Una cosa debe estar previamente clara: jamás nuestro bolívar ha sido fuerte ante el dólar desde el momento de la desaparición del patrón oro. Además, por su utilidad, se trata de una demanda inclinada y formada más por gente con mediano y alto poder de compra. Y en cuanto a que su baratura pudiera abaratar los precios de las mercancías, ha quedado más que demostrado que tales economías de costo-léase subvenciones-son absorbidas contable y realmente por los empresarios capitalistas, según sus esquemas marginalistas de costo.
La razón de la baratura del precio de la gasolina ha sido, pues, sencilla y muy compleja a la vez. Principalmente, porque se trata de una mercancía ultraestratégica poseída “constitucionalmente”[1] por un Estado colonizado por el sistema imperial de viejo cuño, o español feudaloide, y también por los EE UU, Inglaterra, Holanda y Alemania, países, todos, capitalistas desde hace más de un siglo cristiano.
En este sentido, a menor precio para ella, menor cantidad de dólares para la cobertura fiduciaria del circulante nacional, el bolívar. Toda una “inteligente” manera financiera para que esos imperios se garanticen una paridad dólar/bolívar que garantice, a su vez, que el bolívar luzca muy débil frente al fuerte dólar, aunque este no lo sea, particularmente luego del derrumbe inducido del patrón oro por esas mismas “potencias” dinerarias, y para favorecer a los estratos de mayor empoderamiento económico. No en balde, la clase media actual y escualidizada le cuesta ser chavista.
Veámoslo así: si 1 litro de gasolina se vende, pongamos por caso, a $ 0.05, entonces para acumular $ 1.00 el Fisco Nacional necesita vender 20 l, y así el Banco Central podría acuñar, digamos Bs. 6,30/20 litros, según la paridad actual. Digamos: 20 l; $ 1 y Bs. 6,30
Así las cosas, al precio de $ 1.00/litro, aquellos 20 l reportarían, de perogrullo, 20 dólares, pero, esta vez bastaría acuñar aquellos Bs 6,30 a cambio de los mismos 20 litros, que ahora nos garantizarían 20 dólares. Digamos: 20 l; $20 y Bs. 6,30. Corolario: nuestra paridad y revaluación del bolívar sube al techo, bidecuplica. Estas son las misteriosas, malas y buenas pasadas del Álgebra de Malba Tahan.
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