El Gobierno anárquico del Táchira, los politiqueros de oficio, las autoridades universitarias, la dirigencia estudiantil alienada a los extremos políticos de la derecha, las directrices que en la oscuridad de la noche se cocinan para transmitirlas a los jóvenes revoltosos y sin causa, ensalmados con rigurosas líneas estratégicas de la violencia que desde otras latitudes bien identificadas hacen sobrados esfuerzos por causar pánico, desorden público, incomodidades a la gente que cotidianamente lleva sus hijos a la escuela, que con esfuerzo se dirige a su trabajo en medio de un tráfico automotor que ya no cabe en la ciudad, el conductor de la ambulancia que desesperadamente hace eses para desplazarse con un enfermo o herido que lleva dentro de la unidad con la sirena a fondo, lo cual por lógica angustia más a la gente que siente y padece, no a quienes la vida y los derechos de los demás les importa un comino.
VARIOS DIAS DE DISTURBIOS CALLEJEROS.
Disculpen amigos lectores la primera persona, pero lamentablemente a veces para dar testimonio de ciertos hechos, es necesario anteponer el yo, aunque entremezclado con el plural requerido para poder ordenar las ideas escritas. Hace ocho días, es decir la semana pasada me dirigí a la otrora muy nombrada Romera, a visitar a mi octogenaria tía, pues ahí le voy siguiendo los pasos, después de cumplir con el deber, salí a la Avenida Carabobo, a esperar un buseta, quedé estupefacto al presenciar unas escenas deprimentes, muchachos cagalistrosos u ombligos verdes como suele decir la gente, quemaban cauchos, obstaculizaban el libre tránsito de vehículos y de la gente, las llamas se elevaban sofocantes y amenazantes, el humo renegrido, penetraba por la nariz y los ojos llorosos de los vecinos y transeúntes que por obligación se tenían que desplazar en un radio aproximado de trescientos metros, la guarida de los neuróticos muchachos está a escasos doscientos metros, la Universidad Católica del Táchira, antes casa de estudios si no, muy ejemplar, por lo menos no era bochinchera ni se prestaba para desórdenes callejeros, hoy lamentablemente guarida de muchos estudiantes y hasta autoridades que se prestan para generar violencia, en nombre de la ¨Libertad y la Democracia¨, para tratar de derrumbar a un RÉGIMEN, que según estos les viola sus derechos humanos.
Cuando es hartamente conocido por la sociedad, que el Estado dictatorial y persecutor de las ideas y los derechos humanos, que tanto exaltan, les da asignaciones presupuestarias multimillonarias para costear y subsidiar el funcionamiento de estas ¨Casas de Estudio Superior¨, pero puede más la ideología alienante del Imperio, sus colaboradores condicionales de aquí, que auspician la ANARQUÍA y la desobediencia a la Constitución y a las leyes, para plagar de miseria humana a la sociedad, que lo que añora es el trabajo, el estudio y formación integral y moral de niños, adolescentes y jóvenes universitarios, para forjar una Patria grande y soberana como lo dejara plasmado en la historia nuestro Libertador Simón Bolívar.
Qué necesidad hay de estorbar el libre tránsito, perjudicar a pequeños comerciantes, atentar contra la salud y la vida de los vecinos que se ven obligados a soportar semejantes desmanes de unos púberos y profanos estudiantes que aun su conciencia inmadura, es utilizada por quienes desde las sombras se ocultan para hacer el mal, sin duda alguna es el demonio que los tiene tentados, es decir los exorcismos de muchos jerarcas eclesiásticos se revirtió en su contra y Satanás les está ganando y anulando sus oraciones a Dios; no de otra manera podemos imaginar semejantes aberraciones de protestas sin causas justificadas.
¡Ah! y continué mi camino después de deplorar tal situación que uno imagina, puede traer desenlaces lamentables, como las busetas no podían pasar por la Avenida tomada por los imberbes muchachos, seguí en el once o mis piernas, añoraba haber cargado una cámara para los testimonios gráficos de la contaminación y daños que causaban quienes muy orondos, creen luchan por causas justas. En una esquina a cien metros donde quemaban cauchos estaban tres agentes motorizados de la policía, observando o mejor viendo los toros desde la barrera, como dijera en la década de la dictadura perejimenista, el mayor León Benito Gutierrez, si la memoria no me traiciona.
ESTA SEMANA LA UNET CON EL LAMENTABLE HECHO.
El martes al atardecer la familia venezolana y en especial la del Táchira, recibía con tristeza la accidental pérdida de vida de un muchacho estudiante, apenas del segundo semestre de ingeniería mecánica, Jesús Eduardo Ramírez Bello, cayó abatido dentro de la confusión y anarquía protagonizada por quienes desde los alrededores de la UNET, quemaban cauchos, lanzaban botellas, se armaban de piedras y objetos capaces de causar heridas y hasta muerte a ellos mismos o personas inocentes, que en sus vehículos o transportes públicos pasaran por sus predios. No conformes con estas violaciones a las leyes de la República, deciden trasladarse a las instalaciones de la UBV, para provocar a estudiantes, que afortunadamente había pocos en esa sede, y paralizar las actividades, sabiendo que esta Universidad fue creada por el Gobierno Revolucionario para fomentar casas de estudio, que atiendan a una población estudiantil antes excluida por las universidades elitistas. El odio, la rabia, la envidia que engendra la mala praxis política enloquece a quienes deberían dedicarse a trabajar y ayudar a engrandecer la Patria de todos, al no ser que el Imperio y sus adláteres les tengan reservado paraísos terrenales a estos, que actúan conductualmente al margen de la razón. Y lo peor es que después que sacrifican a alguien, salen a través del poder mediático amarillista y chantajista a echar culpas, se convierten en jueces con un cinismo tal, peor que el del genio Tartufo…
UN MUCHACHO VÍCTIMA DE QUIENES AUPAN LA VIOLENCIA.
