Fracasó el mini “cierre técnico” de las universidades

El hecho de querer parar las universidades fue una arbitraria e injusta decisión tomada por las cúpulas de dirigentes de algunos gremios. En la ULA participaron las cúpulas de APULA, AEULA y SIPRULA, además de las autoridades universitarias, incluyendo algunos decanos. Estas circunstancias llaman la atención por sí mismas. Primero, la exclusión de los sindicatos que agrupan los obreros, los cuales no fueron incluidos en la “intergremial”. Eso significa, claramente, que las asociaciones, sindicato, y autoridades antes mencionadas se consideran élites dentro del circuito universitario. El obrero, en consecuencia, es considerado universitario de segunda o de tercera categoría, por eso su participación en estas acciones “de alto nivel” debe ser evitada. Anulada. Segundo, que estas agrupaciones gremiales, transformadas en simples partidos de la derecha, se olvidan del universo político de los agremiados que la conforman. Se olvidan que los agremiados pueden opinar distinto. Que pueden tener posiciones contrarias a las de los dirigentes, es decir, a las de las cúpulas del poder gremial. Tercero es una relación contra-natura. Ahora los gremios, APULA, AEULA y SIPRULA, se juntan con las autoridades, sus patronos, para decidir y acometer sus acciones que consideran “reivindicativas”. Por cierto, ya olvidó una dirigente del SIPRULA el desplante que le hizo la máxima autoridad y el cuerpo que dirige, en una sesión del CU, tal como lo expresó en su correo. Algo similar padeció un dirigente de AEULA durante su “interpelación” en el CU celebrado en el Instituto de Geografía. Todas estas posturas nos llevan a preguntarnos: ¿Están haciendo los gremios lo que ellos desean o están recibiendo imposiciones, acatando las órdenes de los patronos?.

Las razones aducidas para acometer el paro de las universidades es, según las cúpulas de poder mencionados, el inminente “cierre técnico” de las casas de estudios superiores. Como Representante del MPPES ante la ULA y como coordinador nacional de los Representantes, puedo dar fe que en ninguna de las reuniones sostenidas con el Ministro y con el Director de la OPSU, la posibilidad siquiera remota de cerrar las universidades ha sido planteada. Sin embargo, sí hemos oído a los dirigentes de estos gremios y a las autoridades universitarias hablar de cerrar la universidad, claro con el cliché mediático-globovisioniano-receteveniano de “cierre técnico”. No escapan de tales comentarios algunos dirigentes estudiantiles de línea antigobierno. En otras palabras, todos ellos sí quieren cerrar la universidad. El primer intento, prueba inequívoca de lo antes dicho, fue este fallido llamado al mini-cierre de la ULA de 8 a 12, el 23.03.09. Es decir, un llamado a tirar a la basura el equivalente aproximado de BsF de 1.5 millones en la ULA, medio día en la ULA.

El Gobierno Nacional actual es, tal vez, en la historia de la vida democrática del país, el que ha hecho los mayores esfuerzos en materia educativa. Ha dirigido una alta inversión hacia este sector, destinando grandes cantidades que lo ubican entre los primeros en el mundo en apoyo a la educación, con una inversión anual del 7% del PIB en los últimos años. Antes de 1999 no llegaba al 1,5% del PIB. Acometió un agresivo programa de alfabetización, reconocido por organizaciones serias como la UNESCO, eliminando el analfabetismo del país. Ha tenido una política de desarrollo de programas educativos incluyentes, que ha permitido a miles de personas acceder a niveles primarios, secundarios y universitarios, nunca antes visto. Ha creado en los últimos años más instituciones de educación, a todos los niveles, que ningún otro gobierno en el país. Ha fortalecido, extraordinariamente, los programas de becas estudiantiles. Basta revisar el incremento de las becas nacionales e internacionales no sólo en número, sino también en los montos asignados. Sólo en los tres años recientes se han concedido cuatro veces la cantidad de becas que se dio en los 25 años previos. Se eliminó el programa de créditos educativos, manejado por la banca privada, que lesionaba seriamente los bolsillos de aquellos que los recibían. A pesar de todo, su entrega dependía de la tendencia política y el compadrazgo. No obstante, se condonó la deuda, a aquellas personas que habían accedido en años previos a tales créditos, por este Gobierno.

