cuenta de los resultados arrojados por la primera de las herramientas mencionadas. Es la única manera de saber dónde se está con relación al punto de inicio de la gestión, y dónde se podrá estar, al finalizar ésta.
Son muchas las cuestiones a las que un Decano les debería hacer seguimiento y control, algunas de las cuales son:
1. Situación de la infraestructura, lo que incluye aulas de clase, baños, laboratorios, áreas verdes, etc.;
2. Horas efectivas de clase dadas por el personal docente;
3. Cumplimiento del cronograma semestral de actividades en las diferentes carreras que se imparten en la Facultad;
4. Resultados en cuanto a cantidad y calidad de las investigaciones que realiza el personal docente y de investigación;
5. Rendimiento de los estudiantes que cursan las carreras que se imparten en la Facultad;
6. Reuniones efectivas realizadas por los integrantes de los diferentes Departamentos y Comisiones;
7. Asistencia a las labores de trabajo por parte del personal administrativo y obrero, etc.
Luego, con base en los resultados obtenidos a través de la primera herramienta, utilizar luego un sistema de información y comunicación, a fin de realizar periódicamente las correspondientes diligencias, observaciones, recomendaciones o reclamos, que cada caso amerite. Para ello puede combinar una serie de medios, entre los que se pueden mencionar: carteleras, memorandos, publicación impresa, página web, correo electrónico, etc.
La idea es que fluya la información relacionada con el funcionamiento de la Facultad, para introducir a tiempo y transparentemente los correctivos necesarios, y no tener que esperar a que el Decano someta “… a la consideración de la Asamblea de Facultad un informe anual del estado y funcionamiento de la misma” (Numeral 12, Artículo 67 de la LU) y, pueda cumplir de mejor manera, con el Numeral 1 de la LU, que establece como atribución del Decano, “coordinar y vigilar, de acuerdo con el Consejo de la Facultad, las labores de enseñanza, de investigación y las otras actividades académicas de la respectiva Facultad”.
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