Jesús, quizás se haya unido a sus compañeros por voluntad propia o bajo la euforia de la juventud, que cuando se consiguen en grupos actúan como uno solo, no pensaría Jesús que podría morir en esas protestas sin razón, pues según se dijo, salieron a vociferar consignas contra el racionamiento eléctrico y las colas de la gasolina, no por causas que afectaran a los estudiantes, porque estos, de la UNET, tienen una flota de autobuses para su transporte, tienen tremendas instalaciones, comedor subsidiado, presupuestos inflados todos los años, autonomía universitaria, profesores a quienes pagaron deudas que arrastraban desde la cuarta y les han venido mejorando sus reivindicaciones, pero el mundo al revés de Galeano o las paradojas de la vida, mientras más tengo, más avaricia me alienta y si el norte poderoso nos apoya, pues, adelante…
Los otros, los de la UBV, y sus Aldeas Universitarias, los que ha fundado el gobierno Bolivariano, apenas tienen pocos años, no disponen de todas esas ventajas que tiene la UNET, ULA, UCV, LUZ, UDO y otras que con su autonomía distorsionada gozan de privilegios, pues son una especie de Vaticano, un Estado dentro de otro Estado, y aun así son los que más problemas causan a la sociedad, los que se quejan de todo, no rinden cuentas al pueblo de los altos presupuestos que el Estado les asigna en nombre del Soberano, entonces nos preguntamos ¿Será que añoran una verdadera dictadura, que les allane, les reprima, les someta, al estilo de la cuarta República? Los jóvenes deben estudiar la historia contemporánea para que esté informados de un nefasto pasado de apenas hace algo más de una década.
LA ANARQUIA EN CONTRA DE EL ESTAMENTO LEGAL CONMOCIONA Y TRAE DESGRACIA.
Por qué la indiferencia policial, que debiera haber actuado sin represión, utilizando los medios que la Constitución y la Ley, estipulan para resguardar el orden público y la paz ciudadana, dispersando a estos revoltosos para que se replegaran y persuadieran de que no actúan a DERECHO, pues el derecho a la protesta es pacífico, respetuoso de los derechos ajenos, no trancar calles y obstaculizar el libre tránsito, menos incendiar carros que son del servicio público, dañar el asfalto con la quema de cauchos, perjudicar la salud y los demás colaterales que perjudican al pueblo, destruir instalaciones que no son del Gobierno, son del pueblo, caso de los reiterados destrozos a la UBV.
Sin duda que la gota rompió el cántaro, lo decimos por los tantos días que estos saboteadores de la paz pública tenían en las calles haciendo y deshaciendo, y la policía, el ente llamado a actuar, no recibió las órdenes del Gobernador de todos los tachirenses, porque fue electo por la oposición, y su envestidura fue respetada por el CNE y el Gobierno Central y por eso está ahí, entonces debería gobernar para todos y cumplir la Constitución y las leyes, la oposición debe ser racional, crítica y constructiva, dar apoyo a iniciativas que favorezcan al pueblo y condenar los vicios de la corrupción y las malas acciones en que caigan funcionarios corruptos y apátridas, pero no oponerse a todo y hacerse el loco ante decisiones de importancia. Si el Gobernador, señor Cesar Pérez Vivas, hubiera actuado con tiempo, ese muchacho no cae víctima de la omisión, y el Gobierno Nacional, a través del Ministerio respectivo debiera haber sacado antes a la Guardia Nacional, para poner orden, ya sabemos que las Fuerza Armada Nacional Bolivariana, tiene los instrumentos disuasivos para no permitir, que las manifestaciones de calle se conviertan en extrema violencia, además pueblo y fuerza armada, ahora son unidos por la Patria grande.
Aquí en el Táchira, ante la indiferencia del Gobierno regional por resguardar el orden público, toca entonces al Gobierno Nacional, velar por la paz ciudadana, de lo contrario la anarquía OS DEVORARÁ, como lo dijo Bolívar en uno de sus pensamientos, y hay anarquía, por omisiones en el cumplimiento de la Ley, esta es dura pero es ley. Sabemos que a muchos no gusta el peso de la ley y se quejan, pero peor es dejar que sucedan desgracias mayores, por el incumplimiento legal.
Lamentamos con todo el sentir humano, lo acaecido a este joven, lleno de esperanzas, y más que él, deben de ser sus padres y familiares los que abrigaban un futuro promisor para JESÚS, pero se les fue de las manos la previsión de este lamentable suceso, repetimos por culpa de quienes no hacen cumplir la ley a tiempo y dejan que el caos reine. Este humilde ciudadano, como se apuntó al inicio de estas líneas, presenció que los estudiantes que hacían de lo suyo en la Av. Carabobo, actuaban a su antojo, ante los ojos de las autoridades competentes, sin que estos tuvieran orden de actuar. El resultado, una lamentable pérdida de vida, de un joven estudiante, que aunque no fue en la manifestación de la Carabobo, como el desorden no se paró a tiempo, se extendió a la UNET y allá cayó la desgracia.
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