Basta y sobra que el Presidente de la República se muestre ecuánime, transigente y dispuesto a conciliar posiciones antagónicas con la oposición para que, de inmediato, las mentes de pollo de la televisora golpista y sus aliados cacareen al unísono que Chávez arrugó ante una supuesta ola de indignación nacional.
No soy de los que se alegran cuando el Jefe del Estado emplea expresiones que considero inapropiadas en boca de un estadista. Sin ser ningún pacato –pues creo que existen oportunidades para que hasta un santo espete un ¡carajo! o le diga pendejo a quien lo merece–, estimo que expresarse con elegancia es un atributo envidiable aun para el revolucionario que se dirige a los sectores menos cultos de la población. De hecho, Fidel Castro, orador de reconocida elocuencia y posiciones radicales, pocas veces ha incurrido en expresiones vulgares.
A su vez, una de las cualidades que, apartando lo político, le reconozco a Hugo Chávez Frías es su excelente dicción y uso apropiado del idioma. Lo cierto es que sabe hablar bien y eso ni sus más recalcitrantes adversarios lo pueden negar.
Así pues, en esta oportunidad deseo brindarle mi apoyo entusiasta al primer mandatario tras pronunciarse a favor de posponer la reforma curricular. La oposición mediática orquestó manifestaciones contrarias amparándose en lo fácil que resulta llevar al histerismo a ciertas señoras que encuentran consignas comunistas hasta en una sopa de letras.
Por las razones que haya estimado pertinentes, Chávez difirió la aprobación del nuevo pénsum de estudios para el próximo año, ofreciendo, además, someter la reforma a un referendo popular. Ninguna solución podría ser más amplia y democrática que la ofrecida por el Presidente. La respuesta de los fatuos, sin embargo, fue acusarlo de sentirse derrotado.
La verdad es que frente a individuos de esa condición no vale la pena actuar de manera ecuánime, pues confunden tolerancia con miedo. Esos "ciudadanos" no respetan otra ley que no sea la del gran garrote que les aplicaba Teodoro Roosevelt a los cipayos de las "banana republics".
Para la próxima, compatriota Presidente, mándelos a lavarse ese currículum.
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