Ha incrementado el presupuesto universitario. En efecto, en la ULA por ejemplo, el presupuesto inicial asignado para 2008 fue de unos 420 millones de bolívares fuertes. Este año el monto alcanza los 706 millones de bolívares fuerte, aproximadamente. Es decir, un poco más del 55%. Estos montos no incluyen los créditos adicionales. En 2008 el presupuesto a fin de año llegó a 1.072 millones de bolívares fuertes, es decir 650 millones de bolívares fuerte más del presupuesto previamente asignado. Tampoco incluyen los recursos provenientes de las gobernaciones, alcaldías, loterías, LOCTI, aplicación de las pruebas de selección interna. Por ejemplo, el ex - gobernador del Táchira, profesor de la ULA, asignó casi un millón de bolívares fuertes a finales del año pasado al NUTULA. Esto sin contar los aportes anuales que asignaba al CEFI y Medicina-Táchira, que sobrepasaban los varios cientos de miles de bolívares fuertes. Tampoco, la construcción de la cancha alterna de la Copa América, de más de cinco millones de bolívares fuerte, construido en el campus del NUTULA, la construcción de la pared perimetral al campus, la construcción del comedor, construcción del nuevo edificio para el CEFI, el techado de las canchas de básquet, voleibol y futbolito y el techado de las cominerías, entre otros. En ll año 2008 hubo un incremento del 30% del salario de todos los universitarios. Esto significó casi el 70% de lo solicitado por los gremios. En épocas anteriores a este gobierno, luego de largos paros, los incrementos eran pírricos o nulos. Por otro lado, adicionalmente a lo incrementado, el personal ATO recibió otros beneficios adicionales como primas por hogar y bonos de salud. Tampoco se mencionan aquí los cesta tickets, que para un profesor es equivalente a unos 460 bolívares fuertes mesuales. Este último beneficio no existía anteriormente.

Ante toda esta situación, dramatizada por los dirigentes gremiales y autoridades, de una aparente carencia de recursos para las universidades, nos preguntamos. ¿No hay recursos, pero de dónde salieron los 500.000 bolívares fuertes que aprobó el CU de la ULA el pasado 23.03.09 para reflotar la empresa PROULA, la cual, producto de la mala administración, casi va a la quiebra?. ¿No hay recursos, pero de dónde sale el dinero para financiar los viajes de autoridades al exterior, incluyendo máximas autoridades, decanos, directores de oficinas, entre otros?. ¿No hay recursos, pero de dónde sacó APULA dinero para comprar seis vehículos de lujo en tiempos recientes?. ¿No hay recursos, pero de dónde sale el dinero para pagar cientos de remitidos y comunicados, publicados simultáneamente en la prensa regional y nacional, casi todos anti gobierno?. ¿No hay recursos, pero de dónde salieron los 60.000 bolívares fuertes para la APULA para celebrar los juegos nacionales?¿No hay recursos, pero de dónde van a salir los dineros para darle un mil bolívares fuertes mensuales a la Arquidiócesis de Mérida, tal como está planteado para que sea aprobado por el CU?.

Durante el primer trimestre del presente año el Gobierno Nacional ha venido depositando, tal como lo hemos demostrado con cifras, los recursos comprometidos. Sin embargo, los dirigentes del mini cierre insisten en desconocer que el dinero está llegando normalmente a las universidades. Vemos, eso sí, como algunas autoridades e incluso coordinadores de oficinas y programas de la ULA, con frecuencia señalan a los medios de comunicación que los recursos no han llegado pero que ellos han hecho todos los esfuerzos, personalmente, y van, a pesar de todo, hacer los pagos a trabajadores o becarios. ¿De dónde salen esos recursos?.

Todos estos planteamientos definitivamente deben ser considerados por los universitarios para reflexionar sobre tan arbitraria decisión, de querer llevar a la institución a un “cierre técnico”. Con un cierre de la universidad perdemos todos, pero principalmente los estudiantes. Para los trabajadores, obreros, empleados y profesores, un cierre implicaría la posibilidad de no recibir pago alguno. En total las consecuencias serían de carácter impredecibles. Tal vez eso lo avizoró un importante sector de los universitarios que no acató los caprichos del binomio cúpulas gremialistas – autoridades, asistiendo y atendiendo sus responsabilidades estudiantiles o laborales. Ojalá los responsables de estas acciones revisen objetivamente los resultados del mini cierre y vean que no todos compartimos, tal como quedó demostrado, esa misma visión, así se intente manipular la realidad.


(*)Prof. ULA


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Heriberto Gómez(*)

Profesor Titular, ULA

 heribertogomez60@gmail.com      @ulandino

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